Raiga Gin Ebra
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13-02-2025, 07:07 PM
Torrenirrh camina con pasos firmes hacia sus hombres. Su expresión es dura, pétrea, pero en su mirada hay una sombra de algo más. ¿Respeto? Tal vez. Pero su orgullo le impide decir algo en voz alta. No te dirige una palabra más. En su lugar, se inclina ligeramente sobre los suyos y comienza a dar órdenes con voz firme. Sus hombres reaccionan de inmediato. Algunos recogen sus cosas, otros parten en distintas direcciones después de recibir un simple gesto de su mano.
No hay despedidas, no hay explicaciones. Solo un líder moviendo a sus piezas con precisión.
Se aleja sin mirar atrás, ignorando cualquier intento de respuesta a tu pregunta sobre qué está haciendo allí. Es como si la pelea fuera suficiente para cerrar cualquier conversación pendiente, como si para él las palabras fueran innecesarias cuando los golpes han hablado por sí solos.
Antes de que puedas decir algo más, sientes una fuerte mano aferrando tu brazo. Es Tax. Su agarre es firme pero amistoso, y con un simple gesto te indica que lo sigas.
—Venga, vamos. —Su tono es relajado, pero hay algo en su expresión que sugiere que tiene cosas más importantes de las que hablar.
Camináis en silencio durante unos minutos, alejándoos del campo de batalla. El viento sopla con fuerza en la tundra de Skjoldheim, arrastrando consigo los ecos del combate recién terminado. A medida que avanzáis, la tensión que quedó en el aire empieza a disiparse, aunque la sensación de que algo más está por venir sigue latente.
Desde una posición lejana a los ojos de tu hermano, Tax finalmente rompe el silencio.
—Sabía que esto pasaría, Ragn —Su voz es firme, pero sin juicio—. No seré yo quien te diga cómo afrontar los problemas con tu hermano… Pero no te preocupes por él.
Hace una pausa y desvía la mirada hacia el horizonte. Se asegura de que estáis fuera del alcance de cualquier oreja curiosa antes de continuar.
—Eirik está vigilándolo con varios de los suyos —Su tono suena casi despreocupado, pero la información es seria—. Parece que, tras una batalla con una brigada marine, perdieron a varios de los suyos y tuvieron que huir. Pero es algo que Torrenirrh jamás reconocería.
Deja que sus palabras cuelguen en el aire por un momento, dándote tiempo a procesarlas.
—Sin embargo… —continúa— ¿Cómo vendría con tan solo diez hombres aquí?
Esa pregunta queda suspendida entre vosotros, sin una respuesta clara. No es típico de Torrenirrh moverse con un número tan reducido. Algo no cuadra.
Camináis un poco más hasta llegar a una fogata solitaria entre la zona donde peleaste con tu hermano y el poblado que lidera Eirik. Tax se sienta con un leve suspiro, extendiendo las piernas y descansando los antebrazos sobre las rodillas. El calor de la fogata apenas alivia el frío del ambiente, pero su luz parpadeante le da un aire más íntimo a la conversación.
—Partirá —Tax no te mira cuando habla, pero su tono es definitivo—. Partirá pronto y lo hará sin despedirse.
Se pasa una mano por la barba, pensativo.
—He intentado hablar con él, pero no ha dicho nada. Sin embargo, los suyos sí que estaban susurrando algo sobre lo que te digo. No creo que esté en las mejores condiciones, pero su orgullo decidirá de nuevo por él. Saldrá de nuevo al mar, probablemente a enfrentar otra vez a esos marines.
Hace una pausa mientras su expresión se endurece algo más. No es fácil para él todo lo que está diciendo.
—Pero en fin, no creo que sea nuestro asunto ahora.
Se estira, revisa el entorno para asegurarse de que estáis solos, y entonces, finalmente, habla con un tono más serio.
—¿Sabes qué hago aquí?
Se toma un momento, midiendo sus palabras. Luego, suelta la verdad.
—Estoy intentando unir a los Buccaneers con el pueblo de Skjoldheim.
Te deja un instante para asimilarlo antes de continuar mientras estira algo más los brazos, sonando un crujido tras su gesto.
—Y lo estoy haciendo para que sean la nación más fuerte de todo el North Blue. Si lo consigo… quizá consigamos a un gran aliado para Elbaf.
Su mirada se clava en la tuya, evaluándote.
—¿Qué me dices? ¿Me ayudarás?
Su voz es firme, pero no te presiona. Te está dando una elección, pero la importancia de su petición es clara. Esto no es solo una cuestión política. No es solo una cuestión de alianzas. Es algo mucho más grande.
No hay despedidas, no hay explicaciones. Solo un líder moviendo a sus piezas con precisión.
Se aleja sin mirar atrás, ignorando cualquier intento de respuesta a tu pregunta sobre qué está haciendo allí. Es como si la pelea fuera suficiente para cerrar cualquier conversación pendiente, como si para él las palabras fueran innecesarias cuando los golpes han hablado por sí solos.
Antes de que puedas decir algo más, sientes una fuerte mano aferrando tu brazo. Es Tax. Su agarre es firme pero amistoso, y con un simple gesto te indica que lo sigas.
—Venga, vamos. —Su tono es relajado, pero hay algo en su expresión que sugiere que tiene cosas más importantes de las que hablar.
Camináis en silencio durante unos minutos, alejándoos del campo de batalla. El viento sopla con fuerza en la tundra de Skjoldheim, arrastrando consigo los ecos del combate recién terminado. A medida que avanzáis, la tensión que quedó en el aire empieza a disiparse, aunque la sensación de que algo más está por venir sigue latente.
Desde una posición lejana a los ojos de tu hermano, Tax finalmente rompe el silencio.
—Sabía que esto pasaría, Ragn —Su voz es firme, pero sin juicio—. No seré yo quien te diga cómo afrontar los problemas con tu hermano… Pero no te preocupes por él.
Hace una pausa y desvía la mirada hacia el horizonte. Se asegura de que estáis fuera del alcance de cualquier oreja curiosa antes de continuar.
—Eirik está vigilándolo con varios de los suyos —Su tono suena casi despreocupado, pero la información es seria—. Parece que, tras una batalla con una brigada marine, perdieron a varios de los suyos y tuvieron que huir. Pero es algo que Torrenirrh jamás reconocería.
Deja que sus palabras cuelguen en el aire por un momento, dándote tiempo a procesarlas.
—Sin embargo… —continúa— ¿Cómo vendría con tan solo diez hombres aquí?
Esa pregunta queda suspendida entre vosotros, sin una respuesta clara. No es típico de Torrenirrh moverse con un número tan reducido. Algo no cuadra.
Camináis un poco más hasta llegar a una fogata solitaria entre la zona donde peleaste con tu hermano y el poblado que lidera Eirik. Tax se sienta con un leve suspiro, extendiendo las piernas y descansando los antebrazos sobre las rodillas. El calor de la fogata apenas alivia el frío del ambiente, pero su luz parpadeante le da un aire más íntimo a la conversación.
—Partirá —Tax no te mira cuando habla, pero su tono es definitivo—. Partirá pronto y lo hará sin despedirse.
Se pasa una mano por la barba, pensativo.
—He intentado hablar con él, pero no ha dicho nada. Sin embargo, los suyos sí que estaban susurrando algo sobre lo que te digo. No creo que esté en las mejores condiciones, pero su orgullo decidirá de nuevo por él. Saldrá de nuevo al mar, probablemente a enfrentar otra vez a esos marines.
Hace una pausa mientras su expresión se endurece algo más. No es fácil para él todo lo que está diciendo.
—Pero en fin, no creo que sea nuestro asunto ahora.
Se estira, revisa el entorno para asegurarse de que estáis solos, y entonces, finalmente, habla con un tono más serio.
—¿Sabes qué hago aquí?
Se toma un momento, midiendo sus palabras. Luego, suelta la verdad.
—Estoy intentando unir a los Buccaneers con el pueblo de Skjoldheim.
Te deja un instante para asimilarlo antes de continuar mientras estira algo más los brazos, sonando un crujido tras su gesto.
—Y lo estoy haciendo para que sean la nación más fuerte de todo el North Blue. Si lo consigo… quizá consigamos a un gran aliado para Elbaf.
Su mirada se clava en la tuya, evaluándote.
—¿Qué me dices? ¿Me ayudarás?
Su voz es firme, pero no te presiona. Te está dando una elección, pero la importancia de su petición es clara. Esto no es solo una cuestión política. No es solo una cuestión de alianzas. Es algo mucho más grande.
