Anko
Médica Despiadada
12-08-2024, 09:38 AM
17 de Otoño del 718
Sentada en el suelo de tierra y pasto de un pequeño acantilado a las afueras de la Isla DemonTooth, Anko miraba el cielo anaranjado con ojos de tristeza. Su cabellera marrón se movía levemente hacia el lado derecho con el viento, si bien no era un cabello demasiado largo, siempre fue suficiente para hacer una pequeña coleta. Un suspiro profundo se escapó por la nariz de la niña, su mente fue inundada con los recuerdos de una mujer muy cariñosa y gentil con una apariencia física casi idéntica a la de Anko; se trataba de su madre.
La niña aún no podía digerir lo que había sucedido, en un momento sin previo aviso, su madre había abandonado el plano terrenal de manera abrupta. Anko no podía creer que, hasta hace pocos días, se encontraba peleándose con su madre por querer ir a entrenar en Jigoku No Tsuno en lugar de hacer sus deberes escolares y ayudarle con los quehaceres de la casa, y ahora, aquella mujer ya no estaba. Su madre había muerto a manos de una banda pequeña de piratas que arribó a DemonTooth con la intención de generar disturbios y tomar algunas cosas para ellos.
Para su mala suerte, la madre de Anko se encontraba en ese puerto, lista para comenzar a atender a sus pacientes como de costumbre, con servicios profesionales y de mucha calidad a un bajo precio. La mujer no sabía nada sobre lucha o defensa, pues siempre se enfocó más en el estudio que en lo bélico, dejándole ese trabajo a su esposo Koshiro, padre de Anko y Teniente de la marina. Con estos antecedentes, la fémina fue un blanco demasiado fácil para estos piratas, sumando qué la familia de Anko no eran precisamente pobres, claramente, una muy buena recompensa para los amantes de lo ajeno.
Para cuando Koshiro llegó al puerto, el desastre ya estaba hecho y los piratas habían partido, otros se habían escondido en las zonas selváticas de DemonTooth, esperando a que las autoridades abandonaran el lugar para poder huir. Koshiro advirtió a la peli marrón sobre el peligro al que se podía exponer si iba al puerto detrás de él, casi ordenándole que debía quedarse en casa, pero, para alguien como Anko, es difícil seguir ese tipo de órdenes, más cuando su sueño es unirse a la marina algún día. Los ojos negros como la noche de la niña pudieron ver de primera cuenta a su madre en el suelo, sin vida y con visibles signos de violencia, con un poco de sangre manchando su ropa.
Pero el dolor no fue solo para Anko, Koshiro también sufrió al ver la desgarradora escena de su esposa muerta frente a él, en ese momento, el Teniente de la marina se sentía inútil, insatisfecho consigo mismo por haber llegado tarde al lugar, pero no había sido su culpa, pues se encontraba algo lejos del puerto como para asistir de forma rápida, pero en momentos de dolor, los pensamientos más derrotistas inundan la mente de las personas.
Lágrimas de dolor y tristeza empezaron a fluir por las mejillas de Anko, sus labios se apretaban el uno al otro con fuerza mientras se preguntaba el porqué el destino había querido ser cruel con ella, arrebatándole a su madre. El arrepentimiento de no convivir más tiempo con ella empezó a inundar su corazón, causándole aún más dolor emocional. Este suceso pudo haber desencadenado un trauma tan grande y profundo que podría afectar su presente y destruir por completo su futuro, pero la voluntad de Anko era más fuerte. En ese momento, sus puños se cerraron con fuerza, casi generando un dolor agudo en sus dedos, el ceño de la niña se frunció mientras suspiraba y se levantaba del suelo frío.
— Malditos criminales… ¡Los odio! ¡Los haré pagar a todos! —. La combinación de ira, rencor y tristeza se apoderaron de la cabeza de la peli marrón. Ahora más que nunca, estaba decidida a convertirse en una justiciera que velara por el bien de las personas, queriendo hacer todo lo que estuviera a su alcance para lograr su objetivo. Y para ello, debía entrenar con más intensidad, dedicarle aún más tiempo del que ya le invertía, su mente estaba totalmente enfocada en alistarse en la marina y formar parte de aquella fuerza militar que cuida el orden y mantiene los mares y calles del mundo a salvo de la criminalidad.