Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
28-01-2025, 04:47 AM
Los hermanos Cuernavaca, a pesar de sus bravuconadas iniciales, se vieron prontamente superados por tu astucia y habilidades Sowon. La lluvia de rocas fue suficiente para romper su moral, sembrar el caos entre los dos, y a pesar de fallar, dejarte apertura suficiente para atacarlos sin darles tiempo a reaccionar.
Cartman, con su figura imponentemente torpe, pudo percatarse de tu embestida hacia su hermano. Su mirada se cruzó con la de Kenny, en un instante que pareció eterno para ellos, quien luego levantó su rifle con manos temblorosas, intentando apuntarte con precisión. Sin embargo, tu primer ataque, aquella cuchillada que diste fue rápida, devastadora y certera. No obstante, el blanco no fue el que esperabas. — No mataras a Kenny, hija de puta. — Sentenció Cartman mientras interponía su corpulento cuerpo entre el ataque y su hermano. El sable negro penetró profundamente en su pecho, silenciando su última palabra y haciéndolo caer al suelo como en lo que se había convertido, un saco de carne desangrándose.
La caída de Cartman dejó a Kenny completamente expuesto, no podría creer que su gran hermano mayor había sido eliminado sin problemas, dejándole solo en el mundo, solo en un combate contra ti. Continuando con tus dos ataques, uno de ellos amputó ambos brazos del francotirador, mientras que el otro desgarró su pecho con tal fuerza que lo lanzó hacia atrás. Así fue como el cuerpo de Kenny también cayó sin vida al suelo, bañando el terreno en sangre, con los ojos abiertos y el rostro congelado en una mezcla de terror y sorpresa que apenas seria visible gracias a su gran capucha. La batalla había terminado, casi tan rápido como había comenzado, con el novedoso resultado de que adivina... ¡mataron a Kenny!
Ahora, Sowon te encontrabas frente a lo que quedaba de los hermanos Cuernavaca, sus amenazas y fanfarronadas reducidas a cuerpos sin vida en una noche prometedora de verano, teniendo como acompañante los fuertes vientos que empezaron tras tu victoria, refrescando la zona. Con el combate finalizado, puedes enfocar tu atención en el verdadero objetivo, aquel por lo que te habían contratado. La base de los Banderas Rojas, ahora desprovista de defensores, estaba a su completa disposición.
Frente a ti, la entrada principal permanecía entreabierta, revelando un interior oscuro y desolado. Si decidías entrar, podrías inspeccionar el lugar con tranquilidad. Dentro, la estructura mostraría signos de un abandono apresurado. Los muebles estaban volcados, documentos y armas dispersos por el suelo, y ninguna señal de vida, salvo el eco de tus propios pasos resonando en las tablas del suelo. Si inspeccionabas con determinación encontraría en el vestíbulo, unas escaleras que descendían hacia lo que parecía ser un sótano.
Si decidías bajar, entrarías al sótano, un espacio oscuro y húmedo, con olor a agua posada, iluminado solo por una tenue lámpara de aceite colgando del techo. Allí, en una esquina, encontrarías a Isabella Duarte, la mujer yacía inconsciente, su cuerpo marcado por el maltrato, la ropa desgarrada y sucia, golpes visibles en el rostro, era una belleza ahora opacada por las heridas que había sufrido durante su cautiverio. A pesar de su estado, seguía respirando, aunque débilmente, por lo que su rescate, ahora a tu alcance, debía ser cuidadoso pero rápido para que pudiera ir a un lugar de primeros auxilios, al menos de que me sorprendas con que tienes ese tipo de conocimientos.
¿Qué harás Sowon? Tus acciones podrían dar paso al cierre de la historia… o bien alargarla si te volvías muy creativa con tus acciones como para ignorar mis sugerencias de entrar al refugio de los Bandera Roja y al sótano.
Cartman, con su figura imponentemente torpe, pudo percatarse de tu embestida hacia su hermano. Su mirada se cruzó con la de Kenny, en un instante que pareció eterno para ellos, quien luego levantó su rifle con manos temblorosas, intentando apuntarte con precisión. Sin embargo, tu primer ataque, aquella cuchillada que diste fue rápida, devastadora y certera. No obstante, el blanco no fue el que esperabas. — No mataras a Kenny, hija de puta. — Sentenció Cartman mientras interponía su corpulento cuerpo entre el ataque y su hermano. El sable negro penetró profundamente en su pecho, silenciando su última palabra y haciéndolo caer al suelo como en lo que se había convertido, un saco de carne desangrándose.
La caída de Cartman dejó a Kenny completamente expuesto, no podría creer que su gran hermano mayor había sido eliminado sin problemas, dejándole solo en el mundo, solo en un combate contra ti. Continuando con tus dos ataques, uno de ellos amputó ambos brazos del francotirador, mientras que el otro desgarró su pecho con tal fuerza que lo lanzó hacia atrás. Así fue como el cuerpo de Kenny también cayó sin vida al suelo, bañando el terreno en sangre, con los ojos abiertos y el rostro congelado en una mezcla de terror y sorpresa que apenas seria visible gracias a su gran capucha. La batalla había terminado, casi tan rápido como había comenzado, con el novedoso resultado de que adivina... ¡mataron a Kenny!
Ahora, Sowon te encontrabas frente a lo que quedaba de los hermanos Cuernavaca, sus amenazas y fanfarronadas reducidas a cuerpos sin vida en una noche prometedora de verano, teniendo como acompañante los fuertes vientos que empezaron tras tu victoria, refrescando la zona. Con el combate finalizado, puedes enfocar tu atención en el verdadero objetivo, aquel por lo que te habían contratado. La base de los Banderas Rojas, ahora desprovista de defensores, estaba a su completa disposición.
Frente a ti, la entrada principal permanecía entreabierta, revelando un interior oscuro y desolado. Si decidías entrar, podrías inspeccionar el lugar con tranquilidad. Dentro, la estructura mostraría signos de un abandono apresurado. Los muebles estaban volcados, documentos y armas dispersos por el suelo, y ninguna señal de vida, salvo el eco de tus propios pasos resonando en las tablas del suelo. Si inspeccionabas con determinación encontraría en el vestíbulo, unas escaleras que descendían hacia lo que parecía ser un sótano.
Si decidías bajar, entrarías al sótano, un espacio oscuro y húmedo, con olor a agua posada, iluminado solo por una tenue lámpara de aceite colgando del techo. Allí, en una esquina, encontrarías a Isabella Duarte, la mujer yacía inconsciente, su cuerpo marcado por el maltrato, la ropa desgarrada y sucia, golpes visibles en el rostro, era una belleza ahora opacada por las heridas que había sufrido durante su cautiverio. A pesar de su estado, seguía respirando, aunque débilmente, por lo que su rescate, ahora a tu alcance, debía ser cuidadoso pero rápido para que pudiera ir a un lugar de primeros auxilios, al menos de que me sorprendas con que tienes ese tipo de conocimientos.
¿Qué harás Sowon? Tus acciones podrían dar paso al cierre de la historia… o bien alargarla si te volvías muy creativa con tus acciones como para ignorar mis sugerencias de entrar al refugio de los Bandera Roja y al sótano.