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Diana Kari
Wild Huntress
07-02-2025, 10:33 AM
(Última modificación: 07-02-2025, 10:46 AM por Diana Kari.
Razón: Inventario
)
31 de invierno del 724.
¿Cuántos días habían pasado desde que me viajaba sola buscando criminales para satisfacer mi necesidad de perseguir una presa? Había tenido que separarme de mi compañero porque un coto de caza tan grande como un mar cardinal ofrecía objetivos tan variados que no logramos ponernos de acuerdo en cuál sería el siguiente paso. Era difícil ir por ahí sin alguien que te cuidara las espaldas, especialmente cuando quien te cuidaba las espaldas era un excelente navegante que hacía que el trayecto de una isla a otra fuera rápido y más que nada gratis, porque el pagar los servicios de Stanman y además mejorar mi armamento hacía que esta profesión no fuera de lo más rentable del mundo.
En esta ocasión había llegado al reino Oykot, tenía entendido que la división de clases ahí estaba mucho más marcada que en otras islas así que más de algún criminal de reputación podría estarse camuflajeando entre la gente de los barrios pobres y ya sea que fuera la marina la que pagara o algún ricachón lo importante era que seguramente haría un buen dinero en este lugar. La llegada fue bastante agradable, si bien el servicio de Stanman era caro lo cierto es que era eficiente y por lo general, si la isla a que te transportaba tenía más de uno, te dejaba en el mejor puerto. Y el puerto de la parte bonita del reino era fácilmente de los más limpios y organizados que mis ojos habían visto, si algún día quería retirarme de la caza y dedicarme a comer más de lo que debería y pasar la mayoría del tiempo sentada rascándome la panza definitivamente regresaría al “alto” Oykot.
Emprendí mi camino hacia los barrios bajos, preguntando direcciones a cualquiera que se cruzara en mi camino, la mayoría fue amable, alguno que otro se comportó grosero rechistando que no tenía tiempo para darme indicaciones, pero todos me advirtieron que lo mejor era no acercarse a aquel lugar ni por accidente especialmente porque llevaba pocas ropas. Así que antes de adentrarme en aquél despreciable lugar me aseguré de entrar en una de las tiendas de vestimenta pidiendo una capa con capucha aunque fue difícil encontrar una que no estuviera demasiado adornada, tanto que el tendero tuvo que rebuscar en unas cajas que tenían prendas listas para desechar para encontrar una capa negra bastante arrugada por la cual no terminó cobrándome.
Lo que no podía ocultar debajo de una capa era mi enorme lanza que de alguna manera u otra haría que las miradas terminaran centrándose en mí aunque por un motivo bastante diferente. Mi avanzada me llevó a un lugar de calidad… no, no había manera de que ese lugar y la palabra calidad estuvieran en una misma oración. A pesar de que toda la zona se veía bastante jodida y que el olor era algo desagradable ese local resaltaba en el mal sentido, pero al menos había suficiente movimiento como para que pareciera un sitio necesario de visitar.
La imagen que se dibujó en mis ojos apenas entrar en aquel lugar fue algo lamentable, no creía que pudiera conseguir una cacería que realmente fuera un reto para mí o cuando menos fuera lucrativa pero cuando escuché que alguien pidió un “meado” para después quejarse de un tal Whaler, no reconocía el nombre ni mucho menos a los hombres que estaban hablando de él pero traté de prestar la mayor atención posible a sus palabras para ver si de ahí pescaba algo de información. El vejete mencionaba la lista de cosas que Whaler le había hecho a él y a sus compañeros hasta que dijo la palabra mágica; “Wanted”. Si este tal Whaler tenía una recompensa por su cabeza entonces mi viaje había valido la pena.
-Si que pueden hacer algo, pueden llevarme frente a él y puedo cobrar el wanted por su cabeza y así ustedes recuperarán su trabajo y obtener la satisfacción de la venganza o lo que sea.- les diría poniéndome a sus espaldas. –Si lo que dicen es cierto lo único que necesito es que me den la información de este hombre y que me lleven a él, de lo demás me encargo yo.- continuaría, quitándome la capucha y enseñando una gran sonrisa ante el posible reto que se avecinaba.
En esta ocasión había llegado al reino Oykot, tenía entendido que la división de clases ahí estaba mucho más marcada que en otras islas así que más de algún criminal de reputación podría estarse camuflajeando entre la gente de los barrios pobres y ya sea que fuera la marina la que pagara o algún ricachón lo importante era que seguramente haría un buen dinero en este lugar. La llegada fue bastante agradable, si bien el servicio de Stanman era caro lo cierto es que era eficiente y por lo general, si la isla a que te transportaba tenía más de uno, te dejaba en el mejor puerto. Y el puerto de la parte bonita del reino era fácilmente de los más limpios y organizados que mis ojos habían visto, si algún día quería retirarme de la caza y dedicarme a comer más de lo que debería y pasar la mayoría del tiempo sentada rascándome la panza definitivamente regresaría al “alto” Oykot.
Emprendí mi camino hacia los barrios bajos, preguntando direcciones a cualquiera que se cruzara en mi camino, la mayoría fue amable, alguno que otro se comportó grosero rechistando que no tenía tiempo para darme indicaciones, pero todos me advirtieron que lo mejor era no acercarse a aquel lugar ni por accidente especialmente porque llevaba pocas ropas. Así que antes de adentrarme en aquél despreciable lugar me aseguré de entrar en una de las tiendas de vestimenta pidiendo una capa con capucha aunque fue difícil encontrar una que no estuviera demasiado adornada, tanto que el tendero tuvo que rebuscar en unas cajas que tenían prendas listas para desechar para encontrar una capa negra bastante arrugada por la cual no terminó cobrándome.
Lo que no podía ocultar debajo de una capa era mi enorme lanza que de alguna manera u otra haría que las miradas terminaran centrándose en mí aunque por un motivo bastante diferente. Mi avanzada me llevó a un lugar de calidad… no, no había manera de que ese lugar y la palabra calidad estuvieran en una misma oración. A pesar de que toda la zona se veía bastante jodida y que el olor era algo desagradable ese local resaltaba en el mal sentido, pero al menos había suficiente movimiento como para que pareciera un sitio necesario de visitar.
La imagen que se dibujó en mis ojos apenas entrar en aquel lugar fue algo lamentable, no creía que pudiera conseguir una cacería que realmente fuera un reto para mí o cuando menos fuera lucrativa pero cuando escuché que alguien pidió un “meado” para después quejarse de un tal Whaler, no reconocía el nombre ni mucho menos a los hombres que estaban hablando de él pero traté de prestar la mayor atención posible a sus palabras para ver si de ahí pescaba algo de información. El vejete mencionaba la lista de cosas que Whaler le había hecho a él y a sus compañeros hasta que dijo la palabra mágica; “Wanted”. Si este tal Whaler tenía una recompensa por su cabeza entonces mi viaje había valido la pena.
-Si que pueden hacer algo, pueden llevarme frente a él y puedo cobrar el wanted por su cabeza y así ustedes recuperarán su trabajo y obtener la satisfacción de la venganza o lo que sea.- les diría poniéndome a sus espaldas. –Si lo que dicen es cierto lo único que necesito es que me den la información de este hombre y que me lleven a él, de lo demás me encargo yo.- continuaría, quitándome la capucha y enseñando una gran sonrisa ante el posible reto que se avecinaba.