Lionhart D. Cadmus
Tigre Blanco de la Marina
11-08-2024, 02:14 AM
Primer Día como Marine
El sol apenas comenzaba a asomar en el horizonte cuando Lionhart D. Cadmus, el nuevo recluta, pisó por seguno vez la Base G-23. Esta fortaleza de la marina se alzaba en la distancia, con sus muros altos y su gran torre que dominaba el paisaje. Más allá de las historias, estar allí en persona le hacía sentir la magnitud de lo que estaba a punto de enfrentar.
La Base G-23 no era un simple cuartel. Con su amplio patio interior, zonas de entrenamiento, dormitorios y un comedor que siempre estaba lleno de voces, representaba un microcosmos de la disciplina y el orden que la Marina valoraba. Cadmus había escuchado mucho sobre esta base y sus altos estándares gracias a su abuelo, y aunque un nudo en el estómago le recordaba los nervios, también lo impulsaba a demostrar su valía.
Al ingresar a la base, esta vez con su primer día como Soldado Raso, fue recibido por un sargento de aspecto severo, cuya mirada parecía perforar hasta el alma. Sin perder tiempo, el sargento comenzó a explicarle las reglas del lugar, la disciplina que se esperaba y las tareas que debía realizar. Aunque era mucho para asimilar, Cadmus prestaba atención a cada palabra, consciente de que cualquier error podría costarle caro.
Su primera asignación fue algo más mundano de lo que había esperado: organizar uno de los numerosos almacenes de la base. Cadmus no podría evitar sentir una ligera decepción al no recibir una tarea más emocionante, pero entendió que cada tarea, por pequeña que fuera, tenía su importancia. Con diligencia, comenzó a clasificar las cajas de municiones, provisiones y herramientas, asegurándose de que todo estuviera en orden.
Mientras trabajaba, podía escuchar a otros reclutas en las zonas de entrenamiento, compartiendo sus experiencias y hablando sobre las misiones que esperaban realizar. Algunos eran veteranos de otras bases, mientras que otros, como él, eran novatos ansiosos por probar su valor. Cadmus sabía que pronto tendría su oportunidad de demostrar que no solo era un buen organizador de suministros, sino también un valiente marino.
Al finalizar su primer día, cuando el sol ya se ocultaba en el horizonte detrás de la gran torre de la base. Había sobrevivido a su primer día y, aunque sabía que el camino por delante sería más complicado, estaba decidido a enfrentar cualquier desafío que se le presentara como un nuevo Marine.