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Aku
Señor de las tinieblas
06-02-2025, 03:15 AM
Oykot era una isla esplendorosa, hasta en los pequeños detalles, muchos de sus tejados y fachadas tenían decoraciones o emotivas referencias al océano que tanto les había dado, pues antes de la central eléctrica, era la grasa de ballena y otros bienes de la pesca los habían convertido su isla y le habían dado su actual gran esplendor, las casas buscaban llamar la atención con pinturas de azules claros, las tiendas usaban coloras claros u oscuros para dar un indicio de que tipo de mercancía se vendia en cada local, de sus extraños y lujosos bienes, especias o incluso artilugios que se habían encontrado en islas alejadas de este mar. Sus gentes vestían hermosas telas amplias y cómodas que los hacían ver como un hermoso pueblo mediterráneo. Los Esplendorosos mercados al aire libre donde compraban y vendían pescado de todo tipo, incluso algunas especies del North Blue, gracias a las nuevas rutas comerciales que se habían abierto en los últimos eventos, donde cocineros expertos compraban y cocinaban para lujosos restaurantes o incluso para la familia real de Oykot.
Lujos… que están fuera de la mayoría. Pues mientras una mitad de la isla esta en alza, la otra decae.
Pero un cazador como tu, no viene a darse lujos, así que, tras cruzar un puente de madera desvencijado, sin duda has llegado a la zona este de la ciudad, una parte pintoresca, humilde y antigua, a tu vista se alzaban grupos de chabolas de madera podrida mal alineadas que se extendían hasta el final de la isla y que se comían cualquier hermosa vista o paisaje, sus gentes, de sucias y zarrapastrosas telas, seguramente no solían ver la ducha que no fuera el mar, los que vestían mejor, con prendas de cuero viejas, eran los más peligrosos, enarbolaban cuchillos con miradas afiladas, ladrones, matones, contrabandistas, cazadores de los bajos fondos, y a saber… Pero lo que mas habitaba esta zona eran los marineros, los cazadores de ballenas, los pesqueros, los tripulantes de los más ricos, ellos eran los que habían levantado esta isla, ellos eran los que salían a cazar las ballenas que enriquecieron a los comerciantes, que vendieron su grasa a precios mas altos, esos marineros pescaban el pescado que vendían en sus tiendas, comían en restaurantes, y a pesar de todo, estaban en antros malolientes con paja con olor a orín, vistiendo ropas que a poco se fundirían con su piel comida por la sal y el sol que los ha quemado.
Pero si de algo era fiable un marinero, es para dar información, eso si consigues superar la barrera de la desconfianza, pues miraban a los extraños y extranjeros con caras fétidas y malhumoradas. Nunca sabes cuando alguien quiere robarte tu mundo. Tu medio de vida. Tu barco. O incluso la vida.
Uno de los mejores lugares para los marineros podría ser el local habitual de la zona, un lugar mugriento, con paja por todo el suelo, del cual salía un fuerte olor a meado, en su interior no era menos desagradable, con gente inconsciente en las esquina por beber demasiado, que por tener no tenían ni pantalones, un pintoresco lugar con sillas y mesas que parecían tallados con restos de un naufragio, donde se vendía alcohol rebajado con agua (o esperemos que sea agua), económico para cualquier bolcillo, a marineros, ciudadanos y extranjeros por igual, el cual localmente llamaban "meados".
-¡UN MEADO POR AQUÍ!- gritaba un viejo marinero, mucho mejor vestido que otros muchos, pero con una extraña mirada detrás de enormes ojeras que le daban cierto aspecto de lunático a punto de contar su batallita de la semana- Ya os lo podéis imaginar... ya habíamos capturado a la ballena, cuando de repente... ¡Apareció! Whaler y sus malditos malhechores, llegaron nos quitaron la presa, el barco, y si les dejamos, los calzones. Yo y el viejo Jhon pudimos sobrevivir huyendo del barco en un barril... Pero el resto de nuestros compañeros... - ante esas palabras guardo unos segundos de silencio, antes de decir- Sin duda culpa de la marina, les pone Wanted, y luego se queda de brazos cruzados. ¡NO hacen nada!
Un viejo, aun mas viejo que el primero, pero con un aspecto deforme y mirada extraña pone la mano delante de su bebida.
-Ya vale Vieho, no podemos hacer nada. Whaler es muy fuerte... y es peligroso llegar a su guardia. Pocos se atreverían a enfrentarlo, menos entrar en la bahía de los sueños rotos, sin navegantes tan experimentados como nosotros que los guíen.
-¡Maldijo hijo de caballa! a este paso va a matar a todas las ballenas ... y de paso nuestros trabajos.
Nuevamente gente inocente volvía a sufrir el ataque de los criminales, las fuerzas del orden no hacían mucho para detener a estos criminales mas allá de pedir que si los ven denuncien, pero nada cambia, de día a día, a no ser que alguien se arriesgara a hacer algo que marcara la diferencia, y aunque ciertamente habia algo ligeramente sospechoso en este par de viejos marineros bocazas que no los hacia dignos de confianza, sus jetas no estaban en ningún Wanted que se los pudiera reconocer.
¿Qué haces ahora cazadora?
Lujos… que están fuera de la mayoría. Pues mientras una mitad de la isla esta en alza, la otra decae.
Pero un cazador como tu, no viene a darse lujos, así que, tras cruzar un puente de madera desvencijado, sin duda has llegado a la zona este de la ciudad, una parte pintoresca, humilde y antigua, a tu vista se alzaban grupos de chabolas de madera podrida mal alineadas que se extendían hasta el final de la isla y que se comían cualquier hermosa vista o paisaje, sus gentes, de sucias y zarrapastrosas telas, seguramente no solían ver la ducha que no fuera el mar, los que vestían mejor, con prendas de cuero viejas, eran los más peligrosos, enarbolaban cuchillos con miradas afiladas, ladrones, matones, contrabandistas, cazadores de los bajos fondos, y a saber… Pero lo que mas habitaba esta zona eran los marineros, los cazadores de ballenas, los pesqueros, los tripulantes de los más ricos, ellos eran los que habían levantado esta isla, ellos eran los que salían a cazar las ballenas que enriquecieron a los comerciantes, que vendieron su grasa a precios mas altos, esos marineros pescaban el pescado que vendían en sus tiendas, comían en restaurantes, y a pesar de todo, estaban en antros malolientes con paja con olor a orín, vistiendo ropas que a poco se fundirían con su piel comida por la sal y el sol que los ha quemado.
Pero si de algo era fiable un marinero, es para dar información, eso si consigues superar la barrera de la desconfianza, pues miraban a los extraños y extranjeros con caras fétidas y malhumoradas. Nunca sabes cuando alguien quiere robarte tu mundo. Tu medio de vida. Tu barco. O incluso la vida.
Uno de los mejores lugares para los marineros podría ser el local habitual de la zona, un lugar mugriento, con paja por todo el suelo, del cual salía un fuerte olor a meado, en su interior no era menos desagradable, con gente inconsciente en las esquina por beber demasiado, que por tener no tenían ni pantalones, un pintoresco lugar con sillas y mesas que parecían tallados con restos de un naufragio, donde se vendía alcohol rebajado con agua (o esperemos que sea agua), económico para cualquier bolcillo, a marineros, ciudadanos y extranjeros por igual, el cual localmente llamaban "meados".
-¡UN MEADO POR AQUÍ!- gritaba un viejo marinero, mucho mejor vestido que otros muchos, pero con una extraña mirada detrás de enormes ojeras que le daban cierto aspecto de lunático a punto de contar su batallita de la semana- Ya os lo podéis imaginar... ya habíamos capturado a la ballena, cuando de repente... ¡Apareció! Whaler y sus malditos malhechores, llegaron nos quitaron la presa, el barco, y si les dejamos, los calzones. Yo y el viejo Jhon pudimos sobrevivir huyendo del barco en un barril... Pero el resto de nuestros compañeros... - ante esas palabras guardo unos segundos de silencio, antes de decir- Sin duda culpa de la marina, les pone Wanted, y luego se queda de brazos cruzados. ¡NO hacen nada!
Un viejo, aun mas viejo que el primero, pero con un aspecto deforme y mirada extraña pone la mano delante de su bebida.
-Ya vale Vieho, no podemos hacer nada. Whaler es muy fuerte... y es peligroso llegar a su guardia. Pocos se atreverían a enfrentarlo, menos entrar en la bahía de los sueños rotos, sin navegantes tan experimentados como nosotros que los guíen.
-¡Maldijo hijo de caballa! a este paso va a matar a todas las ballenas ... y de paso nuestros trabajos.
Nuevamente gente inocente volvía a sufrir el ataque de los criminales, las fuerzas del orden no hacían mucho para detener a estos criminales mas allá de pedir que si los ven denuncien, pero nada cambia, de día a día, a no ser que alguien se arriesgara a hacer algo que marcara la diferencia, y aunque ciertamente habia algo ligeramente sospechoso en este par de viejos marineros bocazas que no los hacia dignos de confianza, sus jetas no estaban en ningún Wanted que se los pudiera reconocer.
¿Qué haces ahora cazadora?