Timsy
Timsy
12-08-2024, 10:35 PM
19 de verano del 724,
Mar abierto,
East Blue.
Mar abierto,
East Blue.
Bostecé - ¡Uoooooh! - la boca se abrió como una gran cueva que escondía un gran tesoro a las palabras mágicas – Que sueño de repente – los párpados empezaban a pesar. A pesar mucho – Jimbo, Zev, ¿escucháis eso? - pregunté disminuyendo el volumen de la voz cada vez más hasta pronunciar la última palabra en un simple susurro. Mi cuerpo fue moviéndose inconscientemente, tumbándose en la cubierta del Alborada, frente al timón.
Una densa bruma me impedía ver con claridad más allá de unos pocos metros. Traté de achinar los ojos, pero un bostezo hizo que los cerrase de nuevo por completo. ¿Dónde estaba? ¿Qué llevaba en las manos? ¿Ramos de flores? ¿Dónde estaba? ¿Eso eran setas? ¡Setas gigantes! - ¡Cacareo de almejas! - exclamé sorprendido. Corrí hasta una de ellas para verla más de cerca cuando vi lo que parecía ¡un insecto gigante! que chocó en su vuelo contra el sombrero de la seta ¡y salió disparado! - ¡Por las ancas de mi tía! - salté contra la seta para saciar mi curiosidad.
-Nufuares nepalíiiiiiiiiiieeeeeeees – el hongo me lanzó despedido hacia el vasto cielo. Pronto dejé de ver nada más que una densa bruma grisácea que me impedía ver nada - ¡Aaaaaaaaaaah! ¡Me voy a mataaaaaaaar! - durante el descenso la adrenalina fue tomando el control de cada célula de mi acuático cuerpo. El pulso se me aceleró hasta casi reventar la caja torácica y, seamos sinceros, el miedo a ser de manera inminente puré de pescado estampado contra el suelo no mejoraba la situación. Si todo era un sueño, esa era la clase de momento en la que te despertabas súbitamente desorientado. Pero no desperté. El suelo se hizo visible demasiado tarde. Tan solo una fracción se segundo pasó entre que lo vi, hasta que aterricé en él. Fue suficiente para dilatar y romper el espacio tiempo. Una gran de… ¿recuerdos? ¿Por qué no recordaba nada? Sin embargo todo pasó demasiado lento. Caí al suelo y este amortiguó como por arte de magia el impacto, dejándome clavado como un atleta olímpico - ¡Cacareo de almejas! - me miré de nuevo. ¡Estaba ileso! La misma pregunta regresó con más fuerza a mi mente. ¿Dónde escamas estaba?
Desafiando a la suerte y a la lógica, salté de nuevo sobre la seta - ¡Aaaaaaaaah! - caí nuevamente al suelo con la adrenalina por las nubes. El júbilo y la euforia ahora eran el motor de mis acciones. Probé una tercera vez, pero esta vez convencido del resultado y decidido a disfrutar de la experiencia - ¡Corales. Sí que mola esto! - Sin pensármelo dos veces, salté una cuarta vez, pero en esta ocasión hacia adelante. Me movería por aquel extraño lugar saltando de seta en seta mientras pudiera o al menos hasta que me estrellase contra el suelo.
Una densa bruma me impedía ver con claridad más allá de unos pocos metros. Traté de achinar los ojos, pero un bostezo hizo que los cerrase de nuevo por completo. ¿Dónde estaba? ¿Qué llevaba en las manos? ¿Ramos de flores? ¿Dónde estaba? ¿Eso eran setas? ¡Setas gigantes! - ¡Cacareo de almejas! - exclamé sorprendido. Corrí hasta una de ellas para verla más de cerca cuando vi lo que parecía ¡un insecto gigante! que chocó en su vuelo contra el sombrero de la seta ¡y salió disparado! - ¡Por las ancas de mi tía! - salté contra la seta para saciar mi curiosidad.
-Nufuares nepalíiiiiiiiiiieeeeeeees – el hongo me lanzó despedido hacia el vasto cielo. Pronto dejé de ver nada más que una densa bruma grisácea que me impedía ver nada - ¡Aaaaaaaaaaah! ¡Me voy a mataaaaaaaar! - durante el descenso la adrenalina fue tomando el control de cada célula de mi acuático cuerpo. El pulso se me aceleró hasta casi reventar la caja torácica y, seamos sinceros, el miedo a ser de manera inminente puré de pescado estampado contra el suelo no mejoraba la situación. Si todo era un sueño, esa era la clase de momento en la que te despertabas súbitamente desorientado. Pero no desperté. El suelo se hizo visible demasiado tarde. Tan solo una fracción se segundo pasó entre que lo vi, hasta que aterricé en él. Fue suficiente para dilatar y romper el espacio tiempo. Una gran de… ¿recuerdos? ¿Por qué no recordaba nada? Sin embargo todo pasó demasiado lento. Caí al suelo y este amortiguó como por arte de magia el impacto, dejándome clavado como un atleta olímpico - ¡Cacareo de almejas! - me miré de nuevo. ¡Estaba ileso! La misma pregunta regresó con más fuerza a mi mente. ¿Dónde escamas estaba?
Desafiando a la suerte y a la lógica, salté de nuevo sobre la seta - ¡Aaaaaaaaah! - caí nuevamente al suelo con la adrenalina por las nubes. El júbilo y la euforia ahora eran el motor de mis acciones. Probé una tercera vez, pero esta vez convencido del resultado y decidido a disfrutar de la experiencia - ¡Corales. Sí que mola esto! - Sin pensármelo dos veces, salté una cuarta vez, pero en esta ocasión hacia adelante. Me movería por aquel extraño lugar saltando de seta en seta mientras pudiera o al menos hasta que me estrellase contra el suelo.