Jack D. Agnis
Golden Eyes
27-07-2024, 03:13 AM
[8 Años antes]
38 de Primavera del 716
Hacia varios años que me había unido a aquella tripulación de piratas, los cuales me habían tratado bien y me habían enseñado a no ser una carga en ningún momento.
Ellos se hicieron cargo de mi y no solo me enseñaron a blandir la espada y sobre carpintería, sino que también me enseñaron quienes eran nuestros oponentes dentro del mar.
Con esos oponentes era que siempre blandíamos nuestras armas y tras terminar hecho polvo, escapábamos o ellos escapaban. Era siempre un vaivén de idas y venidas contra ellos.
En una de esas tantas peleas, y tras lograr vencer a uno de los corsarios mas fueres de esa tripulación, me gané su sombrero, el cual indicaba que había sido quien había acabado con la vida de aquel hombre.
Porté orgulloso ese sombrero, pero había algo en él que no me terminaba de gustar al igual que a mis compañeros de tripulación y tras dar muchas vueltas, al fin había encontrado el porque no me gustaba, no combinaba con la ropa que traía encima y eso me hacia ver menos peligroso y mas infantil. Por ello y gracias a los consejos del capitán, decidí ir a un sastre a que me confeccionara una ropa que combinase con dicho sombrero.
Afortunadamente habíamos llegado a la isla DemonTooth donde se decía que existía un excelente artesano en la Shimotsuki, por lo que luego de obtener algo de dinero, me dirigí hacia dicho artesano.
Mientras mis amigos y compañeros de viajes se encontraban en la taberna, me dirigí hacia la zona comercial de aquel pueblo y tras preguntar sobre dicho artesano, al fin pude encontrar su tienda.
Sin dudarlo y casi de manera osca, entré a dicho negocio, portando mi arma y aquel sombrero en mi cabeza, al igual que una bolsa de cuero con una buena cantidad de berris, que esperaba que fueran los suficientes como para pagar mi futura vestimenta, en caso contrario, tendría que amenazar al artesano, pero esperaba no tener que llegar a eso.
-Buenas, hay alguien en este lugar?- pregunté, mientras me dedicaba a moverme por toda la tienda observando todo lo que había a mi alrededor.
-He oído que aquí vive un artesano que sabe confeccionar buena ropa. Realmente es así? - dije casi a los gritos, mientras observaba con detenimiento una tela que no parecía de la mejor calidad. Si mal no recordaba, hacia un tiempo que habíamos robado un cargamento de seda para vender en algun puerto y la textura al tacto de esa tela era suave, muy diferente a la que estaba tocando en ese momento.
-Hola?-
38 de Primavera del 716
Hacia varios años que me había unido a aquella tripulación de piratas, los cuales me habían tratado bien y me habían enseñado a no ser una carga en ningún momento.
Ellos se hicieron cargo de mi y no solo me enseñaron a blandir la espada y sobre carpintería, sino que también me enseñaron quienes eran nuestros oponentes dentro del mar.
Con esos oponentes era que siempre blandíamos nuestras armas y tras terminar hecho polvo, escapábamos o ellos escapaban. Era siempre un vaivén de idas y venidas contra ellos.
En una de esas tantas peleas, y tras lograr vencer a uno de los corsarios mas fueres de esa tripulación, me gané su sombrero, el cual indicaba que había sido quien había acabado con la vida de aquel hombre.
Porté orgulloso ese sombrero, pero había algo en él que no me terminaba de gustar al igual que a mis compañeros de tripulación y tras dar muchas vueltas, al fin había encontrado el porque no me gustaba, no combinaba con la ropa que traía encima y eso me hacia ver menos peligroso y mas infantil. Por ello y gracias a los consejos del capitán, decidí ir a un sastre a que me confeccionara una ropa que combinase con dicho sombrero.
Afortunadamente habíamos llegado a la isla DemonTooth donde se decía que existía un excelente artesano en la Shimotsuki, por lo que luego de obtener algo de dinero, me dirigí hacia dicho artesano.
Mientras mis amigos y compañeros de viajes se encontraban en la taberna, me dirigí hacia la zona comercial de aquel pueblo y tras preguntar sobre dicho artesano, al fin pude encontrar su tienda.
Sin dudarlo y casi de manera osca, entré a dicho negocio, portando mi arma y aquel sombrero en mi cabeza, al igual que una bolsa de cuero con una buena cantidad de berris, que esperaba que fueran los suficientes como para pagar mi futura vestimenta, en caso contrario, tendría que amenazar al artesano, pero esperaba no tener que llegar a eso.
-Buenas, hay alguien en este lugar?- pregunté, mientras me dedicaba a moverme por toda la tienda observando todo lo que había a mi alrededor.
-He oído que aquí vive un artesano que sabe confeccionar buena ropa. Realmente es así? - dije casi a los gritos, mientras observaba con detenimiento una tela que no parecía de la mejor calidad. Si mal no recordaba, hacia un tiempo que habíamos robado un cargamento de seda para vender en algun puerto y la textura al tacto de esa tela era suave, muy diferente a la que estaba tocando en ese momento.
-Hola?-