Ray
Kuroi Ya
26-08-2024, 09:15 PM
Un indescriptible dolor inundó todo el cuerpo de Ray de forma repentina, haciendo que el marine se retorciera sobre sí mismo. Su mundo se tornó negro mientras sentía cada milímetro de su cuerpo arder con el fuego de mil infiernos. Parecía que millones de finísimas pero afiladas agujas se clavaban en casa punto de su piel y de sus entrañas. Jamás había imaginado que se pudiera experimentar un tormento como aquel, hasta el punto de que se encontró a sí mismo deseando incluso morir para que el insoportable martirio acabase.
Durante lo que le parecieron horas y horas estuvo soportando esas indescriptibles penurias hasta que, también de repente, dejó de sentir. No de sentir dolor, sino de sentir a secas.
Cuando abrió los ojos se encontraba en un lugar completamente diferente. No había ni rastro de la niebla, de las setas ni de la gigantesca planta y el lago que se había formado a su alrededor. Tampoco de Atlas y Takahiro. Y, para su sorpresa, tampoco del dolor.
El joven suspiró, tremendamente aliviado. No sabía qué era lo que había sucedido, qué le había provocado aquel insoportable martirio ni por qué había cesado, pero no era capaz de sentir otra cosa que agradecimiento porque así fuera. No creía ser capaz de soportar algo semejante un solo segundo más.
Se puso en pie y no pudo evitar darse cuenta de una cosa. Se sentía débil, lento y embotado, aunque le parecía normal tras el tormento sufrido. Pero lo que no le cuadraba era que se sentía mucho más bajito. Se miró los brazos, las piernas y el cuerpo y no pudo evitar sobresaltarse.
- ¿Qué me está pasando? - Pensó para sí, presa del pánico, al ver el nuevo aspecto de su cuerpo. Donde antes no había sino largas y estilizadas extremidades y un físico tremendamente definido, como cincelado por el más habilidoso de los escultores, había ahora unos brazos y piernas cortos y fofos y un torso blando y contrahecho.
No era capaz de entender qué le estaba sucediendo. ¿Sería todo un castigo por su involuntaria ofrenda? ¿Cómo iba a saber él que aquel lago era sagrado si no vio el cartel hasta haber satisfecho la urgente necesidad fisiológica que se adueñó tan bruscamente de él?
Desesperado, corrió hasta el lago que se encontraba cerca de su posición. Varias personas nadaban en él o se movían a su alrededor, pero no le importaba. Necesitaba ver su rostro, comprobar que no había cambiado lo como había hecho el resto de su anatomía.
Cuando llegó al borde y se vio reflejado no pudo reprimir un grito de rabia y miedo. Su pelo blanco y alborotado, sus penetrantes ojos azules que tantas miradas atraían, y sus rasgos elegantes y afilados habían desaparecido. Ahora sí rostro era redondo y poco agraciado, y su pelo formaba una especie de extrañas esferas negras. El marine se encontraba al borde de la locura.