
Arthur Soriz
Gramps
03-02-2025, 03:31 AM
Vaya tacto para decir las cosas, maestro. Pero Eos asintió con la cabeza cuando le dijiste que entrara a la habitación. Se notaba visiblemente confundida porque creyó que no sería necesaria su presencia en aquel lugar con la idea de que Harpócrates te escribiera en la liberta. Sí, sería un método lento pero al menos creía que se iban a entender. Tomó asiento al lado del mudo y se quedó mirándote un poco extrañada y lo mismo él que pensó en cierto momento te había llegado a molestar o algo por el estilo. Sin embargo, lo que menos se esperaban que les fueras a decir honestamente era el hecho de que les estuvieras confesando sin tapujos que no sabías leer.
Los ojos de ambos se abrieron de par en par nada más esas palabras salieron por tu boca, incluso las suyas quedando entreabiertas totalmente incrédulos ante el hecho de que a la persona que había asumido el mando de aquella familia por completo en cuestión de unas horas, fuese así por la cara un analfabeto.
La primera reacción tanto de Eos como de Harpócrates fue de soltar un corto "¿Eh?", seguido de Eos aclarando ligeramente la garganta y disponerse a hablar primera. Se notaba de hecho que estaba aguantándose las ganas de reír, mientras que Harpócrates a su lado apretaba los labios y parecía incluso tener lágrimas en los ojos de aguantarse la carcajada.
— Pero ... pero a ver, ¿así, sin más? ¿No sabes leer, ni escribir? —preguntaba aunque no esperó respuesta, suspirando un poco para luego reír aunque no era en burla contra ti, sino más bien porque honestamente le daba un poco de ternura. Por su parte el mudo ya estaba retorciéndose porque no sabía si reír o llorar... la persona en la que le habían confiado el futuro de la familia no había recibido educación adecuada en toda su vida. Quizás una ínfima ventaja de haber sido traídos por su padre a diferencia de a ti que te dejaron tirado como si hubieras sido un producto fallado.
Harpócrates hizo unas señas veloces al llamarle la atención a Eos con un tacto en su hombro. Tú veías sus gestos, y Eos rápidamente le dio un cachetazo en la nuca haciendo mover su cabeza un poco.
— Pedazo de tonto... dice que si yo seré tu voz y él tus ojos, vamos a tener que encontrar alguien que sea tus manos. —tras interpretar esto por él, Harpócrates hizo un gesto como diciendo que era broma nada más lo que decía. Después comenzó a hacer señas nuevamente, mientras que Eos con una habilidad que podría incluso considerarse envidiable empezaba transmitir las palabras de su hermano con un detalle estremecedor, se notaba que se conocían hacía muchísimo tiempo ya.
— Si estás preocupado por lo que pensará la Marina acerca de nosotros, puedes quedarte tranquilo que no saldremos a la superficie hasta que nos des el visto bueno, y eso lo incluye a él y al resto de los que tenían permiso de salir de Heracles —hizo una pausa, ya que seguía haciendo señas. Era una charla bastante veloz que estaba teniendo, y su hermana traducía en un tono calmo—. Pudimos esperar por Heracles, podemos esperar por ti... si quieres que el resto de nuestros hermanos salgan a la superficie, deberán ser educados, entrenados... nunca interactuaron con nadie que no fuera nosotros, así que... les costará adaptarse, y mucho.
Eos se notaba un poco acongojada, ya que a fin de cuentas ella era una de esos que no había visto nunca la superficie, pero aún así también se veía feliz, porque sabía que tarde o temprano tú les permitirías hacer lo que Heracles nunca quiso desde un principio. Conocer lo que es la verdadera libertad, tomar su merecido lugar en el mundo y no solamente ser sombras que se escabullen y reptan por las alcantarillas. Las siguientes señas de Harpócrates sin embargo fueron recibidas de manera un tanto reacia, Eos encogiéndose ligeramente de hombros.
— Pero no es bueno apurar las cosas... —pronto fue interrumpida por nuevas señas— Sí, lo sé, dice que esperar a decirle a la Marina sobre nosotros podría ser problemático, a estas alturas ya habrán visto que no estabas en tus aposentos, de alguna manera tendrás que decirles, solo espero que sea la adecuada...
El como se expresaba hacía saber que el mudo era sabio, un lagarto poco más mayor que ustedes, ¿quizás más cerca de los treinta que de los veinte? Tampoco es que fuese fácil deducirlo tan solo mirando su rostro, todos son más o menos iguales en mayor o menor medida.
— Y ahora, pregunta... que con intérprete al lado ya no habrá problema para entendernos.
Los ojos de ambos se abrieron de par en par nada más esas palabras salieron por tu boca, incluso las suyas quedando entreabiertas totalmente incrédulos ante el hecho de que a la persona que había asumido el mando de aquella familia por completo en cuestión de unas horas, fuese así por la cara un analfabeto.
La primera reacción tanto de Eos como de Harpócrates fue de soltar un corto "¿Eh?", seguido de Eos aclarando ligeramente la garganta y disponerse a hablar primera. Se notaba de hecho que estaba aguantándose las ganas de reír, mientras que Harpócrates a su lado apretaba los labios y parecía incluso tener lágrimas en los ojos de aguantarse la carcajada.
— Pero ... pero a ver, ¿así, sin más? ¿No sabes leer, ni escribir? —preguntaba aunque no esperó respuesta, suspirando un poco para luego reír aunque no era en burla contra ti, sino más bien porque honestamente le daba un poco de ternura. Por su parte el mudo ya estaba retorciéndose porque no sabía si reír o llorar... la persona en la que le habían confiado el futuro de la familia no había recibido educación adecuada en toda su vida. Quizás una ínfima ventaja de haber sido traídos por su padre a diferencia de a ti que te dejaron tirado como si hubieras sido un producto fallado.
Harpócrates hizo unas señas veloces al llamarle la atención a Eos con un tacto en su hombro. Tú veías sus gestos, y Eos rápidamente le dio un cachetazo en la nuca haciendo mover su cabeza un poco.
— Pedazo de tonto... dice que si yo seré tu voz y él tus ojos, vamos a tener que encontrar alguien que sea tus manos. —tras interpretar esto por él, Harpócrates hizo un gesto como diciendo que era broma nada más lo que decía. Después comenzó a hacer señas nuevamente, mientras que Eos con una habilidad que podría incluso considerarse envidiable empezaba transmitir las palabras de su hermano con un detalle estremecedor, se notaba que se conocían hacía muchísimo tiempo ya.
— Si estás preocupado por lo que pensará la Marina acerca de nosotros, puedes quedarte tranquilo que no saldremos a la superficie hasta que nos des el visto bueno, y eso lo incluye a él y al resto de los que tenían permiso de salir de Heracles —hizo una pausa, ya que seguía haciendo señas. Era una charla bastante veloz que estaba teniendo, y su hermana traducía en un tono calmo—. Pudimos esperar por Heracles, podemos esperar por ti... si quieres que el resto de nuestros hermanos salgan a la superficie, deberán ser educados, entrenados... nunca interactuaron con nadie que no fuera nosotros, así que... les costará adaptarse, y mucho.
Eos se notaba un poco acongojada, ya que a fin de cuentas ella era una de esos que no había visto nunca la superficie, pero aún así también se veía feliz, porque sabía que tarde o temprano tú les permitirías hacer lo que Heracles nunca quiso desde un principio. Conocer lo que es la verdadera libertad, tomar su merecido lugar en el mundo y no solamente ser sombras que se escabullen y reptan por las alcantarillas. Las siguientes señas de Harpócrates sin embargo fueron recibidas de manera un tanto reacia, Eos encogiéndose ligeramente de hombros.
— Pero no es bueno apurar las cosas... —pronto fue interrumpida por nuevas señas— Sí, lo sé, dice que esperar a decirle a la Marina sobre nosotros podría ser problemático, a estas alturas ya habrán visto que no estabas en tus aposentos, de alguna manera tendrás que decirles, solo espero que sea la adecuada...
El como se expresaba hacía saber que el mudo era sabio, un lagarto poco más mayor que ustedes, ¿quizás más cerca de los treinta que de los veinte? Tampoco es que fuese fácil deducirlo tan solo mirando su rostro, todos son más o menos iguales en mayor o menor medida.
— Y ahora, pregunta... que con intérprete al lado ya no habrá problema para entendernos.