Juuken
Juuken
15-08-2024, 01:46 AM
(Última modificación: 15-08-2024, 02:08 AM por Juuken.
Razón: especificado mejor el ataque y agregado defecto activo para mayor claridad. Corregido daño por fallo matemático.
)
Comencé a intentar ayudar a ese muchacho a que se levantase, no pensaba dejarle allí tirado, tenía que hacer que se moviera algo para que entrara en calor. Cogerle era como agarrar la nieve, estaba completamente helado, no parecía que estuviera vivo, pero hacía un momento le había notado una débil respiración, al menos me había dado la sensación, incluso estaba con los ojos abiertos.
Aunque ahora que lo miraba bien los tenía cerrados, pasé la mano por delante de su boca y nariz, no notaba nada. De pronto el color de su piel y de su cabello comenzó a desvanecerse, poco a poco estaba convirtiéndose en algo blanco. Me alejé un poco sobresaltado. ¿Qué era eso?
Fue transformándose hasta llegar a desaparecer por completo y quedar como una parte más de ese manto níveo que nos cubría por todas partes. De alguna forma, ese muchacho había muerto y se había convertido en nieve. ¿Significa eso que toda esta nieve que nos rodea?... Sacudí la cabeza negándome a creer esa posibilidad por remota que fuera.
Entonces me percaté de que había otra persona que acababa de saludar, no estaba muy animado la verdad, una persona débil que necesitaba ayuda acababa de morir delante de mí. Era algo difícil, siempre me había prometido intentar proteger a todos aquellos que se encontraran en una situación complicada, y eso hacía que en cierto modo comenzara a sentir furia interior. Necesitaba desquitarme como fuera.
Miré a ese muchacho, un chico alto que parecía que no había comido en años. Me recordaba malos tiempos, sentía que también podía tener problemas, con ese cuerpo no sé cómo está soportando ese frío, que no paraba de estremecerme.
-Ten cuidado, esto es peligroso, deberías abrigarte mejor.
Quería desquitarme, pero ese chico me daba pena, comencé a andar de lado a lado, solo para no detenerme, entonces se me ocurrió preguntarle por cómo había llegado aquí, igual estábamos en la misma situación y él podía saber algo al respecto. Me disponía a preguntarle cuando pude ver... algo más, aproximándose.
Una extraña criatura como algo que jamás antes había visto se acercaba, no me daba buena espina, demasiadas cosas extrañas están ocurriendo, ahora una criatura que podría ser un enemigo. Tenía algo parecido a unas orejas muy largas, era alto, parecía algún tipo de animal, pero nunca había visto nada similar, me puse un poco en guardia, me detuve y me quedé mirándole, su cuerpo era tan blanco como la misma nieve, si no fuera por sus ropajes igual me costaría algo más distinguirle. ¿Acaso podría ser el responsable de todo esto?
-No sé qué pasa aquí ni cómo estoy en este lugar. Pero me han dicho que debo recolectar canicas. ¿Me dais las vuestras por las buenas o tengo que recurrir a los puños?
Fruncí el ceño, no solo veía con esos aires de superioridad, sino que además venía de forma agresiva. No me creía ni una sola palabra, pero parecía que revelaba algo, había que recolectar esas canicas, llevé un vistazo fugaz a su cintura, una bolsa similar a la mía se encontraba ahí, eso debería ser la canica, aunque todavía no le había prestado demasiada atención a dicha bolsa.
Tal vez con ese tipo si podría desquitarme, no me daba buena espina y estaba deseando desahogarme de no haber podido ayudar a ese muchacho, además sentía una frustración que no comprendía, me encontraba en un cuerpo que no era el mío, me sentía extraño y tenía más frío del que había experimentado en mi vida, esto no me gustaba un pelo y debía comenzar a moverme y a calentar de nuevo el cuerpo.
Ese tipo con orejas de conejo me iba a ayudar. No sabía qué pretendía pero amenazó con recurrir a los puños, una acritud bastante agresiva, encima estaba el otro chico que parecía hasta enfermizo, no le veía buena cara y sentía que podía perder el conocimiento de un momento a otro. Debía actuar rápido si ahora quería intentar ayudar a ese muchacho. Y ese extraño ser nos amenazaba.
Rápidamente sin dar tiempo a que hiciera nada más decidí lanzarme a la carga, se había acercado lo suficiente para resultar intimidante, por lo que simplemente me lancé directo hacia él desenvainando la espada.
-¡Menos cháchara y más acción! -dije mientras me lanzaba directo con un corte con mi brazo derecho, destinado a partirlo por la mitad, mientras esbozaba una mueca que podría resultar un tanto macabra. Esperaba poder disfrutar de ese combate.
Aunque ahora que lo miraba bien los tenía cerrados, pasé la mano por delante de su boca y nariz, no notaba nada. De pronto el color de su piel y de su cabello comenzó a desvanecerse, poco a poco estaba convirtiéndose en algo blanco. Me alejé un poco sobresaltado. ¿Qué era eso?
Fue transformándose hasta llegar a desaparecer por completo y quedar como una parte más de ese manto níveo que nos cubría por todas partes. De alguna forma, ese muchacho había muerto y se había convertido en nieve. ¿Significa eso que toda esta nieve que nos rodea?... Sacudí la cabeza negándome a creer esa posibilidad por remota que fuera.
Entonces me percaté de que había otra persona que acababa de saludar, no estaba muy animado la verdad, una persona débil que necesitaba ayuda acababa de morir delante de mí. Era algo difícil, siempre me había prometido intentar proteger a todos aquellos que se encontraran en una situación complicada, y eso hacía que en cierto modo comenzara a sentir furia interior. Necesitaba desquitarme como fuera.
Miré a ese muchacho, un chico alto que parecía que no había comido en años. Me recordaba malos tiempos, sentía que también podía tener problemas, con ese cuerpo no sé cómo está soportando ese frío, que no paraba de estremecerme.
-Ten cuidado, esto es peligroso, deberías abrigarte mejor.
Quería desquitarme, pero ese chico me daba pena, comencé a andar de lado a lado, solo para no detenerme, entonces se me ocurrió preguntarle por cómo había llegado aquí, igual estábamos en la misma situación y él podía saber algo al respecto. Me disponía a preguntarle cuando pude ver... algo más, aproximándose.
Una extraña criatura como algo que jamás antes había visto se acercaba, no me daba buena espina, demasiadas cosas extrañas están ocurriendo, ahora una criatura que podría ser un enemigo. Tenía algo parecido a unas orejas muy largas, era alto, parecía algún tipo de animal, pero nunca había visto nada similar, me puse un poco en guardia, me detuve y me quedé mirándole, su cuerpo era tan blanco como la misma nieve, si no fuera por sus ropajes igual me costaría algo más distinguirle. ¿Acaso podría ser el responsable de todo esto?
-No sé qué pasa aquí ni cómo estoy en este lugar. Pero me han dicho que debo recolectar canicas. ¿Me dais las vuestras por las buenas o tengo que recurrir a los puños?
Fruncí el ceño, no solo veía con esos aires de superioridad, sino que además venía de forma agresiva. No me creía ni una sola palabra, pero parecía que revelaba algo, había que recolectar esas canicas, llevé un vistazo fugaz a su cintura, una bolsa similar a la mía se encontraba ahí, eso debería ser la canica, aunque todavía no le había prestado demasiada atención a dicha bolsa.
Tal vez con ese tipo si podría desquitarme, no me daba buena espina y estaba deseando desahogarme de no haber podido ayudar a ese muchacho, además sentía una frustración que no comprendía, me encontraba en un cuerpo que no era el mío, me sentía extraño y tenía más frío del que había experimentado en mi vida, esto no me gustaba un pelo y debía comenzar a moverme y a calentar de nuevo el cuerpo.
Ese tipo con orejas de conejo me iba a ayudar. No sabía qué pretendía pero amenazó con recurrir a los puños, una acritud bastante agresiva, encima estaba el otro chico que parecía hasta enfermizo, no le veía buena cara y sentía que podía perder el conocimiento de un momento a otro. Debía actuar rápido si ahora quería intentar ayudar a ese muchacho. Y ese extraño ser nos amenazaba.
Rápidamente sin dar tiempo a que hiciera nada más decidí lanzarme a la carga, se había acercado lo suficiente para resultar intimidante, por lo que simplemente me lancé directo hacia él desenvainando la espada.
-¡Menos cháchara y más acción! -dije mientras me lanzaba directo con un corte con mi brazo derecho, destinado a partirlo por la mitad, mientras esbozaba una mueca que podría resultar un tanto macabra. Esperaba poder disfrutar de ese combate.