
Arthur Soriz
Gramps
10-02-2025, 09:52 PM
Apretó la mandíbula, dándote la chance de explicarte. A pesar de haber dicho una barbaridad de esa escala como admitir que esta gente se comía humanos comunes y corrientes... la verdad es que le costaba aceptarlo tan como si nada. Además de que los consideraba inocentes... ¿menos que escoria? Bueno, quizás, pero es que tampoco tenían derecho a decidir sobre los demás qué se debía hacer con esa gente... ¡Y comérselos no era una opción! Cada palabra que salía de tu boca tensaba un poco más el cuerpo del teniente. No porque estuviese a punto de estallar y meterte preso a ti también, sino más bien porque exponías buenos puntos... en especial porque habían inocentes según tú.
Adonis para él, era uno de ellos.
— Entiendo lo que me planteas, Ares... lo entiendo muy bien. Tu gente no conoció otra cosa y fueron prácticamente obligados por su líder a hacer lo que él dijera —se repetía o mejor dicho reformulaba tus palabras aunque con ciertos eufemismos—. Pero me estás pidiendo que haga la vista gorda a lo que hicieron hasta ahora, y la verdad es que no quiero hacer eso...
Se levantó de su silla, caminando de un lado para el otro en la oficina, dedicándote ocasionalmente alguna que otra mirada de reojo. Estaba meditando, mascullando palabras inaudibles entre sus dientes como hablando consigo mismo. Se veía que estaba concentrado por el hecho de que te ignoró por completo o al menos ignoraba lo que le fueras a decir en ese momento. De hecho, se tomó lo que se sintió como una hora o dos deliberando, pensándolo. Momentos en los que solamente te respondía si era de vital importancia. Le daba lo mismo si estabas poniéndote impaciente, era algo que de verdad necesitaba pensarlo y mucho así que sin tapujos te dijo.
— Si lo que tienes es apuro, espera afuera. —soltó porque era más que obvio no podía estar teniendo a alguien con la boca floja comiéndole oreja intentando convencerlo más de algo que ya se había decidido... eran culpables, pero... ahora quedaba pensar su sentencia.
Pero al final, esa encrucijada mental terminó. Se sentó frente a ti nuevamente, y te miró a los ojos con una expresión severa pero no por ello cruel. Sabías que la Marina tenía que actuar de este modo, e incluso en tu justicia absoluta sabías que esta era la verdad. Lo estabas poniendo en una posición peligrosamente incómoda, y no permitiría que su trabajo ni su vida corriera peligro con tal de salvarte el pellejo a ti. Pero, para tu sorpresa... justamente eso es lo que haría.
— Reconozco que tu gente vivió en la miseria a saber cuánto tiempo, Ares... pero eso no justifica sus acciones y lo sabes mejor que nadie —hizo una pausa, apoyando ambos brazos sobre el escritorio—. Si quieres que tu gente de verdad se integre a la sociedad tal y como tú lo hiciste... deberá ser bajo nuestros términos, no los tuyos. Los que muestren remordimiento serán reubicados y reeducados en una colonia de trabajo bajo constante vigilancia. Los más violentos o peligrosos serán juzgados y decidiremos si encarcelarlos o ejecutarlos. Y tú serás asignado a dicho campamento no solamente como vigilancia pero también como prueba... de haber sido otro sabes que te habrían arrestado bajo las acusaciones de encubrimiento y posible complicidad...
Se llevó una mano a la frente, frotándose el entrecejo porque la verdad es que ya le dolía la cabeza toda esta puta situación. De no haber abierto la boca seguramente ese 'regalo' de Adonis habría sido la salvación para todos, y ahora si bien saldrían a la superficie caerían de nuevo en otra 'esclavitud', solamente que viéndote la cara a ti también. Pero era mejor esto, a la primera opción que era juzgarlos a todos por igual y ver si los encarcelaban o mataban sin más miramientos.
A pesar de haber dicho que no quería hacer la vista gorda, sin decirte nada en realidad estaba poniendo las manos al fuego por ti.
Adonis para él, era uno de ellos.
— Entiendo lo que me planteas, Ares... lo entiendo muy bien. Tu gente no conoció otra cosa y fueron prácticamente obligados por su líder a hacer lo que él dijera —se repetía o mejor dicho reformulaba tus palabras aunque con ciertos eufemismos—. Pero me estás pidiendo que haga la vista gorda a lo que hicieron hasta ahora, y la verdad es que no quiero hacer eso...
Se levantó de su silla, caminando de un lado para el otro en la oficina, dedicándote ocasionalmente alguna que otra mirada de reojo. Estaba meditando, mascullando palabras inaudibles entre sus dientes como hablando consigo mismo. Se veía que estaba concentrado por el hecho de que te ignoró por completo o al menos ignoraba lo que le fueras a decir en ese momento. De hecho, se tomó lo que se sintió como una hora o dos deliberando, pensándolo. Momentos en los que solamente te respondía si era de vital importancia. Le daba lo mismo si estabas poniéndote impaciente, era algo que de verdad necesitaba pensarlo y mucho así que sin tapujos te dijo.
— Si lo que tienes es apuro, espera afuera. —soltó porque era más que obvio no podía estar teniendo a alguien con la boca floja comiéndole oreja intentando convencerlo más de algo que ya se había decidido... eran culpables, pero... ahora quedaba pensar su sentencia.
Pero al final, esa encrucijada mental terminó. Se sentó frente a ti nuevamente, y te miró a los ojos con una expresión severa pero no por ello cruel. Sabías que la Marina tenía que actuar de este modo, e incluso en tu justicia absoluta sabías que esta era la verdad. Lo estabas poniendo en una posición peligrosamente incómoda, y no permitiría que su trabajo ni su vida corriera peligro con tal de salvarte el pellejo a ti. Pero, para tu sorpresa... justamente eso es lo que haría.
— Reconozco que tu gente vivió en la miseria a saber cuánto tiempo, Ares... pero eso no justifica sus acciones y lo sabes mejor que nadie —hizo una pausa, apoyando ambos brazos sobre el escritorio—. Si quieres que tu gente de verdad se integre a la sociedad tal y como tú lo hiciste... deberá ser bajo nuestros términos, no los tuyos. Los que muestren remordimiento serán reubicados y reeducados en una colonia de trabajo bajo constante vigilancia. Los más violentos o peligrosos serán juzgados y decidiremos si encarcelarlos o ejecutarlos. Y tú serás asignado a dicho campamento no solamente como vigilancia pero también como prueba... de haber sido otro sabes que te habrían arrestado bajo las acusaciones de encubrimiento y posible complicidad...
Se llevó una mano a la frente, frotándose el entrecejo porque la verdad es que ya le dolía la cabeza toda esta puta situación. De no haber abierto la boca seguramente ese 'regalo' de Adonis habría sido la salvación para todos, y ahora si bien saldrían a la superficie caerían de nuevo en otra 'esclavitud', solamente que viéndote la cara a ti también. Pero era mejor esto, a la primera opción que era juzgarlos a todos por igual y ver si los encarcelaban o mataban sin más miramientos.
A pesar de haber dicho que no quería hacer la vista gorda, sin decirte nada en realidad estaba poniendo las manos al fuego por ti.