Juuken
Juuken
25-08-2024, 04:03 PM
El cangrejo se revolvió con una búsqueda pasmosa. Me fijé, le había clavado la espada completamente, su caparazón había resultado ser muy blando para mi sable, y ahora comenzaba a desvanecerse su cuerpo.
Eso no me gustaba, si el cangrejo desaparecía como ya había hecho anteriormente aquél pelirrojo en la nieve, eso significaba que yo caería al agua, sin remedio alguno, lo cual podría provocar mi muerte casi instantánea.
Efectivamente caí al mar, el cuerpo del crustáceo se desvaneció sin dejar rastro, lo había matado sin querer, y eso provocaría mi propia muerte. ¿Cómo se puede tener tan mala suerte? Tan solo había intentado sobrevivir a la caída al mar, y por ese impulso me había condenado a mi mismo.
Las frías aguas provocaron un gran escalofrío en todo mi cuerpo, de algún modo me sentí a gusto, relajado con ese cuerpo, aun así el impulso me impedía intentar respirar. Traté de nadar, de salir a flote para evitar hundirme, pero todo intento fue en vano, cuando más trataba de forzarme a nadar, más profundo me hundía.
El fin había llegado, delante de mí podía ver algo lejana a Nagaki. Si, creo que así se llamaba, podría haberme acordado antes de que fuese demasiado tarde. Cerré los ojos, mi fin había llegado, me sentía igual a cuando aquél rayo me alcanzó en el páramo nevado.
Durante unos instantes sentí un fuerte movimiento, estaba empezando a perder la conciencia cuando de pronto volví a sentir estar fuera del agua.
¿Acaso había vuelto a ocurrir? ¿Acaso había vuelto a morir y reencontrarme en otro lugar? Me incorporé rápidamente, estaba a orillas de un río, de hecho parecía el mismo río en el que había estado con el cangrejo y Nagaki. Miré hacia los lados, me miré las manos. ¿Por qué continuaba siendo Nagaki? Nada tenia sentido.
Me levanté rápido, la espada seguía aferrada a mis manos, me sentía demasiado extraño. Sólo entonces caí en la cuenta de una cosa. ¿Cómo era posible que si había muerto volviera a despertarme? No tenía sentido, se suponía que tras morir no había nada, solo oscuridad y soledad, pero había vuelto a levantarme, dos veces.
No entendía mucho, pero ahora sabia una cosa. Podría desquitarse, ese ser, esa criatura cuya voz vino con el viento y con la tormenta debía ser quien estaba haciendo todo eso, quería que consiguieras las canicas. Pues habrá que hacer algo, tal vez solo así se muestre y me explique lo que ocurría. Aunque seguía sintiendo que debía encontrarme con Nagaki, debía significar algo que esté convertido en ella.
Eso no me gustaba, si el cangrejo desaparecía como ya había hecho anteriormente aquél pelirrojo en la nieve, eso significaba que yo caería al agua, sin remedio alguno, lo cual podría provocar mi muerte casi instantánea.
Efectivamente caí al mar, el cuerpo del crustáceo se desvaneció sin dejar rastro, lo había matado sin querer, y eso provocaría mi propia muerte. ¿Cómo se puede tener tan mala suerte? Tan solo había intentado sobrevivir a la caída al mar, y por ese impulso me había condenado a mi mismo.
Las frías aguas provocaron un gran escalofrío en todo mi cuerpo, de algún modo me sentí a gusto, relajado con ese cuerpo, aun así el impulso me impedía intentar respirar. Traté de nadar, de salir a flote para evitar hundirme, pero todo intento fue en vano, cuando más trataba de forzarme a nadar, más profundo me hundía.
El fin había llegado, delante de mí podía ver algo lejana a Nagaki. Si, creo que así se llamaba, podría haberme acordado antes de que fuese demasiado tarde. Cerré los ojos, mi fin había llegado, me sentía igual a cuando aquél rayo me alcanzó en el páramo nevado.
Durante unos instantes sentí un fuerte movimiento, estaba empezando a perder la conciencia cuando de pronto volví a sentir estar fuera del agua.
¿Acaso había vuelto a ocurrir? ¿Acaso había vuelto a morir y reencontrarme en otro lugar? Me incorporé rápidamente, estaba a orillas de un río, de hecho parecía el mismo río en el que había estado con el cangrejo y Nagaki. Miré hacia los lados, me miré las manos. ¿Por qué continuaba siendo Nagaki? Nada tenia sentido.
Me levanté rápido, la espada seguía aferrada a mis manos, me sentía demasiado extraño. Sólo entonces caí en la cuenta de una cosa. ¿Cómo era posible que si había muerto volviera a despertarme? No tenía sentido, se suponía que tras morir no había nada, solo oscuridad y soledad, pero había vuelto a levantarme, dos veces.
No entendía mucho, pero ahora sabia una cosa. Podría desquitarse, ese ser, esa criatura cuya voz vino con el viento y con la tormenta debía ser quien estaba haciendo todo eso, quería que consiguieras las canicas. Pues habrá que hacer algo, tal vez solo así se muestre y me explique lo que ocurría. Aunque seguía sintiendo que debía encontrarme con Nagaki, debía significar algo que esté convertido en ella.