Vina y Greta
Somos La Salsa
26-08-2024, 01:35 PM
Las hermanas no respondieron a las preguntas iniciales de Kael, simplemente colocaron sus dedos índices frente a los labios, indicándole que era momento de permanecer en silencio. Escucharon con atención las sugerencias de Kael sobre cómo moverse por las calles de Oykot y, siguiendo sus indicaciones, lograron pasar desapercibidos. El plan fue un éxito. El pirata se mantuvo fuera del radar el tiempo suficiente para que Vina llegara con la embarcación. Ella estaba al timón, con una capucha sobre la cabeza, perfectamente preparada para la huida.
Greta y Kael abordaron el barco sin problemas. Al subir a bordo, Vina les entregó a ambos una capa, parte del disfraz que completarían en alta mar. Sin perder tiempo, Greta ayudó a ajustar las velas mientras Vina giraba el timón para orientar la proa hacia el horizonte. La salida fue impecable; nadie los detectó. Estaban dejando atrás la isla de Oykot sin incidentes, demostrando una vez más que las hermanas trabajaban con seriedad y profesionalismo.
El silencio persistió hasta que la isla de Oykot se convirtió en una pequeña mancha en el firmamento. Fue entonces cuando el ambiente a bordo cambió completamente, y las hermanas suspiraron aliviadas.
—¡Buen trabajo, Vina! —dijo Greta, sonriendo.
—¡Buen trabajo, Greta! —respondió Vina, dejando el timón firme para acercarse a Kael.
—¿Estás bien? Puedes relajarte. Yo soy Vina y ella es Greta. Nos encomendaron la misión de rescatarte. Toma, te vendrá bien —dijo Vina, ofreciéndole una botella de agua. Greta tomó el relevo de la conversación.
—Encantada. Me alegro de no haberme cruzado con Karina, esa mujer es una leyenda en este mar. Puedes descansar si quieres. Tienes comida en esa caja, tardaremos unas cuantas horas en llegar —dijo Greta, acercándose a una caja en la esquina de la cubierta. Abrió la tapa y comenzó a comer fruta. Dentro de la caja solo había alimentos veganos.
—¿Tú comes carne? —preguntó Greta mientras le lanzaba una manzana a Kael.
Greta y Kael abordaron el barco sin problemas. Al subir a bordo, Vina les entregó a ambos una capa, parte del disfraz que completarían en alta mar. Sin perder tiempo, Greta ayudó a ajustar las velas mientras Vina giraba el timón para orientar la proa hacia el horizonte. La salida fue impecable; nadie los detectó. Estaban dejando atrás la isla de Oykot sin incidentes, demostrando una vez más que las hermanas trabajaban con seriedad y profesionalismo.
El silencio persistió hasta que la isla de Oykot se convirtió en una pequeña mancha en el firmamento. Fue entonces cuando el ambiente a bordo cambió completamente, y las hermanas suspiraron aliviadas.
—¡Buen trabajo, Vina! —dijo Greta, sonriendo.
—¡Buen trabajo, Greta! —respondió Vina, dejando el timón firme para acercarse a Kael.
—¿Estás bien? Puedes relajarte. Yo soy Vina y ella es Greta. Nos encomendaron la misión de rescatarte. Toma, te vendrá bien —dijo Vina, ofreciéndole una botella de agua. Greta tomó el relevo de la conversación.
—Encantada. Me alegro de no haberme cruzado con Karina, esa mujer es una leyenda en este mar. Puedes descansar si quieres. Tienes comida en esa caja, tardaremos unas cuantas horas en llegar —dijo Greta, acercándose a una caja en la esquina de la cubierta. Abrió la tapa y comenzó a comer fruta. Dentro de la caja solo había alimentos veganos.
—¿Tú comes carne? —preguntó Greta mientras le lanzaba una manzana a Kael.