Vina y Greta
Somos La Salsa
13-08-2024, 03:00 PM
Kael entendió la situación y comenzó a aprovecharse de ella, soltando susurros y frases a medias que enfurecían al guardia. El hombre estaba a punto de adelantarse al juicio del joven y cobrarse su vida con sus propias manos, pero se contuvo. La ejecución pública sería un escarmiento ejemplar para cualquier delincuente que osara cometer un delito contra la población de Oykot. El escupitajo de Kael en la cara del guardia hizo que este se llevara las manos al rostro con un gesto de asco y enfado, brindando a las hermanas la oportunidad perfecta para actuar.
Vina y Greta se movieron al unísono, aprovechando la distracción del guardia. Una de ellas se abalanzó por detrás y agarró los brazos del hombre, inmovilizándolo, mientras la otra le colocó un paño blanco sobre la nariz y la boca. En cuestión de segundos, el guardia se quedó dormido, y su cuerpo cayó al suelo con delicadeza. Las hermanas comenzaron a desatar a Kael, cada una trabajando en una parte de los nudos.
- Vamos a sacarte de aquí. - Dijo Greta con determinación.
- Si no lo hacemos, te ahorcarán. ¿Puedes andar? - Preguntó Vina, con un tono urgente.
Aunque el tiempo apremiaba, las hermanas, experta en estrategia y coordinación, trabajaron con eficacia. Mientras deshacían los nudos, Vina comenzó a explicar la ruta de escape a Kael.
- Tenemos un bote en la zona más alejada del puerto. Yo puedo adelantarme mientras Greta te da cobertura. Saldré con el bote y me acercaré para recogeros aquí, en frente. No tenemos mucho tiempo.
Con los nudos finalmente deshechos, las chicas se posicionaron a cada lado de Kael y le ayudaron a levantarse, cogiéndole por los hombros para que pudiera caminar con más facilidad. Aunque Kael estaba empapado, las hermanas no se dejaron desanimar por la situación. Tenían un objetivo claro: salir de allí con vida. Si todo salía según el plan, Vina saldría corriendo hacia el gran portón del almacén y se dirigiría al amarradero donde tenían el bote. Greta guiaría a Kael a través de los callejones poco transitados de la isla, para esperar en un callejón cercano al mar, donde finalmente se reunirían y escaparían.
Vina y Greta se movieron al unísono, aprovechando la distracción del guardia. Una de ellas se abalanzó por detrás y agarró los brazos del hombre, inmovilizándolo, mientras la otra le colocó un paño blanco sobre la nariz y la boca. En cuestión de segundos, el guardia se quedó dormido, y su cuerpo cayó al suelo con delicadeza. Las hermanas comenzaron a desatar a Kael, cada una trabajando en una parte de los nudos.
- Vamos a sacarte de aquí. - Dijo Greta con determinación.
- Si no lo hacemos, te ahorcarán. ¿Puedes andar? - Preguntó Vina, con un tono urgente.
Aunque el tiempo apremiaba, las hermanas, experta en estrategia y coordinación, trabajaron con eficacia. Mientras deshacían los nudos, Vina comenzó a explicar la ruta de escape a Kael.
- Tenemos un bote en la zona más alejada del puerto. Yo puedo adelantarme mientras Greta te da cobertura. Saldré con el bote y me acercaré para recogeros aquí, en frente. No tenemos mucho tiempo.
Con los nudos finalmente deshechos, las chicas se posicionaron a cada lado de Kael y le ayudaron a levantarse, cogiéndole por los hombros para que pudiera caminar con más facilidad. Aunque Kael estaba empapado, las hermanas no se dejaron desanimar por la situación. Tenían un objetivo claro: salir de allí con vida. Si todo salía según el plan, Vina saldría corriendo hacia el gran portón del almacén y se dirigiría al amarradero donde tenían el bote. Greta guiaría a Kael a través de los callejones poco transitados de la isla, para esperar en un callejón cercano al mar, donde finalmente se reunirían y escaparían.