¿Sabías que…?
... un concepto de isla Yotsuba está inspirado en los juegos de Pokemon de tercera generación.
[Aventura] [T6] El poder de un Jarl
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Ragn ladeó una sonrisa ante la respuesta de Airgid, dejando escapar una breve risa por lo bajo. No era un hombre que se tomara a sí mismo demasiado en serio, pero esa observación tenía un toque de verdad que no podía ignorar. La idea de encontrarse con el Jarl y aquellos guerreros poderosos, de sentir ese ambiente cargado de energía, lo atraía como un imán. Además, si Astrid tenía razón, la amenaza que enfrentaban requería algo más que la fuerza bruta. Necesitarían estrategia, aliados, y tal vez una que otra sorpresa. Aunque si eso era verdad ... Quizás la rubia hubiera sido mejor opción. —Tienes las manos demasiado bonitas para ir, ¿eh?—le dijo con una chispa en la mirada, mientras ajustaba el cinturón que sujetaba algunos objetos y se colocaba sus temibles guantes. — Está bien, haré que el Jarl nos escuche. Si esto es tan grave como parece, no se quedará de brazos cruzados.— Se inclinó levemente hacia ella, bajando la voz. —Cuida de ella. Y no te fíes de esos cuervos, no me fio ... Si algo va mal, lo sabré. —Comentó abiertamente, para que incluso la mujer tirada en el suelo pudiera escucharlo. Era su manera de tranquilizar a Airgid, aunque no lo necesitaba, de hacerle saber que aunque se separaran, no iba a perder de vista la situación. El vínculo entre ambos era algo que iba más allá de las palabras, y Ragn sabía que ella se encargaría de Astrid y los niños sin problemas. Se enderezó, y su rostro se iluminó con esa mezcla de emoción y determinación que lo definía tan bien. —Bueno, pues me voy a hacer amigos nuevos. Asegúrate de que Astrid siga entera cuando vuelva.—Bromeó, aunque el tono grave de la situación no le era ajeno. Con una última mirada a los niños y a Airgid, Ragn se giró hacia el camino, hacia el monte y el Salón de Hrothgard.

Ragn observó la flecha por unos segundos mientras la giraba entre sus dedos, apreciando los detalles de su diseño. No entendía del todo la naturaleza de aquel material, pero podía sentir que no era una flecha cualquiera. Había algo en ella, una presencia casi viva, como si llevase consigo un fragmento del propio bosque o de la voluntad de Astrid. Sus ojos subieron de la flecha al cuervo que ahora descansaba en su hombro. Su mirada era penetrante, más inteligente de lo que habría esperado, y por un instante sintió que lo estudiaba de la misma manera en que él lo estaba haciendo. Los recuerdos de su padre en Elbaf ... Los cuervos ... Fueron inmediatos. — Entendido —dijo finalmente, con un tono que mezclaba seriedad y confianza. No era su costumbre recibir encargos tan ceremoniosos, pero no iba a defraudar. Guardó la flecha con cuidado en la parte interna de su cinturón, asegurándose de que no se perdiera en el trayecto. Luego, lanzó una última mirada a Astrid, que parecía ya resignada a depender de ellos por el momento.— No te preocupes, Astrid "La Tormenta", haré que tu mensaje llegue. — El cuervo en su hombro graznó ligeramente, como si respondiera por ella. Ragn soltó una breve carcajada, ajustando la mochila en su espalda mientras se giraba hacia Airgid para darle un beso antes de partir. Luego, sin más dilación, empezó a caminar hacia el sendero que llevaba al Salón de Hrothgard. El peso del cuervo sobre su hombro no le molestaba; al contrario, era como llevar un pedazo del bosque consigo, una conexión directa con el enigma de aquella isla. El viento helado acariciaba su rostro mientras sus pasos resonaban sobre la nieve. En el fondo, no podía evitar sonreír al pensar en lo que estaba por venir. Un Jarl, guerreros poderosos y un salón repleto de historias. Sí, aquello era exactamente el tipo de aventura que lo había llevado a los mares.

Ragn avanzó por el sendero helado, con el cuervo en su hombro y la flecha negra. Cada paso crujía en la nieve, rompiendo el silencio opresivo del bosque. Aunque el paisaje era sereno, la tensión en el aire no desaparecía. Había algo extraño de la flecha en su diseño, algo que parecía tener más historia de la que Astrid había compartido. Al acercarse al Salón de Hrothgard, las puertas de madera labrada capturaron su atención. Los grabados de lobos y dragones parecían moverse ligeramente bajo la luz del sol, como si estuvieran vivos en un duelo eterno. No pudo evitar detenerse un segundo para observarlas antes de seguir avanzando. Cuando los guardias lo vieron llegar, sus reacciones fueron tan visibles como sus palabras. La sorpresa en sus ojos fue casi divertida para Ragn, aunque no lo demostró. Al escuchar el comentario del primero, su ceja derecha se alzó apenas un poco, y una sonrisa apenas perceptible tironeó la comisura de sus labios. "¿Qué diablos significa esto?", decían los ojos del guardia tanto como su voz. Sin embargo, Ragn no dijo nada. Simplemente alzó la flecha para que la vieran mejor, dejando que la presencia del cuervo en su hombro hablara por sí misma. Su postura firme y su mirada directa no dejaban dudas de que no estaba allí por voluntad propia, sino por una causa mayor. Cuando uno de ellos finalmente asintió y abrió las puertas, Ragn inclinó ligeramente la cabeza en señal de reconocimiento, casi burlón, como si quisiera decir: "Eso pensaba". Pasó junto a ellos con la flecha en mano y el cuervo aún bien asentado, sin mirar atrás. Al cruzar las puertas y encontrarse con la magnitud del Salón de Hrothgard, incluso Ragn tuvo que admitir que el lugar era impresionante. El run run constante de las conversaciones, la decoración intrincada y la presencia de guerreros y líderes por igual... todo emanaba una energía que hacía latir más rápido el corazón. Pero no era nada comparado con el aura que Freydis proyectaba desde el trono. Cada paso que daba hacia ella estaba cargado de expectativa. La determinación en su andar no menguó, aunque en su interior, una chispa de emoción creció al ver al Jarl en toda su imponencia. Freydis no solo irradiaba poder, sino una presencia que no permitía dudas. Cuando lo llamó para que hablara, su voz y postura confirmaron lo que Ragn ya había asumido, esta mujer no toleraba rodeos ni tonterías.Su momento había llegado, y Ragn sabía bien cómo dejar una impresión.

El vikingo depositó sobre las manos de la mujer la flecha que tenía. — No está bien. Una bestia la ha atacado y está en peligro. Ella me lo entregó para que pudiera acceder a vosotros. — La mirada de Ragn chocó contra la de la mujer. — Por lo visto no os gusta mucho la gente extranjera, ¿no? — Preguntó, olvidando por un instante el por qué estaba allí. Necesitaba satisfacer también sus dudas. — Esto es como Elbaf pero en miniatura ... — Susurró, mirando los detalles de la habitación. ¿Miniatura? Skjoldheim era un bicharraco de isla, ¿como debía ser Elbaf?
Info

Estadisticas
#17


Mensajes en este tema
[T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 14-01-2025, 07:03 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 15-01-2025, 08:31 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 16-01-2025, 10:38 AM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 17-01-2025, 12:39 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 17-01-2025, 02:49 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 19-01-2025, 12:13 AM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 20-01-2025, 10:30 AM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 21-01-2025, 04:20 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 22-01-2025, 10:32 AM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 23-01-2025, 02:49 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 23-01-2025, 07:50 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Ragnheidr Grosdttir - 24-01-2025, 07:31 AM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 25-01-2025, 12:09 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - 26-01-2025, 05:05 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Airgid Vanaidiam - 29-01-2025, 09:11 PM
RE: [T6] El poder de un Jarl - por Octojin - Ayer, 10:56 AM

Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 14 invitado(s)