
William W.Richard
@@l6Qkq
11-02-2025, 04:46 PM
Para suerte del grupo, Tony se sabía toda la isla como la palma de su mano, ya que no solo había vivido allí toda su vida, sino que también tenía una cierta pasión por los mapas y la geografía, por lo que había recorrido la isla en busca de inspiración para su pasatiempo. -Los problemas no descansan ¿no?- comentaría el recluta luego de que su compañero acusara al drogadicto de actuar en la mañana. El rostro de Tony mostraba pena, pero también interés, ya que entendía que su actuar era el que solucionaría tales problemas.
-El teniente está con demasiados llamados...- miró hacia el suelo triste por no pode aportar mayores detalles sobre la misión. -Cuando me informó estaba con dos Den Den Mushi en cada oído, por lo que le fue difícil explicar todo. De todas formas, es un simple hombre que ha consumido sustancias ¿no?- su arma estaba colgada en una correa de cuero sobre su hombro derecho, la cual apretó por el terror de enfrentarse a una misión que pudiese ponerse muy violenta. -¿Qué podría salir mal?- se obligó a salir de sus pensamientos y volver a la realidad con una sonrisa, comenzando a caminar para que Alaric lo siguiera.
El camino fue extremadamente ameno, de hecho, las personas en Loguetown respetaban y querían bastante a la autoridad, por lo que muchos se animaban a saludar a los reclutas como si fuesen superhéroes. Tony disfrutaba honestamente de tales apreciaciones, ya que en el fondo de su corazón, él quería ser reconocido al ayudar a las personas, como casi cualquier Marine, pero en su caso aún mantenía ese dejo de fantasía típico de la niñez o la adolescencia.
-Es aquí- aclaró tranquilamente el humano mientras señalaba con la mano derecha la taberna Hierva Seca. El lugar era deplorable, rozando las ruinas, pero era lo mejor que podías aspirar si solo tenías unos pocos berries en el bolsillo. Al parecer el drogadicto se había aprovechado de lo barato y poco concurrido del lugar para adentrarse y no salir nunca más.
En el exterior del recinto había una especie de plaza de mala muerte, poco cuidada por las autoridades locales, pero además bastante poblada de personas con mala pinta. Un par de sujetos llevaban buzo y capucha a plena luz del día, dispersándose hacia los lados en cuanto vieron a dos Marines acercarse. Otros directamente estaban tendidos en el suelo, durmiendo a la intemperie o tomando el poco alcohol que les había quedado de la noche anterior.
Un par de niños correteaban por las calles jugando con dos palos como si fuesen espadas, y en la puerta de entrada de la posada, una señora de no más de un metro y medio de estatura esperaba, con una mirada cansada, mientras fumaba un cigarro enrolado recientemente a las afueras de su local.
-¿Cómo te gustaría proceder?- a Tony le hubiera gustado tomar la posta de aquella misión, pero entendía que Alaric no solo era mucho más imponente, sino que también tenía más experiencia que él en el campo. A su vez, había una parte de él que no quería tomar responsabilidades por miedo a lo que pudiese salir mal, por lo que simplemente esperó órdenes del gigante para apoyarlo. Era evidente que Alaric no podría entrar en el local, pero las ventanas de las habitaciones eran un blanco que estaba a su alcance. Por otro lado, podía usar a Tony a gusto, ya que el muchacho cumpliría al pie de la letra su comando. ¿Qué estrategia utilizará el recluta?
-El teniente está con demasiados llamados...- miró hacia el suelo triste por no pode aportar mayores detalles sobre la misión. -Cuando me informó estaba con dos Den Den Mushi en cada oído, por lo que le fue difícil explicar todo. De todas formas, es un simple hombre que ha consumido sustancias ¿no?- su arma estaba colgada en una correa de cuero sobre su hombro derecho, la cual apretó por el terror de enfrentarse a una misión que pudiese ponerse muy violenta. -¿Qué podría salir mal?- se obligó a salir de sus pensamientos y volver a la realidad con una sonrisa, comenzando a caminar para que Alaric lo siguiera.
El camino fue extremadamente ameno, de hecho, las personas en Loguetown respetaban y querían bastante a la autoridad, por lo que muchos se animaban a saludar a los reclutas como si fuesen superhéroes. Tony disfrutaba honestamente de tales apreciaciones, ya que en el fondo de su corazón, él quería ser reconocido al ayudar a las personas, como casi cualquier Marine, pero en su caso aún mantenía ese dejo de fantasía típico de la niñez o la adolescencia.
-Es aquí- aclaró tranquilamente el humano mientras señalaba con la mano derecha la taberna Hierva Seca. El lugar era deplorable, rozando las ruinas, pero era lo mejor que podías aspirar si solo tenías unos pocos berries en el bolsillo. Al parecer el drogadicto se había aprovechado de lo barato y poco concurrido del lugar para adentrarse y no salir nunca más.
En el exterior del recinto había una especie de plaza de mala muerte, poco cuidada por las autoridades locales, pero además bastante poblada de personas con mala pinta. Un par de sujetos llevaban buzo y capucha a plena luz del día, dispersándose hacia los lados en cuanto vieron a dos Marines acercarse. Otros directamente estaban tendidos en el suelo, durmiendo a la intemperie o tomando el poco alcohol que les había quedado de la noche anterior.
Un par de niños correteaban por las calles jugando con dos palos como si fuesen espadas, y en la puerta de entrada de la posada, una señora de no más de un metro y medio de estatura esperaba, con una mirada cansada, mientras fumaba un cigarro enrolado recientemente a las afueras de su local.
-¿Cómo te gustaría proceder?- a Tony le hubiera gustado tomar la posta de aquella misión, pero entendía que Alaric no solo era mucho más imponente, sino que también tenía más experiencia que él en el campo. A su vez, había una parte de él que no quería tomar responsabilidades por miedo a lo que pudiese salir mal, por lo que simplemente esperó órdenes del gigante para apoyarlo. Era evidente que Alaric no podría entrar en el local, pero las ventanas de las habitaciones eran un blanco que estaba a su alcance. Por otro lado, podía usar a Tony a gusto, ya que el muchacho cumpliría al pie de la letra su comando. ¿Qué estrategia utilizará el recluta?