El inhospito clima helado había sido cruel cruel con Yoshiro, tanto que acabó perdiendo la vida, pero en un mindo de sueños ni la muerte es capaz de despertarte (aunque muchas veces funciona) y ahora su cuerpo aparecía como arte de magia en la dura piedra de una isla flotante.
El huracanados viento lo golpeaba en la cara y despeinaba su cabellera que usualmente era una pinchuda cresta. Algunas gotas de la catarata cercana empezaron a salpicar su rostro y con pereza acabó abriendo los ojos.
¿Que pasó?-miró hacia los lados confuso, miraba el entorno, no había nieve pero si una capa de neblina-Vaya pesadilla... morir como una paleta de hielo...-el viento continuo molestandolo con fuerza pero era mucho mejor que aquella ventisca de su sueño anterior. Se puso de pie y tras unos pasos notó un barco destruído y una voz a lo lejos bastante rara.
" ¡¿Quiene zoi' uhtedeh?! "
La voz sonaba ¿Femenina? Pero su forma de pronunciar las palabras era curiosa. Yoshiro buscó rodear los escombros de aquel barco y acabó encontrando a un viejo con alas, un tiburón bastante fuerte y una mujer alta que los amenazaba con sus armas en mano y su extraño acento.
" ¿Por qué no me dái lah bolzitah eza? Zi no valen pa' ná, hermanito, anda dármela "
Es verdad, la bolsa en su cadera... Un recuerdo de aquel que cantaba llegó a su mente... Dentro de las bolsita la gente tenía una canica que debía ser obtenida a grandes cantidades por cualquier medio posible, incluso asesinando a otros.
El huracanados viento lo golpeaba en la cara y despeinaba su cabellera que usualmente era una pinchuda cresta. Algunas gotas de la catarata cercana empezaron a salpicar su rostro y con pereza acabó abriendo los ojos.
¿Que pasó?-miró hacia los lados confuso, miraba el entorno, no había nieve pero si una capa de neblina-Vaya pesadilla... morir como una paleta de hielo...-el viento continuo molestandolo con fuerza pero era mucho mejor que aquella ventisca de su sueño anterior. Se puso de pie y tras unos pasos notó un barco destruído y una voz a lo lejos bastante rara.
" ¡¿Quiene zoi' uhtedeh?! "
La voz sonaba ¿Femenina? Pero su forma de pronunciar las palabras era curiosa. Yoshiro buscó rodear los escombros de aquel barco y acabó encontrando a un viejo con alas, un tiburón bastante fuerte y una mujer alta que los amenazaba con sus armas en mano y su extraño acento.
" ¿Por qué no me dái lah bolzitah eza? Zi no valen pa' ná, hermanito, anda dármela "
Es verdad, la bolsa en su cadera... Un recuerdo de aquel que cantaba llegó a su mente... Dentro de las bolsita la gente tenía una canica que debía ser obtenida a grandes cantidades por cualquier medio posible, incluso asesinando a otros.