Kael
El Fantasma del Mar
20-08-2024, 11:36 AM
(Última modificación: 20-08-2024, 12:43 PM por Kael.
Razón: Editado para revisar error
)
El aire se vuelve más pesado con cada movimiento que realiza Atlas, y a pesar de su aparente despreocupación, no puedo evitar sentir que cada segundo cuenta. Mi mente trata de procesar sus palabras, pero la confusión que se insinúa entre sus frases me desconcierta. A pesar de su actitud provocativa, no me dejo llevar por sus juegos verbalmente rebuscados.
-¿Patata? - repito para mí mismo, incapaz de entender si eso es una respuesta o solo un intento de desviar la tensión del momento. Su cuerpo se mueve ágilmente, recortándose contra la niebla espesa que nos rodea, y aunque parece que intenta descontrolar la situación, yo no voy a dejar que eso suceda. Su desprecio apenas me roza; estoy aquí por su chapa, por mi supervivencia, y no voy a retroceder.
Observando cómo utiliza su naginata, me doy cuenta de que no teme arriesgarse. Me lanza un ataque que no apunta a herir, pero que claramente es una provocación. Algo dentro de mí chisporrotea. Él sabe que está jugando un juego peligroso. Con ese falso ataque en otro momento le habría respondido, le habría atacado. No era ese hombre.
-Oh, así que tus palabras eran solo el inicio del espectáculo - respondo, esbozando una sonrisa que es más una mueca de desafío. - Y al mismo tiempo huyes con el rabo entre las piernas. Perro ladrador, supongo.
Sigo sus movimientos desde el suelo, con el lodo al rededor de mis pies pero sin estar fundido con ellos, como si el lodo decidiera seguirme pero sin ser parte de mí., Cada salto y cada acrobacia que revela la habilidad con la naginata, y aunque reconozco su destreza, no me amedrenta. Esa bruma que lo envuelve y lo hace saltar parece una extensión de su propia voluntad, una máscara que oculta sus verdaderos sentimientos. Pero, a fondo, me doy cuenta de que su juego busca algo más que una simple victoria. Puede que esté midiendo no solo mi fuerza, sino también mi ingenio.
-¿Crees que escapar te llevará a la victoria? - mi voz se eleva en la niebla, cada palabra un peso que cae en un silencio expectante-. Subir a esos hongos solo te aleja de la verdad. No se trata de donde te posiciones, sino de cómo enfrentas el desafío. Si crees que eludir la confrontación te hará ganar, quizás estés más perdido de lo que pensaba.
Siento la necesidad de actuar, motivado por la urgencia de conseguir su chapa. Abro mis mano, empujando la niebla con un movimiento que desata una nube de polvo brillante ante nosotros. Mientras su figura se mueve entre los hongos, pienso en que, tal vez, jugar a ser un guerrero no sea suficiente.
-Tienes que entender, Atlas, que este lugar es un laberinto para los poderosos y los inexpertos. Y aquí, en esta niebla, donde la confusión es la regla y no la excepción, todos estamos en la misma carne de cañón. No te engañes buscando rutas por arriba, cuando todo lo que necesitas está justo aquí. - Clavo mis ojos en él, tratando de leer su mente detrás de ese rostro impasible -. ¿Acaso no ves? Aquí, las decisiones llevan un peso que no entiendes. Este lugar, confunde tu visión y tu lógica para ayudarte a ser un hombre mejor, un hombre superior.
Mi mano se aferra a la empuñadura de mi espada, lista para el momento en que necesite hacerla bailar frente a él.
-Así que bailemos. Si realmente crees que este día te pertenece, entonces expón tu valía. Si no, no perderé el tiempo contigo, no sé cuanto quedará de este sueño pero pienso aprovechar cada segundo de él.
Esto es para revisar la errata:
-¿Patata? - repito para mí mismo, incapaz de entender si eso es una respuesta o solo un intento de desviar la tensión del momento. Su cuerpo se mueve ágilmente, recortándose contra la niebla espesa que nos rodea, y aunque parece que intenta descontrolar la situación, yo no voy a dejar que eso suceda. Su desprecio apenas me roza; estoy aquí por su chapa, por mi supervivencia, y no voy a retroceder.
Observando cómo utiliza su naginata, me doy cuenta de que no teme arriesgarse. Me lanza un ataque que no apunta a herir, pero que claramente es una provocación. Algo dentro de mí chisporrotea. Él sabe que está jugando un juego peligroso. Con ese falso ataque en otro momento le habría respondido, le habría atacado. No era ese hombre.
-Oh, así que tus palabras eran solo el inicio del espectáculo - respondo, esbozando una sonrisa que es más una mueca de desafío. - Y al mismo tiempo huyes con el rabo entre las piernas. Perro ladrador, supongo.
Sigo sus movimientos desde el suelo, con el lodo al rededor de mis pies pero sin estar fundido con ellos, como si el lodo decidiera seguirme pero sin ser parte de mí., Cada salto y cada acrobacia que revela la habilidad con la naginata, y aunque reconozco su destreza, no me amedrenta. Esa bruma que lo envuelve y lo hace saltar parece una extensión de su propia voluntad, una máscara que oculta sus verdaderos sentimientos. Pero, a fondo, me doy cuenta de que su juego busca algo más que una simple victoria. Puede que esté midiendo no solo mi fuerza, sino también mi ingenio.
-¿Crees que escapar te llevará a la victoria? - mi voz se eleva en la niebla, cada palabra un peso que cae en un silencio expectante-. Subir a esos hongos solo te aleja de la verdad. No se trata de donde te posiciones, sino de cómo enfrentas el desafío. Si crees que eludir la confrontación te hará ganar, quizás estés más perdido de lo que pensaba.
Siento la necesidad de actuar, motivado por la urgencia de conseguir su chapa. Abro mis mano, empujando la niebla con un movimiento que desata una nube de polvo brillante ante nosotros. Mientras su figura se mueve entre los hongos, pienso en que, tal vez, jugar a ser un guerrero no sea suficiente.
-Tienes que entender, Atlas, que este lugar es un laberinto para los poderosos y los inexpertos. Y aquí, en esta niebla, donde la confusión es la regla y no la excepción, todos estamos en la misma carne de cañón. No te engañes buscando rutas por arriba, cuando todo lo que necesitas está justo aquí. - Clavo mis ojos en él, tratando de leer su mente detrás de ese rostro impasible -. ¿Acaso no ves? Aquí, las decisiones llevan un peso que no entiendes. Este lugar, confunde tu visión y tu lógica para ayudarte a ser un hombre mejor, un hombre superior.
Mi mano se aferra a la empuñadura de mi espada, lista para el momento en que necesite hacerla bailar frente a él.
-Así que bailemos. Si realmente crees que este día te pertenece, entonces expón tu valía. Si no, no perderé el tiempo contigo, no sé cuanto quedará de este sueño pero pienso aprovechar cada segundo de él.
Esto es para revisar la errata: