Drake Longspan
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28-01-2025, 12:53 AM
(Última modificación: 28-01-2025, 01:15 AM por Drake Longspan.)
SASURAI
La habitación tenía algo que resultaba inquietante, aunque no sabías muy bien qué era. Tal vez era el aire cargado por días de encierro o ese silencio incómodo que solo se rompía con los murmullos de Doremus. Fuera lo que fuera, el lugar parecía una cápsula detenida en el tiempo. Cada objeto, cada esquina, tenía algo que contar si sabías dónde mirar.
Cerca de la cama, un escritorio luchaba por mantener el orden entre un mar de papeles, frascos de vidrio con líquidos ambarinos y hierbas secas. Entre el caos, algo sobresalía. No por ser especialmente llamativo, sino por la manera en que estaba colocado, un marco de madera tallada, boca abajo, casi oculto entre los papeles. Parecía una foto familiar, de esas que se colocan con cariño pero que, por algún motivo, alguien había apartado.
Cuando le diste la vuelta, la imagen te sorprendió. Era Doremus, más joven, con un semblante sereno y fuerte. Tenía esa expresión que solo dan los años dedicados a ayudar a otros, a hacer el bien. Pero lo que de verdad te atrapó no fue él, sino las dos figuras a su lado. Una de ellas era Rilen, no había duda. Ese rostro preocupado que te había guiado hasta aquí era inconfundible. Pero entonces… ¿quién era el otro? Porque, fuera quien fuera, era idéntico.
No “parecido” ni “similar”. Era Rilen otra vez, pero con un porte distinto, como si intentara ser el reflejo de una personalidad opuesta.
Era una imagen desconcertante. Los tres posaban sonrientes, con un trasfondo que parecía algún jardín del pueblo. Las enredaderas y flores típicas de Flevance rodeaban la escena, pero no bastaban para suavizar el peso de las preguntas que despertaba esa fotografía. ¿Quién era ese segundo mink? ¿Un hermano? ¿Un gemelo que nadie había mencionado? ¿Por qué nadie parecía hablar de él?
Rilen estaba cerca, y no tardó en notar que habías encontrado algo. Su mirada, inicialmente curiosa, se volvió más difícil de leer cuando vio la fotografía en tus manos. Sus labios se apretaron, pero no dijo nada de inmediato. A unos pasos de distancia, Doremus seguía con sus murmullos, como si esa cadencia que repetía fuese ajena al tiempo y a todo lo que ocurría a su alrededor.
El marco no era muy grande, y la imagen mostraba algunas señales de desgaste. Parecía haber estado ahí por un tiempo considerable, olvidada o deliberadamente ignorada. Sin embargo, el hallazgo tenía demasiado peso para pasarlo por alto. Era como si esa fotografía fuera una clave importante en todo este enredo, un pedazo del rompecabezas que, hasta ahora, nadie había decidido colocar en su sitio.
El silencio pesaba en la habitación, y aunque la presencia de Rilen parecía tranquila, sus ojos, fijos en su maestro, contaban otra historia.
ASRADI
Aunque la actividad alrededor de Doremus era limitada, todo parecía contar una historia que esperaba ser descubierta.
Ante tu pregunta, Rilen se limitó a señalar al escritorio, cerca del marco de la foto que ahora investigaba Sasurai.
En el escritorio, junto al marco de madera que había captado la atención de Sasurai, algo más asomaba entre los papeles: un pequeño cuaderno de tapas desgastadas. Aunque estaba parcialmente cubierto por hojas sueltas y frascos vacíos, tenía manchas de tinta que sugerían un uso reciente.
El cuaderno parecía ser más que simples anotaciones. Al abrirlo, las primeras páginas estaban repletas de diagramas de flores y hojas, dibujadas con sorprendente detalle. Las palabras escritas a mano, aunque en ocasiones apresuradas, mencionaban términos como "llorosa de plata", "propiedades curativas no probadas" y "posible interacción con minerales en el agua".
Al avanzar en las páginas, las notas se volvían más erráticas, con líneas de texto tachadas y frases incompletas, como si el autor hubiera empezado a perder la claridad a medida que avanzaba.
Una anotación en particular destacaba:
"Efectos secundarios inciertos. Rastros de mineral en las raíces. Interacción con el agua del manantial podría ser clave. Precaución."
El cuaderno también incluía un dibujo rápido de las manchas que ahora cubrían la piel de Doremus, junto con preguntas escritas al margen: ¿Contagio? ¿Tóxico? ¿Propiedad latente?
Al lado de estas palabras, había un símbolo dibujado a mano, una figura que parecía una flor con raíces entrelazadas en espiral. Bajo el símbolo, una nota breve: "Voces en el agua. No acercarse sin protección."
El cuaderno era un rastro tangible del último trabajo de Doremus antes de caer enfermo. Las palabras y los dibujos parecían reflejar sus dudas y descubrimientos, pero también dejaban claro que había algo más en el manantial que simples flores contaminadas.
Si las raíces estaban afectadas por un mineral extraño, eso podía ser tanto la causa como el catalizador de lo que ahora lo mantenía en ese estado.
Rilen permanecía cerca, aunque su mirada todavía se desviaba hacia la fotografía que Sasurai había encontrado.
Parecía querer decir algo, pero no lo hacía, como si las preguntas que los visitantes estaban formulando lo hicieran reconsiderar lo que sabía.
Desde su posición, Doremus seguía murmurando con ese ritmo peculiar, un sonido que, aunque repetitivo, ahora parecía resonar con algo más...