Timsy
Timsy
13-08-2024, 08:39 PM
(Última modificación: 13-08-2024, 08:52 PM por Timsy.
Razón: Incluido comando personaje. Añadida agilidad del golpe a Tenka
)
Al vuelo sentí algo golpear en mi cadera. ¿Qué era aquello? No era más que una pequeña bolsita atada a la cadera que parecía contener algo en su interior. Esférico, de tamaño más bien pequeño. ¿Sería dinero? ¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Por qué solo había un objeto? Traté de darle un tirón en pleno vuelo, pero no conseguí quitármelo. Decidí que el momento para investigar sería una vez estuviera en tierra, pues el descenso ya había iniciado. Seguía sin ver nada, pues la densa niebla me envolvía como el mar a los peces. ¿Sería algún tipo de mar? ¡Que estupideces estaba diciendo!
Un par de setas aparecieron a mi derecha e izquierda, pero ¡no había nada delante de mí! ¿Seguro? - ¡Cuidaaaaa! - la velocidad del descenso y la corta visión me impidieron llegar a terminar de pronunciar la palabra. Frente a mí había aparecido un cuerpo, bueno, más bien una espalda, contra la que terminaría por estrellarme salvo milagro divino. La todopoderosa y omnipresente niebla del lugar hacía que fuera imposible planificar un viaje en seta, como quien iba saltando por las camas elásticas. Bien había sabido que había encomiado al azar mi destino y había terminado casi estampándome contra aquel tipo. Sabía que el suelo absorbía el impacto de la caída, pero… ¿también lo hacían las personas? Consideraba que había experimentado suficiente por ahora, así que coloqué una burbuja de baba que me envolvió para protegerme del impacto contra esa persona.
-¡Por las ancas de mi tía! ¿Quién eres tú? - pregunté sorprendido. No tenía ni idea de cómo había llegado allí y había dado por supuesto que no había nadie más que yo y un montón de animales gigantes y rarísimos. Me había equivocado – No deberías ponerte en mitad del camino de otros – increpé aún a sabiendas de que poco podía hacer y si algún culpable había era yo por lanzarme tan temerariamente a lo desconocido. Obviamente, no iba a reconocer mi culpabilidad.
Un par de setas aparecieron a mi derecha e izquierda, pero ¡no había nada delante de mí! ¿Seguro? - ¡Cuidaaaaa! - la velocidad del descenso y la corta visión me impidieron llegar a terminar de pronunciar la palabra. Frente a mí había aparecido un cuerpo, bueno, más bien una espalda, contra la que terminaría por estrellarme salvo milagro divino. La todopoderosa y omnipresente niebla del lugar hacía que fuera imposible planificar un viaje en seta, como quien iba saltando por las camas elásticas. Bien había sabido que había encomiado al azar mi destino y había terminado casi estampándome contra aquel tipo. Sabía que el suelo absorbía el impacto de la caída, pero… ¿también lo hacían las personas? Consideraba que había experimentado suficiente por ahora, así que coloqué una burbuja de baba que me envolvió para protegerme del impacto contra esa persona.
-¡Por las ancas de mi tía! ¿Quién eres tú? - pregunté sorprendido. No tenía ni idea de cómo había llegado allí y había dado por supuesto que no había nadie más que yo y un montón de animales gigantes y rarísimos. Me había equivocado – No deberías ponerte en mitad del camino de otros – increpé aún a sabiendas de que poco podía hacer y si algún culpable había era yo por lanzarme tan temerariamente a lo desconocido. Obviamente, no iba a reconocer mi culpabilidad.