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Arthur Soriz
Gramps
07-02-2025, 07:28 AM
El golpe fue certero, su muerte casi inmediata. El hecho de que hayas venido hasta la jungla nada más para encontrarte con un sicario contratado por aquel que estabas cazando podía llegar a tener sentido, ¿pero por qué entonces estaba todo lo robado aquí? Era como si hubiera dejado todo su botín a disposición del que lo encontrara y podría recuperarlo a favor de ganarse el respeto de la gente del pueblo. Algo no estaba bien, ¿sería acaso una trampa más, una distracción? Aún así, tu vuelta al pueblo no tomó mucho tiempo y nada más llegar te encontraste con que todo estaba en su lugar... no había nada fuera de lo común aunque sí que hubo alguien que te reconoció... aquel al que le compraste el colgante. Alzó una mano para llamar tu atención esperando que te aproximaras.
Cuando lo hicieras, es cuando empezaría a hablar.
— Muchacho, ¿y... tuviste suerte? —preguntó con genuina curiosidad—. Alguien dejó una nota para ti, parecía bastante contento de saber que estabas aquí en Rudra... supongo que se conocen.
Sin tardanza, sacó de entre sus bolsillos una nota, doblada. A juzgar por cómo te miraba, no había leído su contenido así que al menos no era un cotilla. Lo que sí estaba un poco confundido, te veía completamente empapado en sudor. Y obviamente que no sabía lo que había pasado allá en la jungla.
— ¿Encontraste al tipo que buscabas? —decía mientras se cruzaba de brazos luego de acomodar algunos de sus productos a la venta—. Si lo hiciste al menos espero que puedas devolver las cosas que robó, seguramente los demás se ponen muy contentos.
Su pregunta era sincera, sus intenciones... bueno, a saber por qué estaba tan interesado en saber si habías encontrado a tu objetivo. Lo que era cierto es que nadie en este lugar estaba muy acostumbrado a ese tipo de situaciones. Que hubieran robos pequeños claramente sí, pero alguien que lo hiciera con tanto esmero e incluso fuera buscado por cazadores pues... la verdad es que era algo que iba más allá de lo que consideraban normal. Siendo un sitio que ya de por si tenía que lidiar con lo complejo que era su clima y la temperatura tan elevada. Suficiente tenían ya de por si como para tener que encargarse de más cosas molestas.
Sin embargo, lo que más te debía importar ahora seguramente era el contenido de aquella carta. Cuando la abrieras, en su interior encontrarías efectivamente algo escrito.
Un poco de frustración probablemente sentías al saber que aquel sujeto se te había escapado por debajo de tu nariz. Era evidente que el señuelo lo habías comido con todo y anzuelo. El sicario fue tan solo una distracción para así ganar tiempo y salir de Rudra, ¿a dónde? Quién sabe realmente, quizás en el puerto por donde llegaste podrías averiguarlo. Si había dado esta carta al vendedor probablemente este podría brindarte una descripción física del sujeto, al menos así podrías de algún modo tener una manera de reconocerlo a futuro.
Tan cerca, pero a la vez tan lejos. Era como si hubieras tenido el mejor tesoro del mundo en la punta de tus dedos, abriste el cofre y al final estaba lleno de baratijas sin valor... tan solo un vil engaño para hacerte perder el tiempo. Pero eso solo significaba que tendrías que esforzarte más para la próxima.
Cuando lo hicieras, es cuando empezaría a hablar.
— Muchacho, ¿y... tuviste suerte? —preguntó con genuina curiosidad—. Alguien dejó una nota para ti, parecía bastante contento de saber que estabas aquí en Rudra... supongo que se conocen.
Sin tardanza, sacó de entre sus bolsillos una nota, doblada. A juzgar por cómo te miraba, no había leído su contenido así que al menos no era un cotilla. Lo que sí estaba un poco confundido, te veía completamente empapado en sudor. Y obviamente que no sabía lo que había pasado allá en la jungla.
— ¿Encontraste al tipo que buscabas? —decía mientras se cruzaba de brazos luego de acomodar algunos de sus productos a la venta—. Si lo hiciste al menos espero que puedas devolver las cosas que robó, seguramente los demás se ponen muy contentos.
Su pregunta era sincera, sus intenciones... bueno, a saber por qué estaba tan interesado en saber si habías encontrado a tu objetivo. Lo que era cierto es que nadie en este lugar estaba muy acostumbrado a ese tipo de situaciones. Que hubieran robos pequeños claramente sí, pero alguien que lo hiciera con tanto esmero e incluso fuera buscado por cazadores pues... la verdad es que era algo que iba más allá de lo que consideraban normal. Siendo un sitio que ya de por si tenía que lidiar con lo complejo que era su clima y la temperatura tan elevada. Suficiente tenían ya de por si como para tener que encargarse de más cosas molestas.
Sin embargo, lo que más te debía importar ahora seguramente era el contenido de aquella carta. Cuando la abrieras, en su interior encontrarías efectivamente algo escrito.
Cita:¿Creías que me ibas a agarrar así de fácil? Mientras que te entretenías cazando moscas yo ya no estaré aquí, chico. Esta isla no tiene una mierda, no al menos que me interese a mi. Quizás a ti te guste derretirte con sudor hasta por el culo... ¡a mi no! Además, no hay nada de valor. Nada que poder aprovechar para mis negocios... pero quién sabe, seguramente la siguiente isla sí tenga algo. Nos vemos allí, rubia.
Un poco de frustración probablemente sentías al saber que aquel sujeto se te había escapado por debajo de tu nariz. Era evidente que el señuelo lo habías comido con todo y anzuelo. El sicario fue tan solo una distracción para así ganar tiempo y salir de Rudra, ¿a dónde? Quién sabe realmente, quizás en el puerto por donde llegaste podrías averiguarlo. Si había dado esta carta al vendedor probablemente este podría brindarte una descripción física del sujeto, al menos así podrías de algún modo tener una manera de reconocerlo a futuro.
Tan cerca, pero a la vez tan lejos. Era como si hubieras tenido el mejor tesoro del mundo en la punta de tus dedos, abriste el cofre y al final estaba lleno de baratijas sin valor... tan solo un vil engaño para hacerte perder el tiempo. Pero eso solo significaba que tendrías que esforzarte más para la próxima.