Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
24-08-2024, 06:29 AM
Mis últimos momentos fueron de dolor, agónico y terrorífico dolor. Traté de contenerme, pero no pude evitarlo. Grité antes de que mi consciencia se sumiera en la nada. Grité por la rabia que me provocaba aquella injusticia. Grité por la impotencia que sentía. Y entonces, desperté. Sigo vivo, de alguna manera. ¿Es esto realmente un sueño o pesadilla? ¿Ese ser, Norfeo, estaba jugando con nosotros? ¿Debía haber ofrecido alguna ofrenda como el resto? - No... no se negocia con alguien que juega así con las personas. No somos juguetes - murmuré, más para mí mismo que para nadie en concreto.
Me incorporé con esfuerzo, sintiendo un horrendo frío que me calaba hasta los huesos. Estaba en un estrecho sendero al borde de un profundo abismo. A mi alrededor se alzaban altos picos montañosos. El viento arrastraba sonidos similares a lamentos, probablemente un efecto sonoro al pasar entre las rocas... o eso esperaba. A pesar de mi muerte, estaba relativamente entero. Tenía la misma ropa y mi cuerpo estaba intacto. Bueno, por ahora. El frío no tardaría en cebarse conmigo si no hacía algo para remediarlo.
Ahora entendía los gritos de alegría que había proferido el extraño joven que había visto en su "anterior vida". Él también debía haber experimentado una muerte. ¿Seguro que no estaba soñando? Demasiadas cosas extrañas sucedían y al mismo tiempo, todo parecía tan real... procedí a pellizcarme y el dolor fue tan real como esperaba. Bueno, salvo por el entumecimiento por el frío.
Debía hacer algo. Buscar a ese tal Norfeo, encontrar una salida, lo que fuera. Pero lo primero, no estaba abrigado para la situación en que estaba. Necesitaba entrar en calor. Miré en ambas direcciones del sendero. Hacia arriba había una pequeña concentración boscosa, pinos negros. Hacia abajo, lo que parecía un lago. Escuchaba también el ruido de una cascada, por lo que podía asumir que un río o manantial lo alimentaba. Podía intentar hacer un fuego, pero llevaría tiempo y sería difícil sin herramientas. Si bajaba de altitud, tal vez encontrase una zona menos fría. Pero, por otro lado... tal vez no durase tanto sin calor. Tras ese pequeño debate interno, eche a caminar hacia los árboles mientras me frotaba los brazos para intentar entrar en calor.