Kael
El Fantasma del Mar
16-08-2024, 12:10 PM
(Última modificación: 16-08-2024, 12:15 PM por Kael.
Razón: Actualización de energía
)
El ambiente comienza a cambiar a mi alrededor, como si la Ciénaga del Delirio tuviera sus propios latidos. La niebla se espesa nuevamente, y en medio de esta bruma, una figura emerge a lo lejos. Al principio, solo veo contornos y sombras, pero a medida que me acerco, la silueta se define con mayor claridad. Un manchón de pelaje pardo y blanco se dibuja ante mí, destacándose entre los colores vibrantes del entorno. Es un hombre coyote (Zev), y de inmediato, su imponente figura me atrae.
Zev se encuentra inmóvil, pero hay una energía palpable a su alrededor, como si fuera un depredador que intuye la llegada de su presa. Me acerco lentamente, los pasos resbalando sobre el terreno blando. A medida que lo examino, mis ojos se encuentran con los suyos; dos profundos orbes ámbar que destilan tanto astucia como ferocidad, revelando un mundo de historias detrás de ellos.
Su cuerpo, robusto y enérgico, está cubierto de cicatrices que purgan en silencio su pasado. A pesar de la tempestad de colores que vibran a mi alrededor, su presencia es un ancla, una realidad fría en medio de esta locura. La mente me grita que debo tener cuidado, que un guerrero como él no es alguien con quien jugar, pero mi curiosidad puede más que mi cautela.
-Hola -le digo, sintiendo que mi voz resuena de manera extraña en el aire místico-. Soy Kael.
Sin poder contenerme, miro hacia la bolsa que cuelga de su cadera. Mi impulso es inevitable. En ella, hay una canica que me fascina, una esfera, seguramente idéntica a la de mi bolsa, que parece brillar con una luz propia, llena de misterios que anhelo descubrir.
-Necesito esa canica -le digo, acercándome un poco más, hasta estar a dos metros de él. La distancia que me separa es suficiente para sentir la tensión en el aire, un tira y afloja entre el deseo y el miedo.- La voz antes de entrar en el sueño pedía reunirlas, y por lo que veo serás mi primera prueba para conseguirla. Verás, aquí en esta Ciénaga me siento.. como en casa en cierta manera. Este terreno, responde a mis órdenes, como si fuera su dueño, como si fuera parte de mí. Mira.
Me agacho a la tierra lodosa y pongo una mano en ella. De mi mano, en un instante, sale un torrente de barro formando un círculo al rededor mío y alcanzando hasta los 4 metros de radio, envolviendo a Zev, árboles, setas y plantas de al rededor.
-¿Ves? Toda esta zona responde a mis deseos.-digo poniéndome de nuevo de pie- Y eso me hace preguntarme, ¿porqué me enviarían aquí?. Pero a lo mejor tú tienes respuestas del porqué, en este sueño, en esta prueba.
Zev se encuentra inmóvil, pero hay una energía palpable a su alrededor, como si fuera un depredador que intuye la llegada de su presa. Me acerco lentamente, los pasos resbalando sobre el terreno blando. A medida que lo examino, mis ojos se encuentran con los suyos; dos profundos orbes ámbar que destilan tanto astucia como ferocidad, revelando un mundo de historias detrás de ellos.
Su cuerpo, robusto y enérgico, está cubierto de cicatrices que purgan en silencio su pasado. A pesar de la tempestad de colores que vibran a mi alrededor, su presencia es un ancla, una realidad fría en medio de esta locura. La mente me grita que debo tener cuidado, que un guerrero como él no es alguien con quien jugar, pero mi curiosidad puede más que mi cautela.
-Hola -le digo, sintiendo que mi voz resuena de manera extraña en el aire místico-. Soy Kael.
Sin poder contenerme, miro hacia la bolsa que cuelga de su cadera. Mi impulso es inevitable. En ella, hay una canica que me fascina, una esfera, seguramente idéntica a la de mi bolsa, que parece brillar con una luz propia, llena de misterios que anhelo descubrir.
-Necesito esa canica -le digo, acercándome un poco más, hasta estar a dos metros de él. La distancia que me separa es suficiente para sentir la tensión en el aire, un tira y afloja entre el deseo y el miedo.- La voz antes de entrar en el sueño pedía reunirlas, y por lo que veo serás mi primera prueba para conseguirla. Verás, aquí en esta Ciénaga me siento.. como en casa en cierta manera. Este terreno, responde a mis órdenes, como si fuera su dueño, como si fuera parte de mí. Mira.
Me agacho a la tierra lodosa y pongo una mano en ella. De mi mano, en un instante, sale un torrente de barro formando un círculo al rededor mío y alcanzando hasta los 4 metros de radio, envolviendo a Zev, árboles, setas y plantas de al rededor.
-¿Ves? Toda esta zona responde a mis deseos.-digo poniéndome de nuevo de pie- Y eso me hace preguntarme, ¿porqué me enviarían aquí?. Pero a lo mejor tú tienes respuestas del porqué, en este sueño, en esta prueba.