Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
11-08-2024, 11:52 PM
(Última modificación: 12-08-2024, 12:04 AM por Gavyn Peregrino.)
Incliné la cabeza hacia un lado, observando la reacción del hombre con ligera pereza, aunque en el fondo sentía más cautela que cualquier otra cosa, llamar la atención cuando tienes alas blancas y enormes no es algo poco habitual, el problema es el tipo de atención que atraes, la mayoría de las veces son personas interesadas en saber más acerca de las rarezas de mi especie, aunque no había nada demasiado interesante más allá de las los apéndices en mi espalda, bueno, y quizás las habilidades relacionadas con el sol, las cuales, realmente no destacaban mucho más allá de la regeneración más rápida de la usual, que podía decaer por la noche. No era un Lunarian ni un Skypian, era una mezcla de ambos que estaba parcialmente aceptada por las mentes más abiertas de ambas especies, y eso ya era demasiado en sí.
Moví las alas en mi espalda con cuidado, acomodándolas para que estuvieran plegadas cerca de mí, aunque no podía apoyarlas en el respaldo, ya que existía la posibilidad de que las choquen, y tampoco era posible dejarlas completamente detrás de mí, porque la silla se interponía en el camino. Sabía que las plumas se habían esponjado ligeramente para hacerme parecer más grande, constantemente me decía a mí mismo que no era un ave, pero a veces reaccionaba como tal, tampoco es como si supiera de donde provenían los skypian o los lunarian, poco había investigado acerca del tema, no demasiado ansioso por acercarme al pasado más lejano que tenía, o que no tenía, mejor dicho.
En respuesta a su sonrisa pícara también sonreí descaradamente, crispando la comisura de mis labios, sentía que era un desafío en algún punto, y me agradaban los desafíos. Mordí otro trozo de pollo, bebiendo también de mi jarra de cerveza negra, notando que teníamos gustos algo similares, y dejé el palillo ya limpio en el plato habiendo devorado el pollo de forma casi instantánea, admitía tener un hambre voraz, nada que ocultar, o quizás gula, estaba entre esos dos. Tomé una servilleta para limpiar mi mano, deteniéndome a medio camino cuando escuché la pregunta del moreno… Lo miré, con los ojos como dos monedas de oro, desconcertado.
¿Eh?
Parpadeé, volviendo a inclinar la cabeza hacia el otro lado, y sujeté uno de los laterales del cuello de mi chaqueta, cubriéndome la mitad del rostro y soltando un resoplido divertido ante la repentina, pero absurda pregunta del hombre frente a mí ¿Qué diablos? Traté de no reírme, porque perdería así toda la dignidad que había mostrado hasta el momento, aunque tenía la vaga idea de que, después de encubrir mi expresión, había perdido una parte del desafío. Tampoco me había dado cuenta de que desvié la mirada, por lo que volví mis ojos lentamente hacia él, esta vez con expresión un tanto más seria, entrecerré los ojos nuevamente, alzando las cejas, no de forma desconfiada, sino comprendiendo que es lo que intentaba, al menos hasta cierto punto, ya que leer mentes no estaba dentro de mi repertorio de habilidades.
Aunque me solucionaría muchos problemas de la vida cotidiana, sin duda.
Solté la solapa de mi chaqueta de vuelo, dejando al descubierto la mitad inferior de mi rostro, hice una mueca pensativa genuina, a diferencia de él, y tamborilee los dedos sobre la madera de la mesa mientras agarraba otra brocheta con la mano libre.
. – Solo si pides una buena cantidad de nuggets, no me voy a conformar con unos pocos y compartirte la mitad de mi comida. –Moví la brocheta en círculos, apuntando hacia él con diversión– ¿Te parece un trato justo?
Fruncí el ceño, sin borrar la sonrisa de mi rostro cuando pidió los nuggets, no esperaba que cumpliera, pero era una grata sorpresa saber que lo haría, aunque su siguiente pregunta me arrancó un resoplido jocoso, hasta un poco irónico, internamente me regodee un poco, manteniendo quietas mis alas para no pavonearse como un pavo real que enseña su abanico de plumas más brillantes.
. – No, no soy teñido, es natural. Pero fue un buen intento. –Señalé mis cejas rubias y plumosas– No me teñiría las cejas de forma permanente. Pero si quieres consejos para teñir el pelo podría darte algunos, sí lo he teñido de otros colores en ciertas situaciones.
Dejé la brocheta en el plato en un gesto rápido, pero despreocupado y entrelacé los dedos de mis manos, apoyando la barbilla sobre el puño que formé con estos. La sonrisa en mi rostro se tornó un poco más confiada.
. – Sino tuviera un buen radar gay, y no supiera que estás intentando charlar conmigo porque sientes curiosidad por mi especie, diría que quieres invitarme a cenar y me estás halagando, así que espero que la próxima pregunta no sea algo como “¿Tienes Den Den Mushi?” porque me voy a decepcionar. –Sujeté el asa de mi jarra, bebiendo un sorbo sin dejar de mirarle– Aunque agradezco que acaricies mi ego, pero tengo suficiente de eso.
Cuando llegó su pedido de nuggets, resoplé por la nariz suavemente, recogiendo cinco brochetas para él y colocándolas en su plato.
. – Trato. –Acepté lacónicamente, terminando de beber la primera jarra de la noche.
La invitación a más tragos me llamaron la atención, usualmente las personas no gastan dinero en otros a menos que tengan como objetivo conseguir algo de estos, siempre era consciente de esto, así que me encontré en un estado dubitativo, pero supuse que solo le interesaba que le cuente acerca de los solarian.
. – Hm, me gustaría otro trago, siempre que dividamos la cuenta, no me gusta tener deudas.
Aclaré por si acaso, tomando un nugget de su plato para comerlo con hambre voraz, las jarras de cerveza llegaron en cuestión de minutos, al igual que su pregunta.
. – Si, soy un solarian. Las alas me delatan allá donde voy, a veces, a menos que las personas no sepan nada acerca de los skypian, como el hecho de que no pueden volar.
Removí las plumas con un gesto algo engreído, porque estaba orgulloso de mi capacidad de ser libre a pesar de los prejuicios. Iba donde quería en el momento en que quería, era consciente de mis miedos, pero aún así prefería no escapar de lo que era.
. – Me llamo Gavyn, Gavyn Peregrino, por cierto ¿Con quien tengo el placer de hablar?
Moví las alas en mi espalda con cuidado, acomodándolas para que estuvieran plegadas cerca de mí, aunque no podía apoyarlas en el respaldo, ya que existía la posibilidad de que las choquen, y tampoco era posible dejarlas completamente detrás de mí, porque la silla se interponía en el camino. Sabía que las plumas se habían esponjado ligeramente para hacerme parecer más grande, constantemente me decía a mí mismo que no era un ave, pero a veces reaccionaba como tal, tampoco es como si supiera de donde provenían los skypian o los lunarian, poco había investigado acerca del tema, no demasiado ansioso por acercarme al pasado más lejano que tenía, o que no tenía, mejor dicho.
En respuesta a su sonrisa pícara también sonreí descaradamente, crispando la comisura de mis labios, sentía que era un desafío en algún punto, y me agradaban los desafíos. Mordí otro trozo de pollo, bebiendo también de mi jarra de cerveza negra, notando que teníamos gustos algo similares, y dejé el palillo ya limpio en el plato habiendo devorado el pollo de forma casi instantánea, admitía tener un hambre voraz, nada que ocultar, o quizás gula, estaba entre esos dos. Tomé una servilleta para limpiar mi mano, deteniéndome a medio camino cuando escuché la pregunta del moreno… Lo miré, con los ojos como dos monedas de oro, desconcertado.
¿Eh?
Parpadeé, volviendo a inclinar la cabeza hacia el otro lado, y sujeté uno de los laterales del cuello de mi chaqueta, cubriéndome la mitad del rostro y soltando un resoplido divertido ante la repentina, pero absurda pregunta del hombre frente a mí ¿Qué diablos? Traté de no reírme, porque perdería así toda la dignidad que había mostrado hasta el momento, aunque tenía la vaga idea de que, después de encubrir mi expresión, había perdido una parte del desafío. Tampoco me había dado cuenta de que desvié la mirada, por lo que volví mis ojos lentamente hacia él, esta vez con expresión un tanto más seria, entrecerré los ojos nuevamente, alzando las cejas, no de forma desconfiada, sino comprendiendo que es lo que intentaba, al menos hasta cierto punto, ya que leer mentes no estaba dentro de mi repertorio de habilidades.
Aunque me solucionaría muchos problemas de la vida cotidiana, sin duda.
Solté la solapa de mi chaqueta de vuelo, dejando al descubierto la mitad inferior de mi rostro, hice una mueca pensativa genuina, a diferencia de él, y tamborilee los dedos sobre la madera de la mesa mientras agarraba otra brocheta con la mano libre.
. – Solo si pides una buena cantidad de nuggets, no me voy a conformar con unos pocos y compartirte la mitad de mi comida. –Moví la brocheta en círculos, apuntando hacia él con diversión– ¿Te parece un trato justo?
Fruncí el ceño, sin borrar la sonrisa de mi rostro cuando pidió los nuggets, no esperaba que cumpliera, pero era una grata sorpresa saber que lo haría, aunque su siguiente pregunta me arrancó un resoplido jocoso, hasta un poco irónico, internamente me regodee un poco, manteniendo quietas mis alas para no pavonearse como un pavo real que enseña su abanico de plumas más brillantes.
. – No, no soy teñido, es natural. Pero fue un buen intento. –Señalé mis cejas rubias y plumosas– No me teñiría las cejas de forma permanente. Pero si quieres consejos para teñir el pelo podría darte algunos, sí lo he teñido de otros colores en ciertas situaciones.
Dejé la brocheta en el plato en un gesto rápido, pero despreocupado y entrelacé los dedos de mis manos, apoyando la barbilla sobre el puño que formé con estos. La sonrisa en mi rostro se tornó un poco más confiada.
. – Sino tuviera un buen radar gay, y no supiera que estás intentando charlar conmigo porque sientes curiosidad por mi especie, diría que quieres invitarme a cenar y me estás halagando, así que espero que la próxima pregunta no sea algo como “¿Tienes Den Den Mushi?” porque me voy a decepcionar. –Sujeté el asa de mi jarra, bebiendo un sorbo sin dejar de mirarle– Aunque agradezco que acaricies mi ego, pero tengo suficiente de eso.
Cuando llegó su pedido de nuggets, resoplé por la nariz suavemente, recogiendo cinco brochetas para él y colocándolas en su plato.
. – Trato. –Acepté lacónicamente, terminando de beber la primera jarra de la noche.
La invitación a más tragos me llamaron la atención, usualmente las personas no gastan dinero en otros a menos que tengan como objetivo conseguir algo de estos, siempre era consciente de esto, así que me encontré en un estado dubitativo, pero supuse que solo le interesaba que le cuente acerca de los solarian.
. – Hm, me gustaría otro trago, siempre que dividamos la cuenta, no me gusta tener deudas.
Aclaré por si acaso, tomando un nugget de su plato para comerlo con hambre voraz, las jarras de cerveza llegaron en cuestión de minutos, al igual que su pregunta.
. – Si, soy un solarian. Las alas me delatan allá donde voy, a veces, a menos que las personas no sepan nada acerca de los skypian, como el hecho de que no pueden volar.
Removí las plumas con un gesto algo engreído, porque estaba orgulloso de mi capacidad de ser libre a pesar de los prejuicios. Iba donde quería en el momento en que quería, era consciente de mis miedos, pero aún así prefería no escapar de lo que era.
. – Me llamo Gavyn, Gavyn Peregrino, por cierto ¿Con quien tengo el placer de hablar?