Takahiro
La saeta verde
15-08-2024, 09:02 PM
El humo de la explosión se había disipado en el cielo, dejando ver de nuevo con claridad a la protagonista de las noches de verano: la luna. El peliverde comenzaba a ver como la tranquilidad de la noche había llegado a su fin. Las calles desiertas, apenas iluminadas por algunas farolas de las calles, comenzaban a llenarse de curiosos temerosos de que estuviera ocurriendo algo de gravedad. «¿Pero quien en su sano juicio saldría de su casa al oír el ruido de una explosión?», se preguntaba el marine, postrándose frente a la entrada de aquella obra, tratando de abarcar todo el espacio posible.
—No hay nada de lo que preocuparse —comentó en voz alta, pero con un tono calmado y bastante sosegado. Que Takahiro fuera una persona que afrontaba la vida con una filosofía basada en la tranquilidad era algo positivo en situaciones como esa. Sin embargo, esperaba que sus compañeros no hicieran mucho ruido investigando el interior de la carpa—. Cómo ya sabéis el gobierno local ha aprobado las obras y la rehabilitación del astillero, pero por el calor de esta época del año hay algunas cosas que solo pueden hacerse de noche, de ahí los ruidos que hayáis podido escuchar —mintió descaradamente, mostrando una sonrisa cortés a los ciudadanos—. Algunos miembros del cuartel nos turnamos para vigilar, para evitar que jovenzuelos que buscan un lugar donde demostrar su amor o borrachos se cuelen en la obra y se hagan daño. Simplemente eso —añadió—. Así que les ruego que se vayan a sus casas, porque no son horas de estar despierto. Si por mi fuera también estaría en la cama —soltó una pequeña risa.
Esperaba que aquellas explicaciones fueran suficientes, mientras observaba a la gente que se encontraba allí plantada. En el caso de que viera al borracho por allí, simplemente aprovecharía su enorme agilidad para impulsarse hacia él y atraparlo ipso facto. Alegando que era un hombre que llevaban tiempo buscando por escándalo público y acoso.
Le sentaba mal mentir, pero si no quería que cundiera el pánico era lo único que podía hacer.
—No hay nada de lo que preocuparse —comentó en voz alta, pero con un tono calmado y bastante sosegado. Que Takahiro fuera una persona que afrontaba la vida con una filosofía basada en la tranquilidad era algo positivo en situaciones como esa. Sin embargo, esperaba que sus compañeros no hicieran mucho ruido investigando el interior de la carpa—. Cómo ya sabéis el gobierno local ha aprobado las obras y la rehabilitación del astillero, pero por el calor de esta época del año hay algunas cosas que solo pueden hacerse de noche, de ahí los ruidos que hayáis podido escuchar —mintió descaradamente, mostrando una sonrisa cortés a los ciudadanos—. Algunos miembros del cuartel nos turnamos para vigilar, para evitar que jovenzuelos que buscan un lugar donde demostrar su amor o borrachos se cuelen en la obra y se hagan daño. Simplemente eso —añadió—. Así que les ruego que se vayan a sus casas, porque no son horas de estar despierto. Si por mi fuera también estaría en la cama —soltó una pequeña risa.
Esperaba que aquellas explicaciones fueran suficientes, mientras observaba a la gente que se encontraba allí plantada. En el caso de que viera al borracho por allí, simplemente aprovecharía su enorme agilidad para impulsarse hacia él y atraparlo ipso facto. Alegando que era un hombre que llevaban tiempo buscando por escándalo público y acoso.
Le sentaba mal mentir, pero si no quería que cundiera el pánico era lo único que podía hacer.