¿Sabías que…?
... un concepto de isla Yotsuba está inspirado en los juegos de Pokemon de tercera generación.
[Común] [C - Pasado] ¿El inicio de un camino en común? [Terence & Cadmus]
Terence Blackmore
Enigma del East Blue
-Terence - murmuré, inclinando la cabeza levemente, un gesto que llevaba inherente más que simple cortesía. Sentí que al pronunciarlo, el nombre se desvanecía en el aire como un eco lejano, un eco de algo antiguo que ya no me definía. Aquí, en este rincón olvidado por el tiempo, las palabras no poseían el peso aplastante de la herencia o el linaje. Eran apenas reflejos de un pasado que poco importaba en este presente tan ajeno a las pretensiones de poder. Un pasado que, quizás, estaba comenzando a desvanecerse en mi propia mente, como las estrellas fugaces lo hacen en la negrura del cielo nocturno.

Hice una pausa, dejé que mis pensamientos flotaran, sintiendo la suave brisa que traía consigo aromas de naturaleza y salitre. Me pregunté si este lugar, con su atmósfera tan distinta a la que me había acostumbrado, no sería una especie de prueba. Una prueba para soltar el control férreo que siempre había ejercido sobre mí mismo y sobre los demás, o tal vez, una oportunidad para ver más allá de las sombras que me habían perseguido durante tanto tiempo. Había algo aquí, en la quietud, que me impulsaba a reflexionar de una manera que no solía permitirme. El silencio no solo llenaba el espacio entre las palabras, sino que lo transformaba en algo más profundo, algo casi tangible, puede que incluso agradable...

Mis ojos recorrieron el entorno, posándose nuevamente sobre aquel anciano que me observaba con una serenidad que despertaba mi curiosidad. No parecía inquieto por mi presencia, más bien parecía haberme estado esperando, como si este encuentro estuviera predestinado. ¿Podría ser que él, en su silencio y quietud, tuviera respuestas que yo, en mi constante búsqueda de control, había pasado por alto? El pensamiento me inquietaba tanto como me intrigaba.

-¿Qué es el silencio para usted, Lovecraft? -, pregunté finalmente, con una voz más baja de lo habitual, casi temiendo romper la calma que nos envolvía. Mis palabras se deslizaron suavemente, pero con una intensidad latente, pues no era una pregunta superficial. Me enfrentaba a una cuestión que, en cualquier otro momento de mi vida, hubiera desechado como una trivialidad filosófica. Pero aquí, en este lugar tan alejado de la vorágine de la civilización, el silencio parecía adquirir un significado distinto, uno que no había comprendido hasta ahora. 

Observé el rostro del anciano, buscando algún signo de comprensión en sus ojos. Sus arrugas profundas contaban historias que yo aún no conocía, y me preguntaba si esas epopeyas contenían las respuestas que había buscado durante tanto tiempo. Mi vida, hasta ahora, había estado definida por el conflicto y la conquista, por el deseo de control y poder, pero aquí… en este rincón apartado, algo me instaba a detenerme, a escuchar, a reflexionar de una manera que nunca había hecho antes.
Entonces, tomé del interior de mi bolsillo una pequeña libreta, y una estilográfica, y se la pasé al hombre de la promesa que me acompañaba. No sabía si el voto de silencio que había tomado era también aplicable al ámbito de expresarse, pero quizá era la mejor fórmula para poder comunicarnos.

Sentía que este encuentro no era casual. No podía serlo. Algo en la serenidad de Lovecraft, en su calma imperturbable, me hablaba de una verdad que yo aún no había tocado, una verdad que yacía más allá de las limitaciones del poder y la ambición. Había pasado tanto tiempo construyendo mi vida sobre cimientos de conquista y control, que ahora, por primera vez, me encontraba frente a una posibilidad que nunca había considerado: la posibilidad de la quietud, de la reflexión, de una vida vivida en equilibrio.

Recordé durante unos instantes el nombre de mi familia, Blackmore, como si el nombre, esta vez, tuviera un sabor diferente en mi boca. ¿Qué significaba ser un miembro de esta casa en este lugar, tan alejado de todo lo que había conocido? ¿Qué relevancia tenían el poder y el control en un espacio donde el tiempo parecía haberse detenido, donde la vida crecía sin restricciones y donde el silencio mismo tenía más valor que cualquier palabra?
Mis pensamientos vagaban, dispersándose como hojas en el viento, mientras mis ojos se mantenían fijos en Lovecraft. En su rostro veía algo que no había encontrado en ningún otro lugar: la paz. No la paz superficial que a veces lograba a través de la victoria, sino una paz profunda, inmutable, que provenía de una aceptación total de uno mismo y del mundo. Sentí una punzada de envidia, pero también una chispa de esperanza. ¿Podría yo, algún día, alcanzar esa paz? ¿Podría equilibrar de alguna manera la mancha de mi familia, o sucumbiría a ella?

-Lovecraft- dije nuevamente, más para reafirmar la conexión que para obtener una respuesta inmediata. -¿Qué es lo que te obligó a privar al mundo de tu voz? - continué con un donaire de curiosidad y picaresca.

Guardé silencio, esperando que aquel hombre compartiera algo de su sabiduría. Sentía que este podría ser un punto de inflexión, un momento en el que mi vida tomara un rumbo distinto o quizá uno que lo reafirmara. Efectivamente, aquel encuentro no había sido casual y ciertamente había mucho que se podía aprender de un escenario que en un principio solo comprendía a tres hombres hablando acerca de lo que simbolizaba la flor de una fuente.
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RE: [C - Pasado] ¿El inicio de un camino en común? [Terence & Cadmus] - por Terence Blackmore - 24-08-2024, 07:01 PM

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