Shiro
Ninguno
18-08-2024, 10:40 PM
El plan había funcionado y mi táctica del “hongo volador”, como sería recordada desde este momento, surtió el efecto más o menos deseado. Si bien el lobo demostró unos reflejos encomiables dando un poderoso salto intentando esquivar la seta, no fue lo suficientemente rápido para evitar el golpe y salió despedido por los aires perdiéndose entre la bruma mientras yo aterrizaba.
La inmutable niebla hacía complicado saber donde habría caído con exactitud la bestia parlante. Esta podría haber chocado contra cualquiera de las setas que había en esa dirección y terminar rebotando hacia a saber donde. Eso complicaba algo las cosas, ya que temía echar a correr en aquella dirección y terminar perdiéndose, al igual que le angustiaba quedarse quieto a la espera de que la bestia volviese. La visión era prácticamente nula y aún podía sentir dentro de su pecho el retumbar de la tormenta.
-¡Joder! - mascullé en voz baja mientras corría en la dirección contraria a la bestia. No podía enfrentarlo habiendo gastado tantas fuerzas en mi paseo aéreo, por lo que si tenía que perderse mejor hacerlo en la dirección contraria en la que había salido volando el lobo.
Mientras avanzaba el paraje apenas variaba. Todo era niebla y hongos, hongos y niebla… y así sucesivamente hasta que alcancé una zona menos poblada de aquella peculiar región, por lo que cuando llevaba unos treinta metros corriendo me escabullí entre un grupo de setas que crecían en ramificación alejadas del resto. No tenía mejor cobertura posible que esa a mano y temía que si se subía a las propias setas saliese rebotando como la bestia lupina y por lo menos desde ahí no había más hongos que entorpecieran su visión.
-Concéntrate - pensé mientras controlaba la respiración. Necesitaba controlar el martilleo de mi pecho y centrar todos mis sentidos a percibir si la bestia me perseguiría. Mi vista se centró en cada ondulación que se formaba en la bruma mientras el oído se centraba en intentar captar cualquier ruido que delatase al lobo o a cualquier otro ser. Con un poco de suerte terminaba perdido igual que yo y así tenía el tiempo necesario para recuperar la fuerza que había perdido utilizando sus poderes. Era una pena no haberse encontrado en igualdad de condiciones, ya que entonces no hubiese dudado en pelear con uñas y dientes hasta conseguir la canica que seguro que poseía… pero mis prioridades eran claras. Valoro demasiado la vida para perderla en una batalla desigual.
La inmutable niebla hacía complicado saber donde habría caído con exactitud la bestia parlante. Esta podría haber chocado contra cualquiera de las setas que había en esa dirección y terminar rebotando hacia a saber donde. Eso complicaba algo las cosas, ya que temía echar a correr en aquella dirección y terminar perdiéndose, al igual que le angustiaba quedarse quieto a la espera de que la bestia volviese. La visión era prácticamente nula y aún podía sentir dentro de su pecho el retumbar de la tormenta.
-¡Joder! - mascullé en voz baja mientras corría en la dirección contraria a la bestia. No podía enfrentarlo habiendo gastado tantas fuerzas en mi paseo aéreo, por lo que si tenía que perderse mejor hacerlo en la dirección contraria en la que había salido volando el lobo.
Mientras avanzaba el paraje apenas variaba. Todo era niebla y hongos, hongos y niebla… y así sucesivamente hasta que alcancé una zona menos poblada de aquella peculiar región, por lo que cuando llevaba unos treinta metros corriendo me escabullí entre un grupo de setas que crecían en ramificación alejadas del resto. No tenía mejor cobertura posible que esa a mano y temía que si se subía a las propias setas saliese rebotando como la bestia lupina y por lo menos desde ahí no había más hongos que entorpecieran su visión.
-Concéntrate - pensé mientras controlaba la respiración. Necesitaba controlar el martilleo de mi pecho y centrar todos mis sentidos a percibir si la bestia me perseguiría. Mi vista se centró en cada ondulación que se formaba en la bruma mientras el oído se centraba en intentar captar cualquier ruido que delatase al lobo o a cualquier otro ser. Con un poco de suerte terminaba perdido igual que yo y así tenía el tiempo necesario para recuperar la fuerza que había perdido utilizando sus poderes. Era una pena no haberse encontrado en igualdad de condiciones, ya que entonces no hubiese dudado en pelear con uñas y dientes hasta conseguir la canica que seguro que poseía… pero mis prioridades eran claras. Valoro demasiado la vida para perderla en una batalla desigual.