Atlas
Nowhere | Fénix
22-08-2024, 01:45 AM
—¿Y no tendría más sentido que en medio de un bosque de setas apareciese una seta aún más grande? —me pregunté en voz baja, no pudiendo reprimir una sonrisa pícara ante mi estúpido comentario, lanzado por mí y para mí.
En cualquier caso, poco a poco iba recortando distancias con mi objetivo. Conforme me había ido acercando había podido comprobar cómo los animales que previamente se encontraban en la zona, asustados, habían huido despavoridos. La primera vez que había escuchado el ruido de los mismos al alejarse a toda velocidad me había alarmado, quedándome quieto y en guardia en espera de que algún potencial enemigo pudiese aparecer. No obstante, al comprobar que los ruidos sólo procedían de bestias acobardadas, no había tardado en dejar de prestarles atención y simplemente me hacía a un lado para que pudiesen correr hacia un lugar seguro.
¿Pero había un lugar seguro? A decir verdad, lo dudaba profundamente. Aquel misterioso entorno parecía comportarse como la granja de hormigas de algún niño especialmente aburrido, seguramente con una imaginación abrumadora y tiempo más que de sobra para poner en práctica sus ideas. El hecho de ser una hormiguita no me molestaba demasiado, pero que me mareasen de esa forma —además, peligrosa— ya resultaba algo más desagradable.
En cualquier caso, no fui del todo consciente de las dimensiones del vegetal hasta que estuve a escasos metros de él. Era mucho más grande que cualquiera que hubiese visto antes. ¿Cómo demonios había podido crecer semejante espécimen de la nada, en un abrir y cerrar de ojos?
Me aproximé al agua acumulada y leí el cartel que alguien había puesto allí a saber cuándo. ¿Norfeo el Magno? ¿Era él el niño caprichoso responsable de todo lo que estaba aconteciendo en la ciénaga? No estaría mal tenerlo delante para poder decirle un par de cosas, como que enviar a un tipo desconocido a lanzarme acertijos en cadena no era algo divertido, pero dudaba mucho que le pudiese ver así como así.
Fuera como fuese, allí se mencionaba algo sobre una ofrenda, y si sabía que había algo que había conservado su relevancia en todo momento era la canica que llevaba en mi bolsita. No lo dudé, me aproximé al agua y la lancé al interior. ¿Una plegaria? No sabía muy bien cómo se hacía eso, pero di dos palmadas e incliné la cabeza en señal de respeto. ¿Valdría con eso para satisfacer a Norfeo?