Anko
Médica Despiadada
27-07-2024, 03:25 AM
Los ojos de Anko se movían de lado a lado de forma sutil y concentrada. Su atención estaba enfocada en aquella hoja de papel con escritos de tinta, en donde una chica solicitaba su presencia, una chica que hasta ese momento solo había visto de lejos, ni si quiera le conocía la voz, denotando cuando alejada estaba de su hermana. Un ligero suspiro se escapó de su nariz mientras la fuerza de su mano cedía y caía sutilmente en aquella mesa de madera, aún con la carta sostenida entre sus dedos.
Tenía sus dudas sobre si aceptar reunirse con ella o no, por un lado, nunca había tratado con ella y desconocía su personalidad, gustos, disgustos, etc. Pero por otro lado, en el fondo de su ser, sabía que eso en algún momento iba a suceder, y si Anmitsu ya se estaba tomando el tiempo para romper esa separación impuesta por su padre, lo más correcto era ceder y reunirse con la chica. Anko se levantó de la silla y tomó su gabardina, colgada en el respaldo de la misma silla, y se enfundó en ella, no sin antes guardar en su bolsillo interno una caja de cigarros junto a un zipo metálico, obvio no iba a abandonar su casa sin llegar su más preciado; y a la vez odiado, vicio.
Su gran sentido de la orientación le facilitó mucho su andar por la Isla DemonTooth, recorriendo las calles de su poblado hasta toparse de frente con aquella taberna, no la más lujosa y cuidada del lugar, pero era útil para una reunión casual como la que se avecinaba para Anko. Sus brazos se acercaron hasta la puerta de madera que daba acceso al interior del lugar, sus manos temblaban levemente, su mente aún recorría la idea de ver a su hermana perdida y hablar con ella, no sabía ni qué tema de conversación abordar con ella, pues no era culpa de ninguna haber sido separadas desde que nacieron.
La puerta se empujó levemente con la fuerza aplicada por la chica, algunas miradas se plantaron en la Marine, pero nada interesante, simplemente una reacción cuando se ve a alguien ajeno a un ambiente ingresar a este ambiente. Su mirada escaneó con lentitud la zona antes de dar con su objetivo; una bella chica de cabello oscuro con unas orejas de gato asomadas sutilmente de su cabellera, así es, su hermana perdida era una híbrida de razas. Suspiró nuevamente por la nariz antes de comenzar a caminar hacia la mesa, en sus pasos relajaba su mente con tal de retomar su porte imponente e intimidante y no por querer verse así frente a Anmitsu, solo era la forma en la que todos la veían.
No pasó mucho cuando finalmente su presencia estaba frente a aquella mesa, apenas iluminada por la luz del fuego latente de una vela. Sus ojos miraban desde arriba a Mitsu fijamente, no quería asustarla ni parecer molesta o similar, pero realmente no tenía mucha experiencia tratando con gente, menos si esa persona era cercana, pero a la vez lejana a ella. La diestra de Anko tomó el respaldo de la silla de enfrente y ejerció fuerza para sacarla y poder sentarse. Una vez ambas estaban a la misma altura, frente a frente, Anko metió la misma mano que había usado dentro de los bolsillos internos de su gabardina marrón, tomando la caja con cigarros y acercándosela a la otra Marine. — ¿Gustas uno? —. No era la mejor forma de empezar, pero tampoco la peor. — Espero no te moleste que fume uno ahora… No puedo evitarlo… —.
Tenía sus dudas sobre si aceptar reunirse con ella o no, por un lado, nunca había tratado con ella y desconocía su personalidad, gustos, disgustos, etc. Pero por otro lado, en el fondo de su ser, sabía que eso en algún momento iba a suceder, y si Anmitsu ya se estaba tomando el tiempo para romper esa separación impuesta por su padre, lo más correcto era ceder y reunirse con la chica. Anko se levantó de la silla y tomó su gabardina, colgada en el respaldo de la misma silla, y se enfundó en ella, no sin antes guardar en su bolsillo interno una caja de cigarros junto a un zipo metálico, obvio no iba a abandonar su casa sin llegar su más preciado; y a la vez odiado, vicio.
Su gran sentido de la orientación le facilitó mucho su andar por la Isla DemonTooth, recorriendo las calles de su poblado hasta toparse de frente con aquella taberna, no la más lujosa y cuidada del lugar, pero era útil para una reunión casual como la que se avecinaba para Anko. Sus brazos se acercaron hasta la puerta de madera que daba acceso al interior del lugar, sus manos temblaban levemente, su mente aún recorría la idea de ver a su hermana perdida y hablar con ella, no sabía ni qué tema de conversación abordar con ella, pues no era culpa de ninguna haber sido separadas desde que nacieron.
La puerta se empujó levemente con la fuerza aplicada por la chica, algunas miradas se plantaron en la Marine, pero nada interesante, simplemente una reacción cuando se ve a alguien ajeno a un ambiente ingresar a este ambiente. Su mirada escaneó con lentitud la zona antes de dar con su objetivo; una bella chica de cabello oscuro con unas orejas de gato asomadas sutilmente de su cabellera, así es, su hermana perdida era una híbrida de razas. Suspiró nuevamente por la nariz antes de comenzar a caminar hacia la mesa, en sus pasos relajaba su mente con tal de retomar su porte imponente e intimidante y no por querer verse así frente a Anmitsu, solo era la forma en la que todos la veían.
No pasó mucho cuando finalmente su presencia estaba frente a aquella mesa, apenas iluminada por la luz del fuego latente de una vela. Sus ojos miraban desde arriba a Mitsu fijamente, no quería asustarla ni parecer molesta o similar, pero realmente no tenía mucha experiencia tratando con gente, menos si esa persona era cercana, pero a la vez lejana a ella. La diestra de Anko tomó el respaldo de la silla de enfrente y ejerció fuerza para sacarla y poder sentarse. Una vez ambas estaban a la misma altura, frente a frente, Anko metió la misma mano que había usado dentro de los bolsillos internos de su gabardina marrón, tomando la caja con cigarros y acercándosela a la otra Marine. — ¿Gustas uno? —. No era la mejor forma de empezar, pero tampoco la peor. — Espero no te moleste que fume uno ahora… No puedo evitarlo… —.