El panda continuaba en el barco, ayudando a desplegar las velas y subiendo el ancla para salir a mar abierto. El pirata Kael parecía estar algo más calmado y racional, quizás las palabras de Panda lo habían logrado convencer para que cesara con la violencia y en su lugar buscara otra vía para solucionar sus conflictos.
Sorpresivamente, un tercero se involucraría, una mujer morena, de largas trenzas, lanzaría su poderoso látigo a una velocidad increíble y sacudiría al pirata dominándolo al instante, con un golpazo directo en la espalda.
-A la flauta!- Llego a decir panda sorprendido, por el despliegue de habilidad que acababa de presenciar.
~Que mujer más feroz, es como una tigresa cazando a su presa, menos mal que no es mi enemigo~ pensaba, mientras se escondía, solo en caso de que aquella mujer, no satisfecho con el pirata tuerto, no se le de por comer panda a la parrilla más tarde.
Por fortuna el barco alcanzo a zarpar, dejando a aquella fiera junto a su presa. Panda observo como el látigo de la morena se enrollaba en aquel pirata mal herido, agradeció a San Pedro no haber sido el la victima fatal de aquel encuentro y le dedico unas palabras de despedida al rufián.
-Adiós Kael, un gusto conocerte, nos vemos en otra vida- Dijo Panda, mientras mascaba algo de Bambu, tanto esfuerzo le dio hambre.
En poco tiempo una segunda embarcación llego, era nada más ni nada menos que el contratista de los Blackmore. Parecía contento por el resultado de la mision y pedía que movieran las mercancías al otro barco.
-Dale ahí las subo.- Dijo panda levantándose con algo de pereza y agarrando las cajas. Naturalmente los ajenos al grupo de mercenarios probablemente no entenderían de que se trataba aquel intercambio y no tendrían porque saberlo.
Por fortuna, el lobo estuvo astuto y con su palabrería se invento una buena escusa para convencer a los marineros, por lo que panda solo asentía y seguiría cargando la mercancía.
-Así es, como dice el lobo, esta mercancía ahora ira a un lugar mejor- Decía panda para seguirle el juego, aunque naturalmente sabia que era un simple robo sin más, pero quizás los mafiosos sabrían encargarse a partir de allí.
-Agradecemos su cooperación y serán recompensados por la misma- Repetía panda, como si de un discurso armado se tratase.
Después de todo, panda era un simple pirata, aquella transacción solo eran negocios para el, negocios con los cuales planeaba comprar más bambu y cosas deliciosas y quizás algún día porque no conseguir un buen barco para navegar las aguas tranquilas del East Blue.
Sorpresivamente, un tercero se involucraría, una mujer morena, de largas trenzas, lanzaría su poderoso látigo a una velocidad increíble y sacudiría al pirata dominándolo al instante, con un golpazo directo en la espalda.
-A la flauta!- Llego a decir panda sorprendido, por el despliegue de habilidad que acababa de presenciar.
~Que mujer más feroz, es como una tigresa cazando a su presa, menos mal que no es mi enemigo~ pensaba, mientras se escondía, solo en caso de que aquella mujer, no satisfecho con el pirata tuerto, no se le de por comer panda a la parrilla más tarde.
Por fortuna el barco alcanzo a zarpar, dejando a aquella fiera junto a su presa. Panda observo como el látigo de la morena se enrollaba en aquel pirata mal herido, agradeció a San Pedro no haber sido el la victima fatal de aquel encuentro y le dedico unas palabras de despedida al rufián.
-Adiós Kael, un gusto conocerte, nos vemos en otra vida- Dijo Panda, mientras mascaba algo de Bambu, tanto esfuerzo le dio hambre.
En poco tiempo una segunda embarcación llego, era nada más ni nada menos que el contratista de los Blackmore. Parecía contento por el resultado de la mision y pedía que movieran las mercancías al otro barco.
-Dale ahí las subo.- Dijo panda levantándose con algo de pereza y agarrando las cajas. Naturalmente los ajenos al grupo de mercenarios probablemente no entenderían de que se trataba aquel intercambio y no tendrían porque saberlo.
Por fortuna, el lobo estuvo astuto y con su palabrería se invento una buena escusa para convencer a los marineros, por lo que panda solo asentía y seguiría cargando la mercancía.
-Así es, como dice el lobo, esta mercancía ahora ira a un lugar mejor- Decía panda para seguirle el juego, aunque naturalmente sabia que era un simple robo sin más, pero quizás los mafiosos sabrían encargarse a partir de allí.
-Agradecemos su cooperación y serán recompensados por la misma- Repetía panda, como si de un discurso armado se tratase.
Después de todo, panda era un simple pirata, aquella transacción solo eran negocios para el, negocios con los cuales planeaba comprar más bambu y cosas deliciosas y quizás algún día porque no conseguir un buen barco para navegar las aguas tranquilas del East Blue.