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Alexander D.Vinci
PlayBoy
06-02-2025, 10:45 PM
Holy shit, Creo que se me fue levemente la mano (o mejor dicho, la pierna). Veía como el tipo se retorcía tratando de generar algo de movimiento pero sin éxito. la mitad de su cuerpo parecía que incluso se había desfigurado debido a los diversos huesos rotos, se encontraba postrado entre la maleza y el tronco del árbol partido a medias como si fuera un palito de fósforo, un paquete de galletas, Crack You know. Solo habían bastado dos golpes para dejarlo hecho trizas... buddy, no suelo ser tan brutal con la gente, pero este desgraciado venía por mi cuello Like a Maniac. La sangre le brotaba de la boca y manchaba su barbilla; la miro gotear con un chasquido húmedo sobre las raíces. Parece que no le quedaba demasiado tiempo, pero aun así, intento no apartar la vista del pibe, Por experiencia, sabía que una mirada podía revelarte las verdades antes de que un cuerpo falleciera.
-Che, pibe... -murmuro acercándome a el, sabiendo que su corazón se encontraba retumbando con ansía, esa ansía entre la vida y la muerte y lo miro a esos ojos que me observaban con terror y rabia. Él me escupe sangre, o al menos lo intentaba, pero apenas lograba sacar un hilo que le chorreara por la comisura de los labios, la verdad es que esa imagen era lamentosa para ser la persona que estaba buscando.
-Mátame... ya... -consigue articular mientras su pecho se sacude en un espasmo de dolor, parece que va a hablar así que lo escucho con atención, y la poca energía que conserva la usó para soltarme información que parecía que le carcomía la garganta: la persona a la que estaba buscando todo este tiempo se encontraba en el pueblo, parecía que ser que le pagó para eliminar a cualquiera que se atreviese a perseguirlo. Ese malnacido tuvo el descaro de usar sicarios de medio pelo, que ni siquiera eran lo suficientemente fuertes para cubrir sus huellas. Eso solo me daba una información: Ese tipo era un completo desgraciado.
-¿En el pueblo, decís...? -repito, y noto cómo al pronunciar esas palabras, mi tono se vuelve algo mas sombrío. Pienso en cómo me alejé del mercado y los puestos improvisados, y me adentré en este horno volcánico... mientras el bastardo se quedaba allí, tan tranquilo, seguramente burlándose de todos, aunque aun no tenía ni idea de por que me encontraba en la selva, la verdad. Pero bueno, sigamos con el tipo este que se puso a toser con fuerza. La sangre burbujeaba en su boca y su cuerpo se arqueaba un segundo antes de caer, inerte otra vez, incapaz de mover ni un músculo. Sus ojos me suplican un final rápido. No hay nada que pueda hacer por él a esta altura, con la columna rota y los pulmones llenándose de fluidos, bro, ni el mejor médico del mundo lo salva.
-Shit, loco… -miro a otro lado, apretando la mandíbula. Siento un nudo en la garganta y un peso denso en el pecho. Nunca fui un héroe ni pretendo serlo, pero no me agrada ver a nadie suplicando que lo saque de su miseria. Aunque haya intentado matarme. La jungla nos rodeaba con ese aire caliente y sofocante. El fuego de la fogata chisporrotea detrás de mí, mientras la carne se sigue cociendo sobre la parrilla como si nada pasara. Es irónico, lo mundano de una comida al lado de una escena tan macabra, seguramente la humedad de la jungla y los animales salvajes se fueran a encargar del cadáver de forma rápida.
-Maldición -le digo al tipo, con la voz ronca-, no me dejas opción, buddy.- Antes de acercarme a el, iría hacia donde cayó su arma, la agarraría con las manos sonriendo, para despues mirarlo fijamente al mismo tiempo que introducía ese cuchillo en mi boca, masticándolo y despues tragándomelo. Despues, Concentrándome, alzaría la pierna derecha por encima de mi cabeza, manteniendo la rodilla ligeramente flexionada para no forzar la articulación. La planta del pie quedaría mirando al cielo por un instante mientras sientía cómo mis músculos se tensaban en ese arco ascendente para despues bajar la pierna con violencia, dejando que la fuerza de la gravedad se sume a mi impulso. Mi talón trazaría una curva descendente y se estrellaría contra la garganta del moribundo con un golpe seco y brutal como el de un hacha.
La fuerza del impacto reverbera en mi cadera y recorre mi espalda, mientras era capaz de sentir el crujir final de hueso y cartílago que pone fin a sus últimos suspiros de dolor. Era un instante eterno, casi silencioso, solo roto por el crujido y el jadeo final que se pierde en su propia sangre. Me quedo allí, con la pierna medio en alto un segundo más, el sudor corriéndome por la frente y el corazón palpitando con furia. Luego relajaría la pierna, respiraría hondo y observaría el cadáver. Ni un solo temblor más recorre su cuerpo, se acabó su sufrimiento. Y, para qué negarlo, también se acabó la amenaza que suponía, me tomaría un segundo para cerrarle los parpados con los dedos.
-Lo siento… -Le susurro, con un amargo temblor en la voz-. Pero elegiste el peor trabajo para ganarte la vida.
-Lets go Alexander, el verdadero culpable de todo esta esta on our way. lets beat his ass.- Antes de irme, apagaría el fuego por si acaso se producía algún tipo de incendio, le daría un ligera reverencia al sicario y simplemente seguiría mi camino hasta el pueblo de nuevo, pero esta vez dándome mas prisa.
[akumainvalida=notienes]
-Che, pibe... -murmuro acercándome a el, sabiendo que su corazón se encontraba retumbando con ansía, esa ansía entre la vida y la muerte y lo miro a esos ojos que me observaban con terror y rabia. Él me escupe sangre, o al menos lo intentaba, pero apenas lograba sacar un hilo que le chorreara por la comisura de los labios, la verdad es que esa imagen era lamentosa para ser la persona que estaba buscando.
-Mátame... ya... -consigue articular mientras su pecho se sacude en un espasmo de dolor, parece que va a hablar así que lo escucho con atención, y la poca energía que conserva la usó para soltarme información que parecía que le carcomía la garganta: la persona a la que estaba buscando todo este tiempo se encontraba en el pueblo, parecía que ser que le pagó para eliminar a cualquiera que se atreviese a perseguirlo. Ese malnacido tuvo el descaro de usar sicarios de medio pelo, que ni siquiera eran lo suficientemente fuertes para cubrir sus huellas. Eso solo me daba una información: Ese tipo era un completo desgraciado.
-¿En el pueblo, decís...? -repito, y noto cómo al pronunciar esas palabras, mi tono se vuelve algo mas sombrío. Pienso en cómo me alejé del mercado y los puestos improvisados, y me adentré en este horno volcánico... mientras el bastardo se quedaba allí, tan tranquilo, seguramente burlándose de todos, aunque aun no tenía ni idea de por que me encontraba en la selva, la verdad. Pero bueno, sigamos con el tipo este que se puso a toser con fuerza. La sangre burbujeaba en su boca y su cuerpo se arqueaba un segundo antes de caer, inerte otra vez, incapaz de mover ni un músculo. Sus ojos me suplican un final rápido. No hay nada que pueda hacer por él a esta altura, con la columna rota y los pulmones llenándose de fluidos, bro, ni el mejor médico del mundo lo salva.
-Shit, loco… -miro a otro lado, apretando la mandíbula. Siento un nudo en la garganta y un peso denso en el pecho. Nunca fui un héroe ni pretendo serlo, pero no me agrada ver a nadie suplicando que lo saque de su miseria. Aunque haya intentado matarme. La jungla nos rodeaba con ese aire caliente y sofocante. El fuego de la fogata chisporrotea detrás de mí, mientras la carne se sigue cociendo sobre la parrilla como si nada pasara. Es irónico, lo mundano de una comida al lado de una escena tan macabra, seguramente la humedad de la jungla y los animales salvajes se fueran a encargar del cadáver de forma rápida.
-Maldición -le digo al tipo, con la voz ronca-, no me dejas opción, buddy.- Antes de acercarme a el, iría hacia donde cayó su arma, la agarraría con las manos sonriendo, para despues mirarlo fijamente al mismo tiempo que introducía ese cuchillo en mi boca, masticándolo y despues tragándomelo. Despues, Concentrándome, alzaría la pierna derecha por encima de mi cabeza, manteniendo la rodilla ligeramente flexionada para no forzar la articulación. La planta del pie quedaría mirando al cielo por un instante mientras sientía cómo mis músculos se tensaban en ese arco ascendente para despues bajar la pierna con violencia, dejando que la fuerza de la gravedad se sume a mi impulso. Mi talón trazaría una curva descendente y se estrellaría contra la garganta del moribundo con un golpe seco y brutal como el de un hacha.
La fuerza del impacto reverbera en mi cadera y recorre mi espalda, mientras era capaz de sentir el crujir final de hueso y cartílago que pone fin a sus últimos suspiros de dolor. Era un instante eterno, casi silencioso, solo roto por el crujido y el jadeo final que se pierde en su propia sangre. Me quedo allí, con la pierna medio en alto un segundo más, el sudor corriéndome por la frente y el corazón palpitando con furia. Luego relajaría la pierna, respiraría hondo y observaría el cadáver. Ni un solo temblor más recorre su cuerpo, se acabó su sufrimiento. Y, para qué negarlo, también se acabó la amenaza que suponía, me tomaría un segundo para cerrarle los parpados con los dedos.
-Lo siento… -Le susurro, con un amargo temblor en la voz-. Pero elegiste el peor trabajo para ganarte la vida.
-Lets go Alexander, el verdadero culpable de todo esta esta on our way. lets beat his ass.- Antes de irme, apagaría el fuego por si acaso se producía algún tipo de incendio, le daría un ligera reverencia al sicario y simplemente seguiría mi camino hasta el pueblo de nuevo, pero esta vez dándome mas prisa.
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