Lobo Jackson
Moonwalker
13-08-2024, 01:31 AM
Con el traslado de la mercancía a toda vela y los ánimos calmados, Lobo Jackson sentía que había cumplido su parte en aquel contrato, pero sentía que todavía no había cumplido su propósito. Sus ideales, sus creencias y, sobre todo, su estilo de vida le pedían que siguiera junto a aquellos hombres para asegurarse de que llegaban sanos y salvos a tierra. O por los menos, pensaba él, hacer el gesto de acompañarlos a su hogar para que pudieran dar punto final a ese miserable capítulo de su historia.
Pero quien captó su atención fue la mujer al cargo del timón, Hato, con sus decididas palabras colmadas de empatía. Jackson sentía una gran afinidad con la responsabilidad moral y el apoyo emocional que había demostrado hacia los marineros, meras víctimas de esa cruel y sangrienta mañana. Aprovechando el constante ajetreo de la gente sobre cubierta, que iba y venía desde la bodega llevando la carga hacia la lancha de su contratista, el mink se acercó hasta la mujer dando vueltas sobre sí mismo como una peonza hasta quedar de espaldas a ella con una pose elegante, hablándole con un tono en el que sólo Hato pudiera escucharle.
- Estoy de acuerdo contigo-gara, siento que lo correcto es llevar a los marineros a su hogar para que puedan pasar página y comenzar el lento proceso de sanación emocional-gara. - Luego, con la voz aun más baja, le dijo. - Aunque tal vez no sea buena idea que nos relacionemos mucho con las autoridades-gara, podría ser contraproducente para nuestros... Intereses a largo plazo-gara. -
De haberse quedado cerca de la borda donde se estaba descargando la carga, es posible que el mink hubiera podido escuchar la conversación entre el intermediario de Blackmore y Byron, pero al estar próximo al timón y con su atención puesta en Hato, aquellas palabras se perdieron entre el golpeteo de la madera y los gruñidos del esfuerzo de los marineros.
Fue en ese momento cuando un joven marinero se acercó a él seguido de cinco de sus compañeros. Salvo un par, todos parecían estar en la flor de la juventud, y compartían el mismo brillo ilusionado en su mirada. Algo parecía arder en sus corazones, algo que les impulsaba a acercarse hasta aquel fabuloso mink bailarín con la intención de seguirle en un camino repleto de emoción, energía y baile desenfrenado.
Lobo Jackson, quien todavía seguía conmovido por el aplomo de aquellos valerosos hombres, sintió que su pecho se henchía de orgullo cuando el joven marinero pidió permiso para que tanto él como sus compañeros pudieran seguirle allá donde fuera.
- ¡Por supuesto que sí-gara! - Expresó con un ánimo desbordante el mink mientras que su cuerpo hacía una espectacular pose en la que sus manos se colocaban frente a su rostro y bajaban lentamente hacia su pecho. - ¡Sigamos como hermanos del mar y luchemos unidos contra las injusticias y la adversidad-gara! - Luego se giró hacia Hato, quien seguía junto al timón, y le dijo con una gran sonrisa lupina. - Compañera, creo que tendremos nuevos camaradas-gara, ¿qué te parece si en cuanto todo esto termine vamos al puerto y dejamos que los demás sigan su destino como gusten-gara? Después... -
Una idea tomó forma en su mente, una idea audaz que podría ser muy útil de salir bien.
- Después podríamos seguir todos juntos en este barco y zarpar a donde queramos-gara. - Le propuso con cierta camaradería, posando con el cuerpo e inclinándose hacia atrás hasta que se quedó mirándola bocabajo pero manteniendo el equilibrio. - Posiblemente en Oykot no quieran volver saber nada de este buque con toda la muerte y recuerdos que trae-gara, y disponemos de marineros expertos para tripularlo adecuadamente-gara. -
En su mente veía cómo el barco pasaba a formar parte íntegra de la flota de la Armada, un pequeño buque desde el que podría viajar de isla en isla haciendo un tour musical como ningún otro. Sabía que los otros miembros de aquel trabajo mercenario seguirían en el barco pero, ¿quién sabe? Tal vez les interese la idea de abandonar Oykot y navegar juntos durante un tiempo.
- Aunque también es posible que traiga problemas y que lo quieran de vuelta-gara, ¿qué opinas? - Indagó con sincera curiosidad para conocer los pensamientos de la timonel.
Pero quien captó su atención fue la mujer al cargo del timón, Hato, con sus decididas palabras colmadas de empatía. Jackson sentía una gran afinidad con la responsabilidad moral y el apoyo emocional que había demostrado hacia los marineros, meras víctimas de esa cruel y sangrienta mañana. Aprovechando el constante ajetreo de la gente sobre cubierta, que iba y venía desde la bodega llevando la carga hacia la lancha de su contratista, el mink se acercó hasta la mujer dando vueltas sobre sí mismo como una peonza hasta quedar de espaldas a ella con una pose elegante, hablándole con un tono en el que sólo Hato pudiera escucharle.
- Estoy de acuerdo contigo-gara, siento que lo correcto es llevar a los marineros a su hogar para que puedan pasar página y comenzar el lento proceso de sanación emocional-gara. - Luego, con la voz aun más baja, le dijo. - Aunque tal vez no sea buena idea que nos relacionemos mucho con las autoridades-gara, podría ser contraproducente para nuestros... Intereses a largo plazo-gara. -
De haberse quedado cerca de la borda donde se estaba descargando la carga, es posible que el mink hubiera podido escuchar la conversación entre el intermediario de Blackmore y Byron, pero al estar próximo al timón y con su atención puesta en Hato, aquellas palabras se perdieron entre el golpeteo de la madera y los gruñidos del esfuerzo de los marineros.
Fue en ese momento cuando un joven marinero se acercó a él seguido de cinco de sus compañeros. Salvo un par, todos parecían estar en la flor de la juventud, y compartían el mismo brillo ilusionado en su mirada. Algo parecía arder en sus corazones, algo que les impulsaba a acercarse hasta aquel fabuloso mink bailarín con la intención de seguirle en un camino repleto de emoción, energía y baile desenfrenado.
Lobo Jackson, quien todavía seguía conmovido por el aplomo de aquellos valerosos hombres, sintió que su pecho se henchía de orgullo cuando el joven marinero pidió permiso para que tanto él como sus compañeros pudieran seguirle allá donde fuera.
- ¡Por supuesto que sí-gara! - Expresó con un ánimo desbordante el mink mientras que su cuerpo hacía una espectacular pose en la que sus manos se colocaban frente a su rostro y bajaban lentamente hacia su pecho. - ¡Sigamos como hermanos del mar y luchemos unidos contra las injusticias y la adversidad-gara! - Luego se giró hacia Hato, quien seguía junto al timón, y le dijo con una gran sonrisa lupina. - Compañera, creo que tendremos nuevos camaradas-gara, ¿qué te parece si en cuanto todo esto termine vamos al puerto y dejamos que los demás sigan su destino como gusten-gara? Después... -
Una idea tomó forma en su mente, una idea audaz que podría ser muy útil de salir bien.
- Después podríamos seguir todos juntos en este barco y zarpar a donde queramos-gara. - Le propuso con cierta camaradería, posando con el cuerpo e inclinándose hacia atrás hasta que se quedó mirándola bocabajo pero manteniendo el equilibrio. - Posiblemente en Oykot no quieran volver saber nada de este buque con toda la muerte y recuerdos que trae-gara, y disponemos de marineros expertos para tripularlo adecuadamente-gara. -
En su mente veía cómo el barco pasaba a formar parte íntegra de la flota de la Armada, un pequeño buque desde el que podría viajar de isla en isla haciendo un tour musical como ningún otro. Sabía que los otros miembros de aquel trabajo mercenario seguirían en el barco pero, ¿quién sabe? Tal vez les interese la idea de abandonar Oykot y navegar juntos durante un tiempo.
- Aunque también es posible que traiga problemas y que lo quieran de vuelta-gara, ¿qué opinas? - Indagó con sincera curiosidad para conocer los pensamientos de la timonel.