Drake Longspan
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24-08-2024, 06:33 PM
(Última modificación: 24-08-2024, 06:34 PM por Drake Longspan.)
Drake Longpsan se apoyó contra la pared del oscuro callejón mientras observaba a Gavyn con una mirada divertida. Desde su llegada a Rostock, las cosas no habían salido como esperaba. Pero a diferencia de otros, el carpintero no veía las situaciones complicadas como un problema, sino como una oportunidad para dejar su marca personal, aunque fuera con una pizca de sarcasmo, ventajas de los emprendedores.
Gavyn, con sus alas blancas desplegadas y su presencia siempre imponente, se había acercado con una pregunta cargada de desafío. Quería saber si el autoproclamado "espíritu de la isla" estaba escapando, si todo el teatro que Drake había montado para asustar a la mafia local no era más que una farsa, salvo su imponente altura convertido en piedra, obviamente. La respuesta del brazos largos fue tan rápida como afilada, envuelta en la misma ironía que solía envolver sus palabras.
— Las montañas dan miedo porque, claro, ¿quién no se aterraría ante un montón de rocas apiladas? Son simplemente terroríficas, con sus picos que desafían la gravedad y sus laderas llenas de... aire fresco y vistas impresionantes. Y ni hablar de esos horribles senderos que te llevan a la cima, donde solo te espera la terrible experiencia de estar por encima de las nubes, lejos de las comodidades del East Blue. No, no necesito huir.
Drake no necesitaba huir. Al menos, no en el sentido en que lo hacía un hombre acorralado. Para él, la huida era una táctica calculada, y no una reacción instintiva. Después de todo, había crecido peleando, su propia vida era una pelea constante. Y aunque Gavyn no parecía ser del tipo que caería en tales supersticiones, Drake no podía resistir la tentación de vacilar un poco más.
Observando el brillo en los ojos de Gavyn, Drake no pudo evitar sonreír. La idea de un exorcismo le resultaba casi cómica. "¿Qué haría Gavyn después de expulsarlo? ¿Celebraría con aquellos a los que habían engañado juntos?" La idea era absurda, pero también tenía un toque de humor que Drake encontraba irresistible. Pero por mucho que le gustara bromear, había una lección que debía enseñar.
Mientras sus ojos destellaban con una mezcla de astucia y desafío.
— Solo estoy asegurándome de que mi leyenda quede intacta. Y de que tú, mi querido futuro exorcista, entiendas que algunos trabajos requieren más que músculos y alas blancas para ser completados con éxito.
Y lo tuvo que decir él...
De cualquier manera, el boxeador se divertía observando cómo se desarrollaba todo. Porque si había algo que un espíritu —o un hombre que fingía serlo— sabía hacer, era aprovechar cada situación a su favor, y disfrutar del espectáculo que él mismo ayudaba a crear.
Gavyn, con sus alas blancas desplegadas y su presencia siempre imponente, se había acercado con una pregunta cargada de desafío. Quería saber si el autoproclamado "espíritu de la isla" estaba escapando, si todo el teatro que Drake había montado para asustar a la mafia local no era más que una farsa, salvo su imponente altura convertido en piedra, obviamente. La respuesta del brazos largos fue tan rápida como afilada, envuelta en la misma ironía que solía envolver sus palabras.
— Las montañas dan miedo porque, claro, ¿quién no se aterraría ante un montón de rocas apiladas? Son simplemente terroríficas, con sus picos que desafían la gravedad y sus laderas llenas de... aire fresco y vistas impresionantes. Y ni hablar de esos horribles senderos que te llevan a la cima, donde solo te espera la terrible experiencia de estar por encima de las nubes, lejos de las comodidades del East Blue. No, no necesito huir.
Drake no necesitaba huir. Al menos, no en el sentido en que lo hacía un hombre acorralado. Para él, la huida era una táctica calculada, y no una reacción instintiva. Después de todo, había crecido peleando, su propia vida era una pelea constante. Y aunque Gavyn no parecía ser del tipo que caería en tales supersticiones, Drake no podía resistir la tentación de vacilar un poco más.
Observando el brillo en los ojos de Gavyn, Drake no pudo evitar sonreír. La idea de un exorcismo le resultaba casi cómica. "¿Qué haría Gavyn después de expulsarlo? ¿Celebraría con aquellos a los que habían engañado juntos?" La idea era absurda, pero también tenía un toque de humor que Drake encontraba irresistible. Pero por mucho que le gustara bromear, había una lección que debía enseñar.
Mientras sus ojos destellaban con una mezcla de astucia y desafío.
— Solo estoy asegurándome de que mi leyenda quede intacta. Y de que tú, mi querido futuro exorcista, entiendas que algunos trabajos requieren más que músculos y alas blancas para ser completados con éxito.
Y lo tuvo que decir él...
De cualquier manera, el boxeador se divertía observando cómo se desarrollaba todo. Porque si había algo que un espíritu —o un hombre que fingía serlo— sabía hacer, era aprovechar cada situación a su favor, y disfrutar del espectáculo que él mismo ayudaba a crear.