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Arthur Soriz
Gramps
21-01-2025, 10:30 PM
Iscariote asintió ligeramente en aprobación, considerando tu solicitud algo razonable. Con un movimiento rápido, el Teniente se levantó de su silla, cruzando el despacho hacia un pequeño gabinete donde guardaba un registro de personal. Extrajo una carpeta de cuero desgastado hojeando algunas páginas con la meticulosidad de alguien acostumbrado a manejar situaciones delicadas.
— Es una petición sensata —comenzó diciendo—. Entiendo las limitaciones de tus habilidades en un entorno urbano y como bien dices más ojos nunca están de más. Te asignaré a dos soldados... Soldado Lynx y el Soldado Pomeroy. Ambos tienen experiencia en operaciones de vigilancia y son buenos tiradores. Se unirán a ti en breve.
Dejó la carpeta en su escritorio, enviando a uno de los soldados estacionados fuera de la oficina para que se encargaran de avisarles a ese par de soldados que trabajarían en esta misión contigo. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera nuevamente y dos figuras se cuadraran al unísono.
Lynx se veía como un muchacho esbelto y de mirada aguda, tenía un aire de calma calculada... como un depredador en reposo. A su lado estaba Pomeroy, un joven de complexión fuerte y hombros anchos, con una expresión serena... profesional, como si el peso de la responsabilidad le resultara ya hasta ameno.
— Soldado Lynx, Soldado Pomeroy —dijo Iscariote, los dos poniéndose firmes de inmediato—. A partir de este momento están bajo las órdenes del Suboficial Henry. Su misión es asistirlo en la investigación sobre las desapariciones de los News Coo. Mantengan los ojos abiertos y aseguren que todo se maneje sin problemas. ¿Entendido?
— ¡Señor, sí, señor! —respondieron al unísono, volteándose a verte y haciendo un saludo militar respetuoso.
— Bien —dijo Iscariote, dirigiendo su mirada hacia ti—. Espero resultados. Buena suerte.
Una vez salieron de la oficina, los dos soldados te siguieron descendiendo por los pasillos del G-17 hacia las calles de Swallow. La ciudad vibraba con la actividad matutina. El camino hacia Parker's & Co fue más bien tranquilo, sin eventualidades más que el ocasional saludo de algún niño feliz jugando a la pelota al verlos pasar. Para la gente de esta isla, tanto los Marines como los Cazadores eran figuras de respeto, no de miedo o desprecio. Al llegar un empleado de Parker's & Co los recibió con una expresión de alivio y los condujo hacia el aviario principal.
Este era una maravilla de organización y cuidado. Las jaulas bien ordenadas y los percheros para los News Coo estaban dispuestos en filas meticulosamente ordenadas. El lugar zumbaba con el aleteo y los graznidos suaves de las aves. En el centro de este bullicio destacaba una figura delgada y nerviosa. De cabello rojizo peinado en una trenza desordenada, ajustó sus grandes gafas de montura redonda mientras se acercaba a ustedes con un pequeño News Coo en brazos. El pajarito, aún demasiado joven para volar, se acurrucaba tranquilo en su pecho, piando suavemente.
— Hola —dijo la joven con algo de timidez—. Zoy María, uztedez deben zer los Marinez que envían para zalvar a mis pobrez amiguitoz.
La forma en la que hablaba, entonando tanto las S como una Z significaba que algún pequeño impedimento al hablar tenía, aunque no por ello significaba que fuera menos inteligente. Aunque su apariencia le daba un aire nerd, con sus grandes gafas y pecas esparcidas por sus mejillas, había una pasión ardiente en su mirada a la par de un amor incondicional por esas aves que estaban a su cuidado.
— Cualquier coza que pueda decirlez, lo haré con guzto. Zi uztedez ayudan, yo también... Coocoocoo~
Su risa era, sin duda alguna, más que particular. Era hora de hacer preguntas.
— Es una petición sensata —comenzó diciendo—. Entiendo las limitaciones de tus habilidades en un entorno urbano y como bien dices más ojos nunca están de más. Te asignaré a dos soldados... Soldado Lynx y el Soldado Pomeroy. Ambos tienen experiencia en operaciones de vigilancia y son buenos tiradores. Se unirán a ti en breve.
Dejó la carpeta en su escritorio, enviando a uno de los soldados estacionados fuera de la oficina para que se encargaran de avisarles a ese par de soldados que trabajarían en esta misión contigo. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera nuevamente y dos figuras se cuadraran al unísono.
Lynx se veía como un muchacho esbelto y de mirada aguda, tenía un aire de calma calculada... como un depredador en reposo. A su lado estaba Pomeroy, un joven de complexión fuerte y hombros anchos, con una expresión serena... profesional, como si el peso de la responsabilidad le resultara ya hasta ameno.
— Soldado Lynx, Soldado Pomeroy —dijo Iscariote, los dos poniéndose firmes de inmediato—. A partir de este momento están bajo las órdenes del Suboficial Henry. Su misión es asistirlo en la investigación sobre las desapariciones de los News Coo. Mantengan los ojos abiertos y aseguren que todo se maneje sin problemas. ¿Entendido?
— ¡Señor, sí, señor! —respondieron al unísono, volteándose a verte y haciendo un saludo militar respetuoso.
— Bien —dijo Iscariote, dirigiendo su mirada hacia ti—. Espero resultados. Buena suerte.
Una vez salieron de la oficina, los dos soldados te siguieron descendiendo por los pasillos del G-17 hacia las calles de Swallow. La ciudad vibraba con la actividad matutina. El camino hacia Parker's & Co fue más bien tranquilo, sin eventualidades más que el ocasional saludo de algún niño feliz jugando a la pelota al verlos pasar. Para la gente de esta isla, tanto los Marines como los Cazadores eran figuras de respeto, no de miedo o desprecio. Al llegar un empleado de Parker's & Co los recibió con una expresión de alivio y los condujo hacia el aviario principal.
Este era una maravilla de organización y cuidado. Las jaulas bien ordenadas y los percheros para los News Coo estaban dispuestos en filas meticulosamente ordenadas. El lugar zumbaba con el aleteo y los graznidos suaves de las aves. En el centro de este bullicio destacaba una figura delgada y nerviosa. De cabello rojizo peinado en una trenza desordenada, ajustó sus grandes gafas de montura redonda mientras se acercaba a ustedes con un pequeño News Coo en brazos. El pajarito, aún demasiado joven para volar, se acurrucaba tranquilo en su pecho, piando suavemente.
— Hola —dijo la joven con algo de timidez—. Zoy María, uztedez deben zer los Marinez que envían para zalvar a mis pobrez amiguitoz.
La forma en la que hablaba, entonando tanto las S como una Z significaba que algún pequeño impedimento al hablar tenía, aunque no por ello significaba que fuera menos inteligente. Aunque su apariencia le daba un aire nerd, con sus grandes gafas y pecas esparcidas por sus mejillas, había una pasión ardiente en su mirada a la par de un amor incondicional por esas aves que estaban a su cuidado.
— Cualquier coza que pueda decirlez, lo haré con guzto. Zi uztedez ayudan, yo también... Coocoocoo~
Su risa era, sin duda alguna, más que particular. Era hora de hacer preguntas.