
Julius Basileus
El Ogro
01-02-2025, 07:46 AM
Desafortunadamente para mi diversión el más pequeño de los dos ya estaba fuera de combate, pues este claramente sufría de unas peligrosas fracturas y su mente no parecía estar en sus lugar. Por otro lado su amigo, el grandote, estaba siendo presionado por mi poderoso agarre, el cual no le dejaba hacer nada más que gritar por el dolor. Este fue tal que el muy idiota confesó todo lo que habían hecho para vengarse de mi en frente de todas aquellas personas, los cuales reaccionaron de distintas formas.
La pelea parecía llegar a su fin y ya se me habían quitado las ganas de luchar, ver a un tipo así de grande llorar hacía que se me dibuje una cara de puro asco. Liberé al tipo de mi agarre y este se fue para ayudar a su compañero cuando de repente llegaron soldados de la marina, supuestamente para detenerme por el robo de un bote. Luego de un rato explicando las cosas y gracias a la ayuda de la gente que estaba en aquél lugar estos entendieron la situación, arrestando a aquellos dos tipos en mi lugar y de cierta forma agradeciendo lo que había hecho.
Los ciudadanos que habían visto todo lo que pasó ahí rápidamente corrieron la voz, haciendo que en nada de tiempo toda Cocoyashi supiera de los verdaderos ladrones de botes. Varias de aquellas personas vinieron hacia mi con el único objetivo de disculparse por haberle acusado de algo que este no había cometido. Aunque veía esto también había una mayoría asustada tras ver de lo que era capaz de hacer, pues al final salí de aquella pelea básicamente intacto.
Al seguir escuchando las disculpas de los ciudadanos decidí hablar y darles una enseñanza de vida. — ¡No se disculpen conmigo, pues quien sabe, tal vez se estén disculpando con un posible malechor! ¡Basasasasa! — Finalmente estaba libre, libre para hacer lo que quisiera y sabía cual era mi siguiente paso; largarme del archipiélago Conomi. Aquél sería mi punto de partida para empezar mi camino por la piratería, donde de seguro empezaría buscando algo de problema en el muelle de la ciudad.
La pelea parecía llegar a su fin y ya se me habían quitado las ganas de luchar, ver a un tipo así de grande llorar hacía que se me dibuje una cara de puro asco. Liberé al tipo de mi agarre y este se fue para ayudar a su compañero cuando de repente llegaron soldados de la marina, supuestamente para detenerme por el robo de un bote. Luego de un rato explicando las cosas y gracias a la ayuda de la gente que estaba en aquél lugar estos entendieron la situación, arrestando a aquellos dos tipos en mi lugar y de cierta forma agradeciendo lo que había hecho.
Los ciudadanos que habían visto todo lo que pasó ahí rápidamente corrieron la voz, haciendo que en nada de tiempo toda Cocoyashi supiera de los verdaderos ladrones de botes. Varias de aquellas personas vinieron hacia mi con el único objetivo de disculparse por haberle acusado de algo que este no había cometido. Aunque veía esto también había una mayoría asustada tras ver de lo que era capaz de hacer, pues al final salí de aquella pelea básicamente intacto.
Al seguir escuchando las disculpas de los ciudadanos decidí hablar y darles una enseñanza de vida. — ¡No se disculpen conmigo, pues quien sabe, tal vez se estén disculpando con un posible malechor! ¡Basasasasa! — Finalmente estaba libre, libre para hacer lo que quisiera y sabía cual era mi siguiente paso; largarme del archipiélago Conomi. Aquél sería mi punto de partida para empezar mi camino por la piratería, donde de seguro empezaría buscando algo de problema en el muelle de la ciudad.