Galhard
Gal
15-08-2024, 07:52 PM
Galhard escuchaba con atención mientras Asradi compartía fragmentos de su propia historia, mostrando una apertura que resonaba profundamente con él. Aunque sus mundos eran distintos, encontraba paralelismos en sus deseos de libertad y autodeterminación que fortalecían el vínculo incipiente entre ellos.
—Es valiente de tu parte emprender un viaje para descubrir el mundo más allá de tus fronteras conocidas —comentó Galhard, su voz llevando un tono de respeto y admiración. La brisa nocturna jugaba con la arena, creando pequeños remolinos que parecían danzar al ritmo de sus palabras. —Es una búsqueda que comparto, en cierta manera. La necesidad de ver más, de entender más allá de los límites que nos son impuestos, ya sea por la geografía o por la sociedad.— Añadió sin poder evitar sentirse identificado con la sirena.
La mención de que Asradi se había movido desde las frías aguas del norte hacia la isla Gyojin captó su interés. Era un testimonio de adaptabilidad y coraje, características que Galhard valoraba enormemente.
—North Blue siempre será parte de quien soy, pero como tú, busco algo más... una comprensión más amplia del mundo. Las historias de los mares del norte siempre son fascinantes. Es un lugar de belleza inigualable y misterios profundos al menos para mi—dijo, dejando que un tono de nostalgia tiñera brevemente sus palabras antes de volver al presente.
—Y en cuanto a la prenda, me alegra poder ayudarte. Considera eso una pequeña parte de mi gratitud por esta conversación y por la oportunidad de aprender de alguien con tus experiencias y perspectivas ¿Algún color en especial para la falda? —aseguró y preguntó sonriendo cálidamente.
El ofrecimiento de Asradi de compartir más sobre su vida parecía un regalo en sí mismo, y Galhard lo valoraba como tal. La noche los envolvía en su manto tranquilo, y el sonido del mar les ofrecía un concierto privado que solo añadía magia al momento.
—Tu deseo de explorar y vivir según tus propias elecciones es algo que respeto profundamente. No todos tienen el coraje de seguir su propio camino, especialmente cuando se enfrentan a expectativas y tradiciones arraigadas. Espero que tu viaje te traiga las respuestas y las aventuras que buscas —afirmó, su expresión seria pero amable.
—Y quién sabe, quizás en este vasto y diverso mundo, encuentres esos lugares y esas historias que hacen que la vida valga la pena ser vivida a plenitud. Con cada nueva costa que explores, cada nueva cultura que encuentres, espero que también encuentres la aceptación y la belleza que mereces.—Finalizó con una cálida sonrisa, aunque Galhard sabía la peligrosidad del viaje algo le hacía pensar que encontraría buenos compañeros para su viaje, una lástima que sus deberes como Marine le impidieran acompañarla.
La luna seguía alta en el cielo, bañando la playa en una luz suave que hacía que el encuentro pareciera suspendido fuera del tiempo. En esa cala, bajo ese cielo estrellado, Galhard y Asradi compartían no solo comida y conversación, sino también un fragmento de sus sueños y temores, un intercambio tan real y tangible como las olas que rompían suavemente a su alrededor.
—Es valiente de tu parte emprender un viaje para descubrir el mundo más allá de tus fronteras conocidas —comentó Galhard, su voz llevando un tono de respeto y admiración. La brisa nocturna jugaba con la arena, creando pequeños remolinos que parecían danzar al ritmo de sus palabras. —Es una búsqueda que comparto, en cierta manera. La necesidad de ver más, de entender más allá de los límites que nos son impuestos, ya sea por la geografía o por la sociedad.— Añadió sin poder evitar sentirse identificado con la sirena.
La mención de que Asradi se había movido desde las frías aguas del norte hacia la isla Gyojin captó su interés. Era un testimonio de adaptabilidad y coraje, características que Galhard valoraba enormemente.
—North Blue siempre será parte de quien soy, pero como tú, busco algo más... una comprensión más amplia del mundo. Las historias de los mares del norte siempre son fascinantes. Es un lugar de belleza inigualable y misterios profundos al menos para mi—dijo, dejando que un tono de nostalgia tiñera brevemente sus palabras antes de volver al presente.
—Y en cuanto a la prenda, me alegra poder ayudarte. Considera eso una pequeña parte de mi gratitud por esta conversación y por la oportunidad de aprender de alguien con tus experiencias y perspectivas ¿Algún color en especial para la falda? —aseguró y preguntó sonriendo cálidamente.
El ofrecimiento de Asradi de compartir más sobre su vida parecía un regalo en sí mismo, y Galhard lo valoraba como tal. La noche los envolvía en su manto tranquilo, y el sonido del mar les ofrecía un concierto privado que solo añadía magia al momento.
—Tu deseo de explorar y vivir según tus propias elecciones es algo que respeto profundamente. No todos tienen el coraje de seguir su propio camino, especialmente cuando se enfrentan a expectativas y tradiciones arraigadas. Espero que tu viaje te traiga las respuestas y las aventuras que buscas —afirmó, su expresión seria pero amable.
—Y quién sabe, quizás en este vasto y diverso mundo, encuentres esos lugares y esas historias que hacen que la vida valga la pena ser vivida a plenitud. Con cada nueva costa que explores, cada nueva cultura que encuentres, espero que también encuentres la aceptación y la belleza que mereces.—Finalizó con una cálida sonrisa, aunque Galhard sabía la peligrosidad del viaje algo le hacía pensar que encontraría buenos compañeros para su viaje, una lástima que sus deberes como Marine le impidieran acompañarla.
La luna seguía alta en el cielo, bañando la playa en una luz suave que hacía que el encuentro pareciera suspendido fuera del tiempo. En esa cala, bajo ese cielo estrellado, Galhard y Asradi compartían no solo comida y conversación, sino también un fragmento de sus sueños y temores, un intercambio tan real y tangible como las olas que rompían suavemente a su alrededor.