Yoshi
Yoshi
27-07-2024, 02:25 AM
Por fin se había ido la Primavera, adiós a ese exceso de polen en el aire que activaba su alergia y le impedía trabajar. Su deuda parecía haberse aumentado por culpa de aquella pésima temporada pero al menos había logrado vender algunos cuchillos por lo que estaba comenzando el verano con buen pie.
La cosa era que le hacía falta madera, el último invierno le obligó a usar la madera para empuñaduras como leña y si quería continuar haciendo utensilios para cocina debía encontrar una buena madera con la cual trabajar, tomó la vieja hacha de su padre y se fué de casa a buscar un buen árbol.
Yoshiro era un joven que quería ser un gran hombre y un gran hombre debía hacer muchas tareas solo, desde ir de caza al bosque, pescar en el mar, cortar madera, ser fuerte en todo el sentido de la palabra y por eso había entrenado su cuerpo por años. El joven Hafugyo había logrado buenos resultados aunque aún no llegaba a tener el físico que alguna vez tuvo su padre, pero orgulloso por los resultados que ya poseía llevaba consigo una chaqueta abierta y sin mangas para dejar expuesto su musculatura, su bufanda roja con rayas negras de siempre ocultaba sus branquias y para mantener su apariencia de leñador llevaba pantalón de jean y unas botas largas de color negro (aunque sabia que unas marrones se verían mejor).
En su caminata buscando el árbol apropiado para talar acabó perdiéndose por el sendero de la vida y gracias a ello se encontró con una joven, estaba de espaldas frente a él pero al parecer tenía orejas de gato. Aquella chica tenía un largo cabello oscuro y parecía estar cerca de un risco.
En su caminata buscando el árbol apropiado para talar acabó perdiéndose por el sendero de la vida y gracias a ello se encontró con una joven, estaba de espaldas frente a él pero al parecer tenía orejas de gato. Aquella chica tenía un largo cabello oscuro y parecía estar cerca de un risco.
Era místico el ambiente que parecía rodearla, aquella puesta de sol pintaba el cielo de naranja y el mar a pesar de estar a unos kilómetros aún se escuchaba desde aquel sitio por el fuerte impacto de las olas.
¿Que hacia tan sola? ¿Podía ser que se encontraba perdida? ¿Quizás este sitio era un lugar especial para ella? ¿O a lo mejor era de esas personas que se suicidaban después de un rato lamentándose de su vida?
Con ese último pensamiento en su cabeza, Yoshiro se acercó a la chica con un paso firme y alzó un poco su voz para que su presencia fuera detectada, aunque los gatos tengan buen olfato, la brisa iba a su favor, por lo que su aroma no debía haberse colado aún y en cuanto al oído agudo, quizás podía haberse ahogado por el sonido del mar.
¡Buenas! ¡¿Cómo le va, señorita?!-y con esas palabras su rostro solo podía mantener una gran sonrisa afilada en espera de que la chica lo notara.