Nagaki
Medusa
17-08-2024, 02:57 PM
Avanzaba con cautela, adentrándome en un paisaje que pululaba de contrastes. El eco de sus pies sobre las piedras frías resonaba sutilmente en el aire, y cada paso que daba lo acercaba un poco más a la incertidumbre que se avecinaba. En mi mente, un torbellino de preguntas revoloteaba como hojas arrastradas por el viento. ¿Qué es lo que realmente había pasado en la Tundra? ¿Este sueño sería una continua persecución de esa tormenta??
El sonido del murmullo del río se tornaba más fuerte a medida que se acercaba. La bruma se disipaba lentamente, lo que me permitía vislumbrar el terreno que se extendía frente a mí. Sin embargo, en un instante, el aire se volvió denso, y un estruendo rompió la calma. Desde detrás de unos árboles, me detuve en seco; mis instintos le indicaron que debía permanecer oculto. Me agaché, tratando de obtener una mejor perspectiva de la escena que se desplegaba ante sus ojos.
A tan solo diez metros, una batalla se libraba entre un... ¿gnomo armado con un caza mariposas y un cangrejo gigante?. -¿Qué demonios está pasando aquí? –penséi, la incredula. ¿Por qué un gnomo y un cangrejo tendrían que pelear?
El gnomo gritaba con una voz aguda y desafiante, mientras el cangrejo, en un movimiento rápido, intentaba atacar con su pinza sobre el pequeño ser. Mientras los dos se peleaban, sopesé mis opciones. ¿Debería intervenir? La idea me inquietaba, y la imagen de la destrucción en la tundra lo hacía dudar. Me preguntaba si su intervención podría cambiar el curso de la batalla o, en cambio, provocar un cataclismo mayor. -Quizás esto no me concierne... Pero eso necesito esas canicas. A lo mejor así evitará la destrucción de este lugar también. -Pensé-
El cangrejo hizo un movimiento brusco, y el gnomo saltó hacia un lado, disparado por la fuerza del ataque. -Es astuto, eso lo puedo dar por seguro –reflexioné, sintiéndose cada vez más cautivado por la escena. El gnomo apenas parecía estar ganando, y la angustia del pequeño ser lo despertó a un sentido de necesidad de ayuda.
-¡Venga, Nagaki! –me reprendí a mí misma–. No puedes permitir que un humano, o lo que sea que sea esto, se enfrente solo a una criatura tan formidable. Pero, al mismo tiempo, el miedo me mantenía inmóvil. Las montañas no solo guardaban secretos; también albergaban peligros inminentes, y el instinto de supervivencia le decía que debía retroceder, esconderse más profundamente entre los árboles.
Aunque el frío del lugar parecía habitual, la calidez de la decisión comenzaba a surgir dentro mí. -¿Y si este gnomo necesita un aliado? ¿O es el cangrejo quien necesita ayuda? - Unirse a alguien que tiene tanto coraje podría ser justo lo que necesito para encontrar mi camino aquí. -¿Pero y si sólo una canica más no era suficiente?-