Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Aventura] [Tier 2] Un Musico, un brócoli y un tesoro
Shiro
Ninguno
Personaje


El viento del mediodía soplaba con gracia entre las calles de Rostock haciendo que el paseo junto al grupo se tornase de lo más agradable, hecho que me consternó un poco si era sincero conmigo mismo. Aún no me hacía a la idea de tener un nuevo grupo con el que viajar y pasar el tiempo. Las secuelas por la traición de Nanako todavía me persiguen cuando menos lo esperaba y eso hace que no termine de disfrutar como debería de la compañía que tengo. Por alguna extraña razón seguía castigándome, sintiendo una retorcida culpa por comenzar a cumplir mis sueños de viajar sin mis difuntos amigos.

- No pienses así - me recriminé mientras sacudía la cabeza en un intento físico de despejar todos los pesares que me afligen. El grupo no se merecía eso. Solo he recibido cosas buenas desde que viajaba con ellos y se merecían que hiciese mi mejor esfuerzo si quería recibir lo mismo.

-...nos vendría bien para que Shiro aprenda nuevos platos riquísimos, ¡Que no son pocos los que sabe ya! - escuché hablar a Lance cortando así el hilo de mis propios pensamientos. - ¿Verdad Shiro?

-Por supuesto, ya tengo una idea nueva para un plato y solo me falta encontrar el condimento adecuado - contesté centrándome en el ahora mientras enterraba mis preocupaciones sobre el pasado. El peliblanco tenía la cualidad para conseguir que me sintiese mejor con su mera presencia y es que a pesar de su imponente aspecto me había demostrado tener un gran corazón, como no tardó en volver a mostrar cuando tras charlar conmigo se centró en animar a Juuken que parecía igual de ensimismado que yo en sus propios pensamientos mientras .

Seguimos caminando por la calle en busca de algún lugar donde pasar el rato, paseando tranquilamente como si ya fuésemos autóctonos del lugar. Por suerte mi nuevo grupo de compañeros tenían mejor sentido de la orientación que yo y no tuvimos ningún percance para dar con nuestro destino. Algo que volvía a ser una novedad en mi día a día.

Nada más cruzar el umbral una mezcla de olores y sonidos se manifestaron de forma abrupta. Aún le sorprendía como una simple puerta de madera fuese como un portal a otro mundo. Fuera del establecimiento no se podía apreciar nada de lo que se sentía dentro. Mientras que en el exterior imperaba la luz del mediodía y la brisa marina recorría sus calles donde imperaba el olor a salitre, en el interior despuntaba el de la vieja madera que sustentaba el local entremezclado con el aroma del alcohol y el humo procedente de las pipas que prendían un par de clientes al son de un cantante de dudosa calidad.

Dado que el lugar no se encontraba muy lleno encontramos un sitio donde sentarnos y mientras el peliblanco iba a pedir algo de beber me acomodé en mi asiento observando un poco más a mi alrededor. Todo me pareció de lo más normal hasta que mi vista topó con un ser de lo más peculiar. No solo su vestimenta la hacía destacar entre las pocas personas del lugar, sino que su piel tenía un tono azulado que nunca había visto antes. Estaba a punto de preguntarle a Lance si sabía si esa criatura era de la raza de los gyojin de la que tanto había oído hablar por los puertos durante mi búsqueda de información sobre Nanako, cuando Juuken se adelantó preguntando él. Por la respuesta vaga de Lance intuí que él tampoco debía de estar seguro de su procedencia, por lo que me giré hacia Terence en busca de otra respuesta que pudiera suscitar mi curiosidad.

Era con el único con el que aún no había tratado en profundidad. Todo en él destilaba un aura de misterio y superioridad, como si sus ojos pudieran captar perfectamente lo que otros ni siquiera lograban atisbar... hecho que conseguía hacerme sentir algo incómodo. No me suscitaba la misma confianza que Lance, le faltaba ese aura de complicidad y sencillez, pero si este había resultado ser un descubrimiento aún más lo era el pelinegro de aspecto refinado que no tardó en responder resolviendo la duda de todos. Tenía algo enigmático que lo hacía mucho más interesante de vigilar que al resto.

Una vez seguro de la procedencia del ser, me dispuse a observarla con mayor atención en busca de algo que me permitiese aprender algo más de ella mientras daba un trago a mi copa... si es que podía llamarse así. - La próxima vez, pido yo - me limité a decir tras mirar un momento a Lance para acto seguido volver mi vista al ser marino.

Había decenas de historias sobre los gyojin, pero nunca había visto uno y tenía curiosidad de averiguar si alguna de las habladurías que había escuchado sobre ellos eran reales. ¿Sería cierto que podían respirar bajo el agua tan bien como lo hacían en tierra firme? ¿Pueden manejar el agua a su antojo como aseguraban los marineros de los muelles? Esa y muchas otras preguntas pasaban por mi cabeza mientras terminaba de sonar la última estrofa de la canción dejando la sala sumida en los murmullos de la escasa clientela a excepción de los aplausos del intrigante ser que llamaron la atención de todos.

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RE: [Tier 2] Un Musico, un brócoli y un tesoro - por Shiro - 16-08-2024, 06:14 AM

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