Hay rumores sobre…
... una plaga de ratas infectadas por un extraño virus en el Refugio de Goat.
[Común] [C - Pasado] La primera regla del club... digo, ¿qué?
Atlas
Nowhere
Cerca de la mitad de la porción de huevos revueltos que había introducido en mi boca escapó cuando Camille mencionó a Shawn. No es que me sorprendiese que ella estuviese al tanto del juego de policías y ladrones que nos traíamos, ya que era algo ampliamente conocido por el resto de marines del G-31. Con el paso de los días se había normalizado el hecho de que en algún momento de la jornada apareciese el corpulento sargento arrastrándome desde donde no debía a estar hacia donde sí debía estar. No, lo que me había sorprendido era que la muchacha esbozase algo similar a una broma. No es que diese por hecho que fuese incapaz de hacerlas, pero durante nuestro primer contacto la había notado hastiada, incómoda y menos ilusionada que nosotros con el tour. Tal vez fuera de ese contexto fuese una tipa simpática y todo.

—La verdad es que yo tampoco tengo gran cosa que contar —comencé a decir, introduciendo de nuevo en su celda de dientes los huevos revueltos que habían escapado y dando un trago —mala idea— al café—. Ya no sé dónde demonios me voy a meter para que ese tío no me encuentre. Es como si tuviese un ojo en cada rincón de la base y alrededores. Alucinante. Sí, la verdad es que estoy bastante cómodo aquí —seguí diciendo con afán de hacer la conversación lo más distendida posible. Quería llevarme bien con Camille. Y con quién no, diréis con razón. Bueno, vale, pero con ella en especial y sin ningún motivo claro; simple instinto—. Hay buena gente, pocos mandos tiranos y comida suficiente para todos. No me hacen falta muchas más cosas para estar a gusto.

Sin embargo, el tono relajado que estaba empleando se esfumó en cuanto la de los cuernos siguió hablando. Casi pude sentir cómo el color abandonaba mi cara cuando Camille se refirió de forma sutil a lo acontecido la noche anterior. Lo había hecho de forma que cualquiera que se encontrase cerca podría sospechar cualquier cosa menos que me había dado de palos con a saber cuánta gente. Cuando alguien lanzaba un mensaje escondido de esa manera no tenía sentido negar la evidencia, pues la forma de emitirlo en sí misma reflejaba que sabía perfectamente de lo que estaba hablando.

—¿Y tú cómo sabes eso? —pregunté en voz baja, aproximando la cabeza a mi interlocutora. Me habían insistido muchísimo, en especial el sargento Garnett, en que nadie ajeno al Torneo del Calabozo debía conocer de su existencia por nuestro bien—. ¿Quién te lo ha dicho? Por favor, no digas nada. Si los jefes se enteran se me cae el pelo dos veces, una por los jefes y otra por los participantes. ¡Ay, como se entere Shawn! ¡Por favor, que no se entere la capitana!

Cada vez que un miedo se desbloqueaba en mi mente, uno más grande y espantoso acudía a continuación para ocupar el lugar del primero. Lo peor de todo vino cuando, uno a uno, ejecutó en perfecta secuencia todos los gestos que eran capaces de delatar a quien competía o había competido en el torneo. Pero Camille no se encontraba en el área de adiestramiento durante la noche. Era cierto que habían acudido personas que formaban parte del grupo pero en aquella ocasión no habían participado. Camille no era una de ellos. Tal vez no hubiese estado demasiado atento a los espectadores, pero estaba seguro de que una mujer de su envergadura, sobre todo si era conocida, habría llamado mi atención... ¿O no?

—¡Para! —susurré, nervioso, al tiempo que miraba hacia los lados y detrás de mí para asegurarme de que nadie hubiese reparado en ella y cómo gesticulaba—. ¿Me has estado siguiendo o espiando? ¿Es cosa de Shawn? ¿Ni dejándome tirado y medio muerto se cansa de estar detrás de mí?

No tenía del todo claro qué estaba sucediendo allí. Que Camille aún no hubiese comunicado nada —si es que no lo había hecho, claro— sólo podía significar dos cosas: pretendía extorsionarme para obtener algo de mí o era una persona en la que podía confiar. Esperaba que fuese lo segundo, porque en el primer caso tendría un pie fuera de la Marina.

—Vale, de acuerdo, participé. Ese malnacido de Shawn me dejó exhausto y cuando entraron en el campo de adiestramiento me encontraron allí tumbado. El resto me imagino que lo puedes intuir. Pero son buena gente, simplemente no hacen las cosas como los demás. Estoy seguro de que la Marina perdería muy buenos activos si fuesen expulsados o se les abriera un expediente, de verdad —dije en lo que inicialmente quería hacer pasar por una explicación, pero terminó sonando más a súplica.
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RE: [C - Pasado] La primera regla del club... digo, ¿qué? - por Atlas - 24-08-2024, 02:52 AM

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