Galhard
Gal
17-08-2024, 08:23 PM
En las Montañas del Lamento, donde el frío viento aullaba a través de los pasos montañosos y la neblina envolvía la escena como un manto inquietante, Galhard, en su diminuta forma de gnomo, se levantó tambaleante tras recibir el brutal golpe del cangrejo gyojin. El dolor atravesaba su cuerpo, recordándole la ferocidad del oponente al que se enfrentaba. Sin embargo, su mirada, ahora endurecida por la determinación, no vaciló. A pesar del daño, no se dejaría intimidar.
Cada respiración era un esfuerzo, cada movimiento una batalla contra el dolor, pero en su interior, la furia se mezclaba con una calma extraña. Galhard sabía que estaba en desventaja física, pero también sabía que la astucia y la determinación podían ser tan poderosas como cualquier fuerza bruta.
Se enderezó con dificultad, notando el sabor metálico de la sangre en su boca. El cangrejo gyojin, igualmente herido, jadeaba a unos pasos de distancia, su costado perforado por el ataque del gnomo. La herida era profunda, pero no mortal, y ambos lo sabían. Sin embargo, Galhard, con su espíritu indomable, decidió no ceder un centímetro más.
—Sí, dolió —murmuró con voz ronca, cada palabra cargada de un desafío silencioso—pero he sobrevivido a peores cosas.—
Con el cazamariposas aún en mano, Galhard adoptó una postura defensiva, sus ojos fijos en su oponente. Sabía que la clave en este enfrentamiento no sería la fuerza bruta, sino la capacidad de resistir, de adaptarse y de esperar el momento adecuado para golpear.
—No eres el único que sabe pelear sucio—añadió, un ligero rastro de ironía en su voz mientras un hilo de sangre se deslizaba por la comisura de sus labios.
Decidió cambiar su estrategia. Si un enfrentamiento frontal no era la respuesta, entonces lo sería la táctica y la paciencia. Aprovechando el terreno irregular de las montañas y las sombras que lo rodeaban, comenzó a moverse en un patrón impredecible, manteniéndose a una distancia prudente pero siempre al acecho, buscando una apertura, un error en la defensa del gyojin.
Cada paso era un recordatorio del daño que ambos habían sufrido, pero también una afirmación de su resolución. Galhard no estaba dispuesto a rendirse, no importaba cuán dolorosa o difícil se volviera la lucha. La canica seguía siendo su objetivo, y cada segundo que pasaba acercaba la confrontación a su desenlace.
Mientras observaba al gyojin con ojos calculadores, Galhard sabía que este juego mortal aún no había terminado. Todavía quedaban movimientos por hacer, y él, a pesar de todo, no estaba dispuesto a perder.
El viento ululaba a su alrededor, llevando consigo los ecos de los lamentos de las montañas, como un recordatorio constante de la gravedad de su situación. Pero en medio de ese caos, Galhard se mantuvo firme, sabiendo que la verdadera batalla no solo se libraba en el campo físico, sino también en la mente y en la voluntad.
—Esto aún no ha terminado —murmuró para sí mismo, preparándose para lo que vendría a continuación, volviendo a chocar golpes preparando para colisionar esta vez con una de las tenazas del rival
Cada respiración era un esfuerzo, cada movimiento una batalla contra el dolor, pero en su interior, la furia se mezclaba con una calma extraña. Galhard sabía que estaba en desventaja física, pero también sabía que la astucia y la determinación podían ser tan poderosas como cualquier fuerza bruta.
Se enderezó con dificultad, notando el sabor metálico de la sangre en su boca. El cangrejo gyojin, igualmente herido, jadeaba a unos pasos de distancia, su costado perforado por el ataque del gnomo. La herida era profunda, pero no mortal, y ambos lo sabían. Sin embargo, Galhard, con su espíritu indomable, decidió no ceder un centímetro más.
—Sí, dolió —murmuró con voz ronca, cada palabra cargada de un desafío silencioso—pero he sobrevivido a peores cosas.—
Con el cazamariposas aún en mano, Galhard adoptó una postura defensiva, sus ojos fijos en su oponente. Sabía que la clave en este enfrentamiento no sería la fuerza bruta, sino la capacidad de resistir, de adaptarse y de esperar el momento adecuado para golpear.
—No eres el único que sabe pelear sucio—añadió, un ligero rastro de ironía en su voz mientras un hilo de sangre se deslizaba por la comisura de sus labios.
Decidió cambiar su estrategia. Si un enfrentamiento frontal no era la respuesta, entonces lo sería la táctica y la paciencia. Aprovechando el terreno irregular de las montañas y las sombras que lo rodeaban, comenzó a moverse en un patrón impredecible, manteniéndose a una distancia prudente pero siempre al acecho, buscando una apertura, un error en la defensa del gyojin.
Cada paso era un recordatorio del daño que ambos habían sufrido, pero también una afirmación de su resolución. Galhard no estaba dispuesto a rendirse, no importaba cuán dolorosa o difícil se volviera la lucha. La canica seguía siendo su objetivo, y cada segundo que pasaba acercaba la confrontación a su desenlace.
Mientras observaba al gyojin con ojos calculadores, Galhard sabía que este juego mortal aún no había terminado. Todavía quedaban movimientos por hacer, y él, a pesar de todo, no estaba dispuesto a perder.
El viento ululaba a su alrededor, llevando consigo los ecos de los lamentos de las montañas, como un recordatorio constante de la gravedad de su situación. Pero en medio de ese caos, Galhard se mantuvo firme, sabiendo que la verdadera batalla no solo se libraba en el campo físico, sino también en la mente y en la voluntad.
—Esto aún no ha terminado —murmuró para sí mismo, preparándose para lo que vendría a continuación, volviendo a chocar golpes preparando para colisionar esta vez con una de las tenazas del rival
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
No Aprendida
33
1
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]