¿Sabías que…?
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[Aventura] [T2] Hormonas descontroladas
Raiga Gin Ebra
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La verdad es que no es una mala opción el seguir el rollo a la gente. Generalmente los humanos hacen eso, ¿no? Vivir siguiendo a la corriente. ¿Qué mi vecino se compra un escudo? Yo otro. ¿Qué mi compañero de trabajo se va al East Blue de vacaciones? Pues yo también.

En fin, que le sigues el rollo al tipo y llegas al camerino, te pones la ropa que te flipa y, cuando le preguntas que qué es lo que tienes que hacer, el tipo que hasta ahora era serio y su semblante no dejaba lugar a un simple centímetro de sonrisa, se echa a reír. Pero ríe con ganas, de verdad. Y entonces, te suelta un —Eres una bromista de categoría — tras lo cual se quita las gafas y se pasa el dedo índice por los ojos, retirándose las lágrimas que le han salido de la carcajada. —Pues lo que llevas toda tu vida haciendo, Sheila.

Bueno pues entonces pan comido, ¿no? Lo que se supone que llevas toda la vida haciendo te debe salir solo... El tipo te lleva hacia una zona donde no hay nadie. Es un palco, en el cual ahora mismo estás completamente sola. ¿El resto de participantes no ven a sus compañeros? Vaya tela... Pero bueno, tú si que quieres compartir tu éxito con los tuyos.

Cuando llegas al palco VIP, todo parece sacado de un mundo completamente diferente al de Isla Tortuga. Desde arriba, tienes una vista privilegiada de un pequeño patio decorado con bombillas cálidas que cuelgan del techo, iluminando las aproximadamente cincuenta sillas que ocupan la planta baja. La gente va entrando y tomando asiento con una calma inesperada para lo que esperabas de esta isla. Cada uno luce más elegante que el anterior, con vestidos brillantes, trajes perfectamente entallados y joyas que seguramente sean más falsas que las promesas de un político. 

Te sientas en una butaca acolchada, sintiéndote toda una reina mientras miras cómo la sala se llena. Pasan unos minutos, y entonces ocurre: las luces se apagan.

De repente, el lugar se sume en la oscuridad, salvo por un tenue resplandor en el escenario. El saxofón comienza a sonar, marcando un ritmo que es imposible ignorar. El telón, que parecía más un trapo de cocina gigante, se sube lentamente, tan lentamente que casi te hace querer levantarte y tirarlo tú misma. Pero cuando finalmente se sube del todo, entiendes por qué la espera. 

Una mujer aparece en el centro del escenario, envuelta en un vestido de tachuelas que refleja cada pequeño destello de luz. Tacones dorados elevan su figura, y el brilli brilli la hace parecer una estrella andante. A pesar de sus movimientos algo rígidos, hay algo en su presencia que acapara la atención de todos. La mujer desciende del escenario y camina entre el público, acariciando a los hombres sentados, pasándoles una bufanda por la cara como si estuviera encantándolos. 

El espectáculo dura apenas cinco minutos, pero la ovación que recibe al final es enorme. La mujer regresa al escenario, se queda inmóvil en el centro, y el público la despide con aplausos que casi te hacen olvidar que estás en una isla llena de macarras. 

Un hombre anuncia por megafonía que habrá un cambio en el orden de las actuaciones. Ahora es el turno de la sirena Helena. Diez minutos pasan mientras el escenario se prepara, y tú seguro que no puedes evitar impacientarte. Hasta que el telón vuelve a subir, y lo que ves te deja sin palabras. 

Han transformado todo el escenario en un fondo marino. Arrecifes, estrellas de mar y un enorme recipiente de cristal lleno de agua ocupan el centro. Pues ahí va el presupuesto del espectáculo, seguro. Y entonces, puedes ver cómo una figura aparece de la nada y salta al agua. 

La sirena Helena se mueve con una gracia que parece antinatural. Cada movimiento suyo es fluido, hipnótico, y la música de jazz que la acompaña añade un toque sensual que hace que todo el público quede embelesado. Durante un par de minutos, ella nada, salta y se desliza por el agua, hasta que finalmente sale del recipiente y comienza a interactuar con el público. Su forma de moverse sigue siendo provocativa, y aunque algunos tipos no pueden evitar aprovechar la oportunidad de tocarla, su mirada de desdén los hace recular casi al instante. 

Cuando termina, los aplausos son ensordecedores. Helena recibe su ovación con elegancia y desaparece tras el telón. Pero espera, ¿no te tocaba a ti después de la sirena? Juraría que sí. Ah, mira, el tipo que te había llevado al camerino llega corriendo, con la cara más blanca que el culo de un fantasma.

—Es tu turno, Sheila. Perdón, estaba convencido de que te tocaba la cuarta, pero... bueno, ha habido algún que otro cambio, ¡vamos! 

Antes de que puedas protestar o preguntar qué demonios tienes que hacer, te lleva casi arrastrando hasta el lateral del escenario. Apenas tienes tiempo para procesar lo que ocurre cuando ves que los técnicos ya están subiendo el telón. Han tapado la decoración marina con unas placas donde se ve... ¿Qué es eso? Parece como si fuera un fondo de... ¿Una ciudad? Sí, parece una ciudad de noche.

El foco se enciende, apuntando directamente al centro del escenario y la música comienza a sonar. 

Es tu momento. ¿Qué tienes pensado hacer, Shaelia?
#9
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[T2] Hormonas descontroladas - por Raiga Gin Ebra - 18-01-2025, 07:52 PM
RE: [T2] Hormonas descontroladas - por Raiga Gin Ebra - 23-01-2025, 10:34 AM

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