Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
19-08-2024, 05:04 PM
Fuera se estaba montando un caos de primera categoría. El viento rugía como nunca hasta ahora, gente gritaba y corría y nuevas voces se sumaban al cuarteto inicial, incluyendo a alguien que parecía celebrar seguir vivo. ¿Y qué hay de mí? Yo seguía atascado atravesando el casco del barco como una especie de flecha gigante, salvo que las flechas no tenían piernas ni se revolvían tratando de desclavarse. Entre que el espacio entre el techo y la cubierta inferior era demasiado estrecho para mi tamaño actual y que mi ropa se había enganchado en la madera rota, no encontraba una manera de escaquearme fácil. No quedaba más remedio: tendría que desactivar mi poder. Empecé a decrecer hasta volver a mi tamaño original... y entonces me encontré con un segundo problema. ¿Qué ocurre cuando decreces cuatro metros de golpe mientras tu ropa está enganchada en un agujero en el lateral de un barco? Para cuando me di cuenta, estaba colgando boca abajo de mi gabardina por el exterior del barco.
- Hm, esta es una situación curiosa - comenté, cruzándome de brazos. Soplé para quitarme varios largos cabellos de la cara (ahora recordaba por qué ya no llevaba melena) y examiné al resto. Entre gente gritando, un extraño panda corroyendo la madera del barco y la morena dando un sermón a todo el mundo, aquella escena era digna de una comedia. Ahora que me fijaba, la extraña no era humana. Tenía una aleta dorsal y dientes afilados. ¿Alguna especie de medio-gyojin o algo así? No estaba muy versado en las especies y tribus extrañas de los mares más allá de mi tierra natal. En cualquier caso, lo que decía la morena sonaba sensato y me hizo replantearme la situación. ¿Qué hago aquí, me pregunto de nuevo? ¿Cómo he llegado a parar a este lugar? - Creo que ella tiene razón - comenté, señalándola y alzando la voz para hacerme oír por encima del viento - Paraos a darle vueltas. ¿Alguno recuerda por qué hemos venido a parar a este lugar? ¿O qué motivo teníamos para venir?
Con un sonoro desgarrón, mi gabardina se rompió y caí de nuevo al suelo. Me las apañé para evitar llevarme un golpe en la cabeza interponiendo los brazos y encogiendo mi cuerpo, aunque lo pagué con unas bonitas magulladuras nuevas y estropeando las mangas de mi ropa. Me incorporé sacudiéndome el polvo y continué hablando como si nada hubiera ocurrido - Hay muchas explicaciones posibles para esta situación, pero me inclino a pensar como esta chica. Alguien está jugando con nosotros. Personalmente, no me siento cómodo con la idea de ser manipulado y preferiría encontrar al responsable y darle una lección - hice una pausa y me encogí de hombros - Siempre podemos seguir partiéndonos la madre, pero me parece poco sensato. ¿Qué opinas tú, belicosa bandida rubia? - pregunté, mirando a la chica de las metralletas. Parecía la más agresiva del grupo, así que probablemente el que siguieran peleando o no dependería de ella.
- Hm, esta es una situación curiosa - comenté, cruzándome de brazos. Soplé para quitarme varios largos cabellos de la cara (ahora recordaba por qué ya no llevaba melena) y examiné al resto. Entre gente gritando, un extraño panda corroyendo la madera del barco y la morena dando un sermón a todo el mundo, aquella escena era digna de una comedia. Ahora que me fijaba, la extraña no era humana. Tenía una aleta dorsal y dientes afilados. ¿Alguna especie de medio-gyojin o algo así? No estaba muy versado en las especies y tribus extrañas de los mares más allá de mi tierra natal. En cualquier caso, lo que decía la morena sonaba sensato y me hizo replantearme la situación. ¿Qué hago aquí, me pregunto de nuevo? ¿Cómo he llegado a parar a este lugar? - Creo que ella tiene razón - comenté, señalándola y alzando la voz para hacerme oír por encima del viento - Paraos a darle vueltas. ¿Alguno recuerda por qué hemos venido a parar a este lugar? ¿O qué motivo teníamos para venir?
Con un sonoro desgarrón, mi gabardina se rompió y caí de nuevo al suelo. Me las apañé para evitar llevarme un golpe en la cabeza interponiendo los brazos y encogiendo mi cuerpo, aunque lo pagué con unas bonitas magulladuras nuevas y estropeando las mangas de mi ropa. Me incorporé sacudiéndome el polvo y continué hablando como si nada hubiera ocurrido - Hay muchas explicaciones posibles para esta situación, pero me inclino a pensar como esta chica. Alguien está jugando con nosotros. Personalmente, no me siento cómodo con la idea de ser manipulado y preferiría encontrar al responsable y darle una lección - hice una pausa y me encogí de hombros - Siempre podemos seguir partiéndonos la madre, pero me parece poco sensato. ¿Qué opinas tú, belicosa bandida rubia? - pregunté, mirando a la chica de las metralletas. Parecía la más agresiva del grupo, así que probablemente el que siguieran peleando o no dependería de ella.