Shiro
Ninguno
21-08-2024, 08:41 AM
No hubo más que ver la reacción del artista con la gyojin para saber que no tenía que estar muy acostumbrado a los halagos a pesar de la aparente molestia que mostró por la falta de atención del público.
-¿Tendrá un montón de flores ahí guardadas?- pensé al observar el cortejo del artista hacia la joven peliazul. No sabía si aquellos habitantes del mar podían aparentar una edad joven y luego ser más mayores que el típico grupo de ancianas que se sienta a la fresca por las noches a la puerta de sus casas, pero si no era así, el cantante demostró tener un gusto cuanto menos cuestionable. La joven no aparentaba ser mayor que Juuken y tampoco es que tuviese una figura esbelta que la hiciera verse mayor a una niña. - Vaya un enfermo - pensé mientras lo observaba mendigar bebidas por canciones antes de encaminarse en dirección a la joven.
Antes de que el artista pudiera cumplir su misión de rapiñero un joven lo alcanzó, el cual tras un breve encuentro se marcharon juntos. La pinta del joven se me antojó más que familiar, no porque lo conociese, sino porque había visto a muchos otros como él del lugar del que provengo. Quizás el artista debiese dinero u algo por el estilo, aunque poco más pude pensar sobre el tema por el momento, puesto que la chica parecía haber captado nuestras miradas y se acercó a nuestra mesa con paso decidido mientras una pareja de lo más peculiar subía al escenario.
Se presentó como Nagaki y preguntó si sabíamos cómo se solicitaba cantar en el escenario. Como no tenía ni idea me callé y simplemente aproveché el momento en el que siguió hablando de la pareja que cantaba para observar más de cerca a la joven. - ¿Tendrá las agallas bajo el pelo? - me pregunté antes de centrar mi atención en la nueva pareja de cantantes que había mencionado.
No tardé en darme cuenta del motivo de la consternación de la tal Nagaki. Aún recordaba la primera vez que me había topado con un okama y no me extrañaba que si era su primera vez también le llamasen la atención. En cierto modo aquella actitud le recordaba un poco la ingenuidad con la Juuken trataba las cosas. Hecho que solo hacía que mi imagen sobre ella como una adolescente acrecentaba.
Mientras la chica preguntaba por la Princesa Alberta que los los nuevos cantantes habían mencionado estos comenzaron a cantar… si es que se podía llamar así. Si bien tenían una percusión mucho mejor que el anterior, la voz atronadora del okama estropeaba la música causando estragos entre el público. Por un momento casi hacen bueno al anterior artista.
Mientras Juuken comenzó a hablar mi vista volvió hacia la pareja anterior. Tenía curiosidad por saber que se tenían entre mano aquellos dos. Su actitud había sido de lo más sospechosa y su intuición le decía que ahí se cocía algo. El problema era el entorno, ya que no hacía fácil poder escucharlos. La estridente canción hacía imposible oír nada desde donde estaba.
- Encantado Nagaki, yo soy Shiro - me presenté a la joven mientras me levantaba de mi asiento a la par que lucía una pequeña sonrisa. - Si mal no recuerdo la Princesa Alberta es una de los Shichibukai. Mientras que sobre el tema de la moda del lugar… seguro que puede ayudarte nuestro amigo - dije mientras señalaba con la cabeza a Terence. - Sabe más de taxonomía - continué mientras le hacía un ademán hacia la silla que acababa de dejar libre.
Fue un modo de parecer educado con la recién llegada, aunque la realidad es que solo quería una excusa para levantarme sin tener sospechas. - Voy a buscar una silla de sobra- y sin más preámbulos me encaminé hacia la mesa donde se encontraban la pareja charlando.
El okama seguía con su atronadora voz gritando su canción por todo el local mientras la gente no sabía cómo reaccionar cuando se le acercaba. Se notaba la perplejidad en sus caras… y la verdad es que no era para menos. Por suerte en el momento en el que me levanté se encontraba en la otra punta del local, por lo que no era mal momento para intentar oír algo de la conversación de la pareja mientras me acercaba a ellos con paso tranquilo. Intenté pasar desapercibido haciendo como que miraba otras mesas mientras focalizaba mi oído en su conversación. Tampoco podía remolonear mucho alrededor sin llamar demasiado la atención, por lo que tras escuchar lo que pudiese terminaría de arrimarme del todo a la pareja.
- Perdonad mi intromisión - dije cambiando mi tono normal a uno más agradable. - ¿Os sobra alguna de esas sillas vacías? - pregunté mientras señalaba los asientos vacíos a su lado. - Hombre, pero si es el cantante de antes - proseguí haciéndome el asombrado sin darles tiempo a responder a mi anterior pregunta. - A nuestra amiga le ha gustado mucho tu actuación y le encantaría que tomases algo con nosotros - invité como si nada al músico.
Mi idea inicial era intentar escuchar algo, pero si conseguía sacar al tipo de aquella situación podía intentar sonsacarle información a modo de agradecimiento por haberlo sacado de ahí; mientras que si la denegaba volvería con mis compañeros con lo poco que hubiese escuchado y con la silla vacía si me dejaban llevármela. Sino buscaría otra libre y me marcharía de nuevo con ella junto al grupo evitando cruzarme con el okama por el camino.
-¿Tendrá un montón de flores ahí guardadas?- pensé al observar el cortejo del artista hacia la joven peliazul. No sabía si aquellos habitantes del mar podían aparentar una edad joven y luego ser más mayores que el típico grupo de ancianas que se sienta a la fresca por las noches a la puerta de sus casas, pero si no era así, el cantante demostró tener un gusto cuanto menos cuestionable. La joven no aparentaba ser mayor que Juuken y tampoco es que tuviese una figura esbelta que la hiciera verse mayor a una niña. - Vaya un enfermo - pensé mientras lo observaba mendigar bebidas por canciones antes de encaminarse en dirección a la joven.
Antes de que el artista pudiera cumplir su misión de rapiñero un joven lo alcanzó, el cual tras un breve encuentro se marcharon juntos. La pinta del joven se me antojó más que familiar, no porque lo conociese, sino porque había visto a muchos otros como él del lugar del que provengo. Quizás el artista debiese dinero u algo por el estilo, aunque poco más pude pensar sobre el tema por el momento, puesto que la chica parecía haber captado nuestras miradas y se acercó a nuestra mesa con paso decidido mientras una pareja de lo más peculiar subía al escenario.
Se presentó como Nagaki y preguntó si sabíamos cómo se solicitaba cantar en el escenario. Como no tenía ni idea me callé y simplemente aproveché el momento en el que siguió hablando de la pareja que cantaba para observar más de cerca a la joven. - ¿Tendrá las agallas bajo el pelo? - me pregunté antes de centrar mi atención en la nueva pareja de cantantes que había mencionado.
No tardé en darme cuenta del motivo de la consternación de la tal Nagaki. Aún recordaba la primera vez que me había topado con un okama y no me extrañaba que si era su primera vez también le llamasen la atención. En cierto modo aquella actitud le recordaba un poco la ingenuidad con la Juuken trataba las cosas. Hecho que solo hacía que mi imagen sobre ella como una adolescente acrecentaba.
Mientras la chica preguntaba por la Princesa Alberta que los los nuevos cantantes habían mencionado estos comenzaron a cantar… si es que se podía llamar así. Si bien tenían una percusión mucho mejor que el anterior, la voz atronadora del okama estropeaba la música causando estragos entre el público. Por un momento casi hacen bueno al anterior artista.
Mientras Juuken comenzó a hablar mi vista volvió hacia la pareja anterior. Tenía curiosidad por saber que se tenían entre mano aquellos dos. Su actitud había sido de lo más sospechosa y su intuición le decía que ahí se cocía algo. El problema era el entorno, ya que no hacía fácil poder escucharlos. La estridente canción hacía imposible oír nada desde donde estaba.
- Encantado Nagaki, yo soy Shiro - me presenté a la joven mientras me levantaba de mi asiento a la par que lucía una pequeña sonrisa. - Si mal no recuerdo la Princesa Alberta es una de los Shichibukai. Mientras que sobre el tema de la moda del lugar… seguro que puede ayudarte nuestro amigo - dije mientras señalaba con la cabeza a Terence. - Sabe más de taxonomía - continué mientras le hacía un ademán hacia la silla que acababa de dejar libre.
Fue un modo de parecer educado con la recién llegada, aunque la realidad es que solo quería una excusa para levantarme sin tener sospechas. - Voy a buscar una silla de sobra- y sin más preámbulos me encaminé hacia la mesa donde se encontraban la pareja charlando.
El okama seguía con su atronadora voz gritando su canción por todo el local mientras la gente no sabía cómo reaccionar cuando se le acercaba. Se notaba la perplejidad en sus caras… y la verdad es que no era para menos. Por suerte en el momento en el que me levanté se encontraba en la otra punta del local, por lo que no era mal momento para intentar oír algo de la conversación de la pareja mientras me acercaba a ellos con paso tranquilo. Intenté pasar desapercibido haciendo como que miraba otras mesas mientras focalizaba mi oído en su conversación. Tampoco podía remolonear mucho alrededor sin llamar demasiado la atención, por lo que tras escuchar lo que pudiese terminaría de arrimarme del todo a la pareja.
- Perdonad mi intromisión - dije cambiando mi tono normal a uno más agradable. - ¿Os sobra alguna de esas sillas vacías? - pregunté mientras señalaba los asientos vacíos a su lado. - Hombre, pero si es el cantante de antes - proseguí haciéndome el asombrado sin darles tiempo a responder a mi anterior pregunta. - A nuestra amiga le ha gustado mucho tu actuación y le encantaría que tomases algo con nosotros - invité como si nada al músico.
Mi idea inicial era intentar escuchar algo, pero si conseguía sacar al tipo de aquella situación podía intentar sonsacarle información a modo de agradecimiento por haberlo sacado de ahí; mientras que si la denegaba volvería con mis compañeros con lo poco que hubiese escuchado y con la silla vacía si me dejaban llevármela. Sino buscaría otra libre y me marcharía de nuevo con ella junto al grupo evitando cruzarme con el okama por el camino.