Asradi
Völva
23-08-2024, 06:00 PM
El agua continuaba tiñéndose de sangre debido a que Octojin parecía en un trance ritualístico un tanto perturbador. A ver no es que a ella le molestase, ni mucho menos, pero le daba un poco de repelús esa actitud sectaria. Como un sacrificio a ofrecerse. ¡Por todos los océanos! Era como ver una bandeja de sushi ofreciéndose a un comensal especialmente caprichoso y malencarado. Asradi sacudió ligeramente la cabeza, intentando borrar esa imagen de su cabeza. Yoshiro se había sumergido también, junto con ella y la sirena le sonrió de manera sutil bajo el agua. Era claramente un mestizo, pero eso no parecía preocuparle. Era uno de los suyos, al fin y al cabo. Fuese como fuese, el aroma de la sangre de Octojin le hizo prestar más atención al gyojin tiburón. O, más bien, los ojos claros de Asradi se oscurecieron unos segundos, antes de apretar la mandíbula y sacudir ligeramente la cabeza.
No, no debía dejarse llevar por sus instintos, aunque era algo demasiado tentador. El aroma de la sangre en el agua era algo que le hacia perder los estribos y entrar en su faceta de caza. Pero no, no se iba a comer a Octojin. Quizás podría darle un mordisco pero... No, todavía no.
— No parece que haya nada extraño por aquí debajo. — Decidió centrar su atención en Yoshiro, que continuaba bajo al agua con ella. El resto se había metido en el lago o, al menos, unos cuantos.
Distinguía el culo de Airgid que se habia metido a nadar con eses bichos amarillos, a Octojin flotando cual besugo sacrificado a la brasa. Y a alguno más. Espera, ¿había alguien que directamente se habia metido en bolas? ¿En serio?
El ceño de Asradi se frunció ligeramente, miro un momento a Yoshi y luego coleteó hasta ascender. Su cabeza y parte de su clavícula asomó por la superficie y miró a su alrededor. Justo cuando lo hizo, escuchó al Profeta. ¿¡Ese desgraciado les estaba ofreciendo en sacrificio!?
— ¡En sacrificio te voy a ofrecer yo a ti, descarado! — Le gritó, sin contemplaciones. ¿Cómo se atrevía? Había que tener morro.
Luego Yoshi también emergió del agua, dirigiéndose a Airgid. Y lo peor no fue eso, sino que su amiga le estaba proponiendo que se quitase la única prenda de ropa que llevaba encima. Mientras el resto ya comenzaba a encuerarse. Bueno, no todos, pero algunos.
Asradi miró de reojo a Byron durante unos segundos, que se había unido a las estrafalarias oraciones. La sirena entornó ligeramente los ojos cuando escuchó algo que sí le interesó. ¿Había dicho tres canicas?
Nadó gracilmente hasta donde Byron se encontraba, y le dedicó una sonrisa suave, encantadora, con los ojos azules puestos en él.
— Quizás Norfeo te haya escuchado. — Lentamente comenzó a desabrocharse el top que cubría sus pechos. Aflojando lentamente la tela. Para ese momento, ya tenía el cabello suelto, mojado y que se le pegaba a la piel. — Te dejaré ver a cambio de las tres canicas que llevas. Una ofrenda a cambio de otra ofrenda, ¿qué me dices?
La prenda fue deslizándose muy poco a poco, con lentitud premeditada. Asradi controlaba ese proceso, mientras dirigía una mirada brillante hacia Byron, dejando ver, de momento y por ahora, solo la parte superior de sus encantos femeninos.
Dependía de Byron si quería deleitarse la vista en su totalidad.
No, no debía dejarse llevar por sus instintos, aunque era algo demasiado tentador. El aroma de la sangre en el agua era algo que le hacia perder los estribos y entrar en su faceta de caza. Pero no, no se iba a comer a Octojin. Quizás podría darle un mordisco pero... No, todavía no.
— No parece que haya nada extraño por aquí debajo. — Decidió centrar su atención en Yoshiro, que continuaba bajo al agua con ella. El resto se había metido en el lago o, al menos, unos cuantos.
Distinguía el culo de Airgid que se habia metido a nadar con eses bichos amarillos, a Octojin flotando cual besugo sacrificado a la brasa. Y a alguno más. Espera, ¿había alguien que directamente se habia metido en bolas? ¿En serio?
El ceño de Asradi se frunció ligeramente, miro un momento a Yoshi y luego coleteó hasta ascender. Su cabeza y parte de su clavícula asomó por la superficie y miró a su alrededor. Justo cuando lo hizo, escuchó al Profeta. ¿¡Ese desgraciado les estaba ofreciendo en sacrificio!?
— ¡En sacrificio te voy a ofrecer yo a ti, descarado! — Le gritó, sin contemplaciones. ¿Cómo se atrevía? Había que tener morro.
Luego Yoshi también emergió del agua, dirigiéndose a Airgid. Y lo peor no fue eso, sino que su amiga le estaba proponiendo que se quitase la única prenda de ropa que llevaba encima. Mientras el resto ya comenzaba a encuerarse. Bueno, no todos, pero algunos.
Asradi miró de reojo a Byron durante unos segundos, que se había unido a las estrafalarias oraciones. La sirena entornó ligeramente los ojos cuando escuchó algo que sí le interesó. ¿Había dicho tres canicas?
Nadó gracilmente hasta donde Byron se encontraba, y le dedicó una sonrisa suave, encantadora, con los ojos azules puestos en él.
— Quizás Norfeo te haya escuchado. — Lentamente comenzó a desabrocharse el top que cubría sus pechos. Aflojando lentamente la tela. Para ese momento, ya tenía el cabello suelto, mojado y que se le pegaba a la piel. — Te dejaré ver a cambio de las tres canicas que llevas. Una ofrenda a cambio de otra ofrenda, ¿qué me dices?
La prenda fue deslizándose muy poco a poco, con lentitud premeditada. Asradi controlaba ese proceso, mientras dirigía una mirada brillante hacia Byron, dejando ver, de momento y por ahora, solo la parte superior de sus encantos femeninos.
Dependía de Byron si quería deleitarse la vista en su totalidad.