¿Sabías que…?
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[Común] [C-Pasado] Entre penas y Canciones... se fueron consumiendo las botellas
Ubben Sangrenegra
Vali D. Rolson
El bribón de ojos dorados y cabellos blancos había llegado a LogueTown hacía apenas un par de días. La presencia de la Marina en esta ciudad era notablemente más fuerte que en otras islas menos concurridas y de menor peso histórico en el mundo de la piratería. Buscaban capturar a Ubben por crímenes que no cometió. Las acusaciones, cargadas de ambigüedad y falta de pruebas, jamás se aclararían debido a la opacidad y corrupción en la estructura que intentó desmantelar el padre del peliblanco, Roblen Sangrenegra. La Marina, en un acto de represalia, no solo puso precio a la cabeza de Roblen sino que también hizo lo propio con la de su hijo Ubben, pintando a Roblen como el verdadero criminal que, junto a su hijo, pretendía establecer una red de actividades ilícitas dentro de la propia Marina.

Esta vez, Ubben decidió no alojarse en un hostal, como era su costumbre, sino que se acercó a un bar discreto, del cual había obtenido el nombre de su propietario a través de los bajos fondos. El dueño del bar, conocido por su dudosa moralidad y reputación, era el tipo de persona con la que el peliblanco prefería tratar. Ubben, con una sonrisa astuta y una mirada cargada de promesas tentadoras, se dirigió al propietario. -Trabajo para un capo, y hace un tiempo observó tu negocio con buenos ojos... Si tú me ayudas a pasar desapercibido, yo te ayudaré hablando bien de ti, de tu bar y de tus servicios. Pagaré 500.000 berrys, por adelantado.- El bribón sabía bien que en esta situación era un tentador en busca de un acuerdo. Si el propietario aceptaba, se vería involucrado en el mundo oscuro de un capo, una red de la que sería prácticamente imposible escapar sin traicionar a alguien, y aún así, la protección de la Marina podría no ser suficiente.

El dueño del bar pidió tiempo para considerar la oferta mientras continuaba atendiendo a los últimos clientes y echaba a los borrachos de la noche. -No quería que estos secretos se expandieran tan rápido... pero si lo que ofreces es verdad, me vendría bien contar con la vigilancia de un pez gordo,- comentó el hombre, mostrando una actitud curtida y firme. Ubben, consciente de que su frase era una forma velada de presionar, respondió con una sonrisa. -La decisión es suya, buen señor.- El dueño, con una sonrisa confiada, aceptó el trato. -Está bien, acepto. Es una buena suma. La Marina no suele venir por aquí, y si llegan, simplemente métete en la cocina de forma disimulada; yo me encargaré de lo demás.-

Una vez que el último cliente se fue, el dueño del bar le mostró a Ubben un segundo piso accesible desde la cocina. Allí, había tres habitaciones medianas y una cuarta más pequeña, que incluían dos dormitorios, un comedor y un baño modesto. Ubben dejó sus pertenencias y se fue a dormir. Al día siguiente, salió en busca de rumores, oportunidades y subastas en el bajo mundo, aunque sus esfuerzos no dieron frutos significativos. Durante la tarde, cuando la noche comenzaba a caer, un hombre enmascarado y sin camisa entró en el bar, compitiendo en una bebida. El hombre, con una apariencia excéntrica de luchador, preguntó por el baño. Ubben, ayudando al dueño del bar, respondió -Al lado de la barra hay una puerta; ese es el baño. Déjalo limpio, o te haré limpiarlo.-

Viendo una oportunidad para ganar algo de dinero, Ubben decidió organizar una competencia de bebida. -¡Segunda ronda!- gritó sin vacilar. -¿Hay algún valiente dispuesto a desafiar al ganador de la ronda anterior?- Varios hombres lo miraron y un par se acercaron. -La entrada es de 20.000 berries; el ganador se lleva el 80% del pozo y no paga sus jarras, mientras que los demás deben pagar sus jarras y el dinero restante será para la casa por las gestiones del concurso... y sí, me refiero a limpiar el vómito de los perdedores,- explicó el bribón de ojos dorados, causando risas entre algunos y una pronta aceptación de la cuota. Cuando regresó el ganador de la ronda anterior, Ubben vociferó nuevamente -¡Llega el ganador de la ronda anterior! Damas y caballeros, ¡prepárense para comenzar!- mientras colocaba jarras frente a los competidores.

-Las reglas son simples: deben beber una jarra tras otra hasta que ya no puedan más. Si vomitan, se desmayan, lloran, suplican no beber más o simplemente no pueden continuar bebiendo... están fuera,- explicó, mientras el dueño del bar observaba intrigado por el descaro de Ubben al organizar un torneo de bebida sin siquiera pedir permiso.
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RE: [C-Pasado] Entre penas y Canciones... se fueron consumiendo las botellas - por Ubben Sangrenegra - 20-08-2024, 01:07 AM

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