Lionhart D. Cadmus
Tigre Blanco de la Marina
24-08-2024, 01:04 AM
Sexto Día en la Base G-23
El sexto día de Lionhart D. Cadmus en la Base G-23 fue, en una palabra, aburrido. Desde el momento en que despertó, sintió que el día sería diferente, pero no de la manera emocionante que había experimentado en días anteriores. Sin misiones importantes ni tareas emocionantes en la agenda, el día se presentaba tedioso y monótono.
Raiden había sido asignado a otra tarea fuera de la base, dejando a Cadmus solo por primera vez desde que llegó. Después de desayunar en el comedor casi vacío, recibió su asignación: patrullar los muros de la base. No era lo más emocionante, pero Cadmus sabía que era necesario.
Pasó la mañana caminando de un lado a otro, observando el horizonte, pero no había nada que destacar. El sol brillaba intensamente, el viento soplaba suavemente, y el mar reflejaba un azul tranquilo. Era un día perfecto para cualquier cosa… menos para patrullar sin incidentes. Cada hora que pasaba parecía estirarse interminablemente.
A medida que avanzaba el día, Cadmus intentó encontrar alguna forma de mantener su mente ocupada. Se encontró pensando en su futuro en la Marina, en lo que podría aprender en otras bases. La G-23 era una buena base, bien organizada y con un equipo competente, pero después de casi una semana, comenzaba a sentir que había más por explorar.
“Quizá en algún momento sea interesante visitar otra base”, pensó, mientras observaba el mar desde lo alto del muro. Imaginaba cómo sería estar en una base más cercana a la Gran Línea, donde las amenazas eran más reales y los desafíos más intensos.
El tiempo pasó lentamente, y al final de su turno, Cadmus estaba agotado, pero no por el trabajo físico, sino por la falta de actividad. Al regresar a los dormitorios, sintió una pequeña punzada de frustración. Había elegido unirse a la Marina para hacer la diferencia, para enfrentar desafíos y crecer como soldado, pero días como este lo hacían dudar si estaba aprovechando al máximo su potencial.
Mientras se preparaba para dormir, Cadmus decidió que, aunque algunos días fueran aburridos, cada uno de ellos era una oportunidad para aprender paciencia y preparación. Pero también, le recordó que el mundo fuera de la Base G-23 era vasto y lleno de oportunidades, y algún día, estaría listo para explorarlo más allá de los límites de la base.
El sexto día de Lionhart D. Cadmus en la Base G-23 fue, en una palabra, aburrido. Desde el momento en que despertó, sintió que el día sería diferente, pero no de la manera emocionante que había experimentado en días anteriores. Sin misiones importantes ni tareas emocionantes en la agenda, el día se presentaba tedioso y monótono.
Raiden había sido asignado a otra tarea fuera de la base, dejando a Cadmus solo por primera vez desde que llegó. Después de desayunar en el comedor casi vacío, recibió su asignación: patrullar los muros de la base. No era lo más emocionante, pero Cadmus sabía que era necesario.
Pasó la mañana caminando de un lado a otro, observando el horizonte, pero no había nada que destacar. El sol brillaba intensamente, el viento soplaba suavemente, y el mar reflejaba un azul tranquilo. Era un día perfecto para cualquier cosa… menos para patrullar sin incidentes. Cada hora que pasaba parecía estirarse interminablemente.
A medida que avanzaba el día, Cadmus intentó encontrar alguna forma de mantener su mente ocupada. Se encontró pensando en su futuro en la Marina, en lo que podría aprender en otras bases. La G-23 era una buena base, bien organizada y con un equipo competente, pero después de casi una semana, comenzaba a sentir que había más por explorar.
“Quizá en algún momento sea interesante visitar otra base”, pensó, mientras observaba el mar desde lo alto del muro. Imaginaba cómo sería estar en una base más cercana a la Gran Línea, donde las amenazas eran más reales y los desafíos más intensos.
El tiempo pasó lentamente, y al final de su turno, Cadmus estaba agotado, pero no por el trabajo físico, sino por la falta de actividad. Al regresar a los dormitorios, sintió una pequeña punzada de frustración. Había elegido unirse a la Marina para hacer la diferencia, para enfrentar desafíos y crecer como soldado, pero días como este lo hacían dudar si estaba aprovechando al máximo su potencial.
Mientras se preparaba para dormir, Cadmus decidió que, aunque algunos días fueran aburridos, cada uno de ellos era una oportunidad para aprender paciencia y preparación. Pero también, le recordó que el mundo fuera de la Base G-23 era vasto y lleno de oportunidades, y algún día, estaría listo para explorarlo más allá de los límites de la base.