Hato of peace
Hayo
15-08-2024, 11:17 AM
(Última modificación: 15-08-2024, 11:20 AM por Hato of peace.)
La travesía de la joven Hato para llegar al reino de Oykot desde la red líne la obligó a detenerse en la isla Kilombo el barco que la llevaría partiría durante la noche y está sería su última parada como turista antes de llegar a su destino donde el trabajo sería lo más importante para Hato.
La ciudad costera de Rostock tenía bastantes puestos se podía encontrar madera también diferentes aceites como múltiples puestos de frutas y lo que no podía faltar la venta de pescados y especias, El sol ya se había elevado cuando Hato se adentro al bazar en busca de objetos de su tierra natal Skypiea para muchos vendedores solo era una joven incauta que vestía una falda azul marino y una chamarra roja presumiendo su físico.
-Buenas ando buscando antigüedades, barcos raros o Conchas raras si no es mucha molestia podría decirme si tiene cosas así- era lo que la joven decía a los vendedores de antigüedades o viejos navegantes que se deshacen de sus objetos de la anterior era a veces tenían algo interesante pero nada de lo que buscaba la rubia.
Las personas caminaban observado los puestos preguntando por precios y se podían escuchar el regatear de los compradores en varios puestos, las calles estaban llenas de vida el bullicio podía aturdir si no estabas preparado para estar con tantas personas a tu alrededor, algunos comerciantes que tenían caracoles decorados comentaron que había una persona más vendiendo objetos de buena calidad entre ella también podría haber conchas de las que buscaba la Skypiean.
Después de buscar un rato encontró a un par de hombres haciendo un trato el vendedor parecía que ya estaba apunto de retirarse Hato aceleró el paso para tratar de alcanzarlo para hablar con él, la cabellera marrón rojizo en cola de caballo y una corte de perilla en su barba lo hacía ver muy elegante al caballero parecía que tenían la misma altura y una predisposición a irse.
Hato se detuvo frente de él -Buenas caballero, disculpe las molestias ando buscando conchas raras bueno se llaman Diales, quería saber si usted tiene- su boca estaba entreabierta por haber corrido para alcanzar al hombre se notaba algo ligeramente agitada, el viento marino movía ligeramente su cabellera rubia, aquella falda dejaba ver sus piernas bien entrenadas y su cuerpo despedía un dulce aroma a sándalo y cerezas.
La ciudad costera de Rostock tenía bastantes puestos se podía encontrar madera también diferentes aceites como múltiples puestos de frutas y lo que no podía faltar la venta de pescados y especias, El sol ya se había elevado cuando Hato se adentro al bazar en busca de objetos de su tierra natal Skypiea para muchos vendedores solo era una joven incauta que vestía una falda azul marino y una chamarra roja presumiendo su físico.
-Buenas ando buscando antigüedades, barcos raros o Conchas raras si no es mucha molestia podría decirme si tiene cosas así- era lo que la joven decía a los vendedores de antigüedades o viejos navegantes que se deshacen de sus objetos de la anterior era a veces tenían algo interesante pero nada de lo que buscaba la rubia.
Las personas caminaban observado los puestos preguntando por precios y se podían escuchar el regatear de los compradores en varios puestos, las calles estaban llenas de vida el bullicio podía aturdir si no estabas preparado para estar con tantas personas a tu alrededor, algunos comerciantes que tenían caracoles decorados comentaron que había una persona más vendiendo objetos de buena calidad entre ella también podría haber conchas de las que buscaba la Skypiean.
Después de buscar un rato encontró a un par de hombres haciendo un trato el vendedor parecía que ya estaba apunto de retirarse Hato aceleró el paso para tratar de alcanzarlo para hablar con él, la cabellera marrón rojizo en cola de caballo y una corte de perilla en su barba lo hacía ver muy elegante al caballero parecía que tenían la misma altura y una predisposición a irse.
Hato se detuvo frente de él -Buenas caballero, disculpe las molestias ando buscando conchas raras bueno se llaman Diales, quería saber si usted tiene- su boca estaba entreabierta por haber corrido para alcanzar al hombre se notaba algo ligeramente agitada, el viento marino movía ligeramente su cabellera rubia, aquella falda dejaba ver sus piernas bien entrenadas y su cuerpo despedía un dulce aroma a sándalo y cerezas.