Hay rumores sobre…
... que existe un circuito termal en las Islas Gecko. Aunque también se dice que no es para todos los bolsillos.
[Común] La coca es carísima
Ed Contróy
Camaleón Escarlata
Recibo el paquete con dedos tensos, casi arrancándolo de las manos de Airgid antes de que pueda decir una palabra. No hace falta hablar. Lo que necesito está ahí, justo donde debería. El peso en mi mano es familiar, reconfortante, pero no me quedo a saborearlo. La taberna está demasiado llena, demasiado ruidosa. Cada carcajada, cada choque de tarros, cada paso sobre la madera parece un martillazo directo a mi cráneo. Me levanto sin prisa, pero sin pausa. No miro a nadie. No hace falta. La puerta se abre con un chirrido, y el frío de la noche me recibe como una bofetada helada. Mejor. Prefiero el hielo al calor sofocante de esa pocilga.

Hoy me duele la cabeza. Y no tengo paciencia para nadie. El crujido de la nieve bajo mis botas marca el ritmo de mi avance mientras me alejo de la taberna. La ráfaga helada que azota la calle me hiela la piel expuesta, pero la bienvenida del frío es mejor que el ruido y la pestilencia del interior. Respiro hondo, sintiendo el aire cortante llenar mis pulmones. No ayuda. El dolor en mi cabeza sigue ahí, aferrado con garras invisibles, latiendo al compás de mi irritación. El paquete está seguro dentro de mi abrigo, su peso un recordatorio de que la espera ha terminado. Aún así, la ansiedad no se disipa por completo. Mis ojos recorren la calle, escudriñando cada sombra, cada rincón donde alguien podría estar observando. La sensación de ser vigilado nunca desaparece del todo en Skjoldheim. No aquí, donde la gente sobrevive desconfiando hasta de su propia sombra.

Las casas de madera se alzan a ambos lados del camino, ventanas cubiertas de escarcha y puertas firmemente cerradas contra el invierno. Solo unas pocas luces parpadean en la distancia, reflejándose en charcos helados y cubriendo el suelo con destellos anaranjados. No me detengo. No puedo permitírmelo. Tomo un desvío por un callejón estrecho, donde la nieve se ha acumulado en montículos sucios contra las paredes. Aquí, el viento apenas llega, pero el hedor de orina y madera podrida es sofocante. Sigo avanzando con el ceño fruncido, sintiendo cada latido como un puñal dentro de mi cráneo. Necesito un lugar donde estar solo. Un lugar donde nadie me moleste, donde pueda calmar esta maldita tormenta en mi cabeza. A lo lejos, el sonido de pasos rompe la quietud. No son los míos. Me detengo en seco, los músculos tensos, y giro apenas la cabeza para escuchar mejor. El eco rebota entre las paredes del callejón, difuso, imposible de ubicar con certeza. Aprieto los dientes y afianzo el paquete contra mi pecho.

No tengo tiempo para esto. No esta noche.

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Mensajes en este tema
La coca es carísima - por Ed Contróy - 16-01-2025, 07:56 PM
RE: La coca es carísima - por Airgid Vanaidiam - 18-01-2025, 11:31 AM
RE: La coca es carísima - por Lobo Jackson - 25-01-2025, 07:09 PM
RE: La coca es carísima - por Ed Contróy - 01-02-2025, 06:10 PM

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